Lo del descenso es una de las
cosas que pueden suceder a cualquiera y en Algeciras se han
dado muchas veces, como también se han dado muchos ascensos
a 2ª A, en los últimos 35 años.
Es el equipo que menos aburre a su afición, aunque le da
muchos disgustos, pero como eso lo alterna con las alegrías
de los ascensos, pues se compensan las situaciones.
Además hay algo que aquí se ha dado y así se ha renacido
otra vez, perderse el equipo histórico, apareció otro
similar, se cambiaron las siglas y a seguir.
Eso en el fútbol es tan frecuente que ya no es ni noticia,
cosa que en una empresa privada no se toleraría jamás.
Pero lo que sí nos preocupa es que, tras una asamblea
tumultuosa, el Algeciras se haya quedado “huérfano”, la
directiva se haya marchado y ahora se esté a la espera de
que alguna empresa, o alguna otra entidad se haga cargo del
club, pero aportando, en principio, unos 150000 € para los
pagos inminentes y para evitar que el equipo pierda, por no
pagar, la tercera división, a la que ha caído.
Aquí está el problema, y sería lamentable que una
institución que hace tres o cuatro años estuvo, aunque de
paso, en 2ª A, ahora cayera a la primera andaluza. Es,
repito, algo que sólo puede concebirse en el fútbol.
Porque ya me dirán quien, a las primeras de cambio, va a
hacer un desembolso tan fuerte para hacerse con las riendas
de un club en tercera división y sin saber a donde van a
poder llegar.
El fútbol, y se ve cada día más, parece que está regido por
unas leyes fantasmagóricas que protegen, no al mejor, no al
peor, no a cualquiera, sino a la sin razón.
Y el que ese problema que se plantea ahora con los
algeciristas se puede plantear en cualquier punto que
queramos de la geografía española y a la semana siguiente se
ha olvidado, o si hay un “Ayuntamiento generoso” pone el
dinero que sería más útil para otras cosas y ... a vivir
otra vez en un castillo de naipes.
En estos momentos, aquí en Ceuta, con el equipo metido en la
fase de ascenso, parece que no se da importancia a esto,
cuando a principios de temporada ambos equipos partían con
las mismas o parecidas aspiraciones, y cuando los resultados
fueron adversos al otro lado del estrecho, que tienen un
buen campo, no supieron atajar el problema, mientras que
aquí hubo acierto en el cambio de técnico, con lo que, al
menos durante un par de semanas, en el peor de los casos, se
tendrá la vista puesta en segunda A.
Ahora, sea el resultado que sea para el Ceuta, en la fase de
ascenso, estaremos durante varias temporadas sin poder
“gozar” de esos encuentros, cada vez más descafeinados, de
rivalidad, entre Algeciras y Ceuta.
Si el Ceuta logra ascender, cuando menos tres temporadas
estarán uno y otro distanciados de categoría. Si no se logra
el ascenso y los algeciristas salvan caer de la tercera
división, en la que han entrado, todavía no se verán juntos
en dos años o más.
Al llegar a una situación como esta en la que han caído los
del Algeciras no podemos por menos de mirar hacia otras
partes y hacer alguna comparación como por ejemplo con
Burgos, donde en repetidas ocasiones se ha perdido el
primero de sus equipos, se ha rehecho y, muchas veces ha
logrado ascender hasta 2ª, porque lo de primera ya les queda
muy lejano.
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