Con el fervor de un pueblo cristiano unido en su amor a la
Madre de Dios, la parroquia de Santa María Micaela acogió la
misa rociera con la que la Cofradía del Cautivo ponía punto
y final a su triduo en honor de la Blanca Paloma, la Virgen
del Rocío. El público asistente tuvo ocasión de disfrutar de
la actuación de la Agrupación Rociera “Al sur del sur” y de
participar en el sentido besamanos de la Virgen del Rocío.
La Parroquia de Santa María Micaela en el Barrio de la
Victoria se quedó pequeña para dar cabida bajo su techo, a
las decenas de melillenses y ceutíes afincados en Melilla
que acudieron para rendir honores a la Virgen del Rocío, en
la misa rociera organizada por la Cofradía del Cautivo.
A la misma acudieron, unidos por su devoción a María, los
representantes de las distintas hermandades cofrades de
Melilla y una representación de la junta directiva de la
Casa Regional de Ceuta en Melilla. En esta ocasión la
ceremonia no sirvió de antesala a la Romería del Rocío, que
este año se retrasó una semana por motivos climatológicos. A
pesar de este retraso, la parroquia fue tomada por un
numeroso grupo de creyentes; realizando una magnifica misa
cantada la Agrupación Rociera que posee la entidad caballa.
A lo largo de la ceremonia religiosa el coro rociero “Al sur
del sur” interpretó un completo repertorio de temas
religiosos, desde el “Señor ten piedad”, al “Aleluya”, el
siempre emotivo y bellísimo “Padre Nuestro”, y la “Salve
Rociera” al concluir la ceremonia. También un grupo de
bellas bailarinas demostraron su arte bailando por
sevillanas.
Representantes de la institución ceutí realizaron una
ofrenda de flores junto a la chiquillería caballa con la que
cuenta la casa, todos ataviados del más estilo rociero.
Al término del oficio, los responsables de la Cofradía del
Cautivo procedieron a la imposición de medallas a los nuevos
hermanos cofrades con la entrega de reproducciones
fotográficas de los titulares de la hermandad (Nuestro Padre
Jesús Cautivo y María Santísima del Rocío).
Como colofón se llevó a cabo el tradicional besamanos de la
Virgen. Personas de todas las edades, hombres y mujeres, se
sucedieron para besar las manos de la bella talla de la
imagen mariana y mostrar así su devoción hacia la Madre de
Dios.
Los miembros de la Agrupación recibieron grandes aplausos y
felicitaciones por parte del publico asistente.
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