Me cuentan cosas y más cosas, que
pueden ocurrir en nada de tiempo, según mis comunicantes.
Entre otras cosas me dicen, además asegurándome todo cuanto
me comenta, que hay más de uno y de dos que están en la
cuerda floja. Que el que creen que manda tanto, no manda
tanto como el personal cree, y que también está agarrándose
a un clavo ardiendo. Que el que económicamente está
atravesando una mala racha, que anda más perdido que un
pingüino en el mes de agosto en Ecija, ha tenido que
claudicar postrándose de rodillas y prometiendo todo lo que
se puede prometer, antes de irse al garete.
Que este personajillo de medio pelo, ya no cuenta con los
apoyos que tenía, y que para tratar de recuperarlos está
dispuesto a cargarse a un “amigo del alma” Que si uno que
tiene al lado, este personajillo, es a quien un manda le
“sopla”, para que lo cuente en letras impresas. Que tanto el
mandas, como el que recibe el “soplo” están atravesando
momentos muy difíciles que les pueden llevar a decir “hasta
luego, Lucas”. Todo esto y mucho más me cuentan, cada día,
todos aquellos que les gusta contarme cosas.
Me cuentan tantas cosas que hasta me han dicho que hay, por
ahí, una tarjeta visa que está echando más humo que los
barcos antiguos de carbón que venían a repostar al muelle
Alfaú, de tanto usarla. Que el que concedió la visa, al
principio no ponía pega alguna a su uso pero que,
últimamente, se coge unos cabreos de aquí te quiero ver,
cuando le llega el estadillo del banco, cargándole los
gastos de la visa.
Como no tengo nada mejor que hacer, pues les escucho
mientras nos tomamos un café. Total por un euro me tienen al
día de muchos acontecimientos, que después de hacer las
averiguaciones oportunas, me gusta contrastar todo cuanto me
cuenta, resulta que, en la mayoría de los casos, mis
comunicantes aciertan de pleno. Cómo serán los tíos
acertando, que hasta me voy a tener que creer todo lo que me
digan, sin hacer averiguaciones.
A pesar de decir lo anterior, jamás me atrevo a escribir
ninguna cosa que se me comente si antes no la he contrastado
personalmente y en persona, por mucha credibilidad que les
dé a mis magníficos comunicantes.
Eso, la de contrastar las noticias, es algo que no he
abandonado jamás desde que me inicie en esto de escribir,
por mucha confianza que tenga en quien me dé el “soplo”
sobre algún asunto. Espero y deseo que con esto que estoy
aclarando sobre mí actitud de contrastar todos los temas que
me cuentan, no se me enfaden mis comunicantes pues tengo que
reconocerlo, son extraordinarios.
Pero como decía la sabia de mí abuela: “más vale pájaro en
mano que cientos volando”. Lo que es, es.
Todo esto que me cuentan, es archivado en el disco duro de
mí cerebro, para ser utilizado en los momentos oportunos. Ni
antes, ni después, en su justo momento.
D esa forma nos evitamos, en muchas ocasiones meter la pata
por adelantarnos a los acontecimientos que, por culpa de ese
adelantamiento, se pueden torcer. Todos mis comunicantes,
están de acuerdo conmigo en que existe una trama. Está
contrastada.
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