No es norma habitual pero, de vez
en cuando, me veo Operación Triunfo. La verdad es que me
gusta todo lo que sea o signifique arte. Pero arte, lo que
se dice arte, en este concurso de OT no hay mucho que
digamos. Se pueden salvar, como mucho, cuatro de los alumnos
que hay en la Academia. El resto es bastante mediocre para
aspirar a ser artista y vivir de la canción, por mucho
esfuerzo que hagan los profesores.
Para ser artista hay que nacer. El arte en cualquiera de sus
facetas, en este caso la de cantante, no se aprende en una
Academia, tienes que llevar dentro acumulado todo eso que se
necesitas para ser artista. Lo único que puede hacer la
Academia, contando con que se tenga condiciones, es limar
los defectos que el artista pueda tener pero, jamás, le
podrá enseñar a cantar a quien Dios no le dio facultades
para ello
Hay un alumno en la Academia, Chipper, que tiene todas las
papeletas para ser el ganador del concurso. Sabe cantar,
moverse en el escenario, tiene personalidad y lo que es más
importante, su madre lo parió para ser artista, en cuanto le
limen en la Academia algunos de los defectos que tiene.
Viendo OT, se me vienen a la memoria algunos de esos
politiquillos de medio pelo a los que la tómbola de la vida
les dio la oportunidad de tener la gorra y el pito con
mando.
No nacieron con ninguna de las cualidades que se tienen que
tener para ser político. Es más si llega a haber un casting
para seleccionarlos, como se hace en OT, ninguno de estos
politiquillos hubiese entrado en la Academia de la política
para que le pudiesen enseñar algo. Sería un intento fallido,
por parte de los profesores, ante la incapacidad más que
manifiesta y la nulidad absoluta para ser capaces de
aprender las reglas básicas. Y por eso pasa, lo que pasa.
Todos estos politiquillos de medio pelo nacidos en la
democracia, como nacen los pollos de granja, sin el menor
conocimiento de lo que es y significa la política han
encontrado acomodo en ella, sin que no hay un dios que sepa
cuáles son los motivos, que unas nulidades totales lleguen
ocupar un lugar en el mundo de la política, gracias a esa
tómbola de la caridad, porque caritativo hay que ser, para
concederle una gorra, un pito y convertirlos en mandas, para
mayor desgracia de los pueblos que los tienen que soportar.
La pregunta es ¿hasta cuándo?.
Metiéndome en el papel de Risto, ese miembro del jurado,
critico con todos los alumnos de OT, les diría a más de uno
de estos politiquillos de medio pelo, utilizando el lenguaje
que él usa emplear, “No te da vergüenza decir que eres
político, cuando eres incapaz de hacer la o con un canuto de
caña”.
Además todos los pertenecientes a esta fauna de
politiquillos de medio, presumen de ser grandes entendidos
en la materia, son ególatras, dictadores baratos, faltos de
preparación, con un nivel cultural bajísimo y presumiendo
del gran poder que tienen sobre los demás.
A mi personalmente y en persona, cuado les veo actuar, me da
vergüenza ajena ¿Y a ustedes, qué les parece esta fauna?.
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