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ACTUALIDAD - LUNES, 19 DE MAYO DE 2008


francisco márquez. archivo.

nuevo modelo de financiación autónomica
 

Ceuta contempla la cesión de competencias para mejorar su financiación autónomica

El consejero de Hacienda, Francisco Márquez, recuerda que las autonomías de régimen general disponen actualmente de un porcentaje del IRPF o el impuesto de Sociedades

CEUTA
Gonzalo Testa

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El consejero de Hacienda de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Francisco Márquez, no lleva en su maletín para la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera de mañana en la que se abrirá el debate sobre el nuevo modelo de financiación autónomica solamente reclamaciones de mayores transferencias. Márquez asegura que “una de las opciones” para garantizar la suficiencia financiera de la Administración autonómica pasa por su acercamiento a las condiciones por las que se rigen las comunidades de régimen general, que actualmente ya reciben una parte de la recaudación del IRPF o el Impuesto de Sociedades, de los que ninguna de las ciudades autónomas percibe o gestiona actualmente porcentaje alguno.

• Bajo el indefinido epígrafe de ‘Perspectivas económicas y financieras de la legislatura’ y sin mayor concreción, el Gobierno de España abrirá mañana a instancias del superministro de Economía, Pedro Solbes, que es quien convoca, el debate sobre el nuevo modelo de financiación autónomica en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, al que asistirá en representación de la Ciudad Autónoma de Ceuta su consejero de Hacienda, Francisco Márquez.

“Se supone que, aunque sea con un planteamiento muy amplio, ese punto, el décimo y penúltimo del Orden del día de la reunión, servirá para que tanto el Gobierno central como los representantes autonómicos, expongamos nuestra posiciones sobre el que debe ser el nuevo marco de financiación de las Autonomías para los próximos años”, explica Márquez, que desde hace unos días maneja el informe encargado por el Gobierno ceutí a Deloitte para defender con un estudio “independiente y riguroso” sus reivindicaciones financieras a Papá Estado.

Básicamente, como ya han explicado el consejero y el presidente Vivas en varias ocasiones, Márquez defenderá mañana que si bien es cierto que durante los últimos diez años tanto los gobiernos del PP como los del PSOE han sido “sensibles” con Ceuta en lo que a inversiones, transferencias y modificaciones legislativas presupuestarias se refiere, la Ciudad precisa de otro marco en el que se atiendan específicamente sus “singularidades”.

“Queremos contribuir a encontrar una solución global para todo el Estado”, puntualiza Márquez, “pero también que atienda las singularidades de Ceuta teniendo en cuenta que esta es la primera oportunidad que tenemos para revisar el modelo vigente y que el que se pacte será al que nos tengamos que adaptar a medio y largo plazo”.

El modelo de financiación autonómica actual se aprobó por unanimidad en julio de 2001, después de seis meses de negociaciones, y entró en vigor el 1 de enero de 2002. Para su puesta en marcha se modificaron algunos artículos de la LOFCA (Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas), de la de Cesión de Tributos del Estado a las Comunidades Autónomas y la que regula el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI). Además, se actualizó la Ley General de Sanidad y el Texto Refundido de la Ley de Seguridad Social, para la integración de la sanidad entre los servicios públicos prestados por las comunidades y permitir la participación de Ceuta y Melilla, que hace siete años entraron por primera vez en el sistema, que fijó el año 1999 como base para la contabilidad y el censo de la población.

Ahora, tanto Ceuta como la mayoría de gobiernos autónomos defienden que el nuevo modelo debe ser lo suficientemente flexible como para “adaptarse” a las circunstancias económicas “sobrevenidas” que puedan darse en los próximos años.

Principios básicos

Flexible. Y solidario, y que contribuya a la redistribución de la riqueza y que persiga la prestación equitativa de los servicios en todo el Estado. Esos son los principios básicos e inexcusables que Ceuta exigirá en sus conversaciones con el Gobierno central y el resto de Autonomías.

“Estamos expectantes ante la posición que adopte el Estado, pero nuestra posición no está improvisada: tenemos los deberes hechos”, advierte Márquez, a quien no le parece reiterativo defender esos principios “de perogrullo”, sobre todo sabiendo que en la misa mesa se sentarán comunidades como la catalana que reivindican una negociación “bilateral” con el Ministerio, una postura que a su juicio “no beneficia a nadie”.

Por eso, dispuesta a contribuir a cerrar una posición global pero convencida de que las peculiaridades de Ceuta aún no están suficientemente atendidas, la Ciudad cuenta con el respaldo de Melilla hacia sus posiciones teniendo en cuenta que ambas comparten la misma lista de dificultades añadidas: extrapeninsularidad, frontera terrestre con un país que no es de la Unión Europea, escasez de suelo y recursos naturales, alta densidad de población, elevados índices de paro o población por debajo del umbral de la pobreza, limitadas posibilidades de desarrollo económico...

Además del melillense, que se cerró en el último encuentro de Vivas e Imbroda con sus respectivos consejeros de Hacienda durante su último encuentro en Madrid, la Ciudad buscará de inmediato la complicidad del PSOE y la Delegación del Gobierno para que la suya no sea una postura “partidista” en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

“El presidente contactará con el delegado para informarle de las conclusiones del informe externo encargado que debe completar los elaborados por los funcionarios de la Ciudad y para que nuestra posición vaya más allá del ámbito partidista”, adelanta Márquez, que no suelta prenda sobre los números de Deloitte, que reflejan en cifras concretas ese “déficit estructural” que soporta Ceuta actualmente en lo que a la prestación de servicios básicos y otras variables se refiere.

Lo más que adelanta el consejero al respecto es que, en cualquier caso las reivindicaciones de suficiencia financiera al Estado de Ceuta no supondrán “ninguna quiebra” para el sistema.

Varias posibilidades

Poco o mucho, el problema del debate que se abrirá mañana es que todas las partes quieren más dinero, cada una con un argumento distinto. Algunas como la Comunidad Valenciana, Baleares o Cataluña quieren aumentar la ponderación de la población, la inmigración, el esfuerzo fiscal o la renta per cápita, mientras que otras como Aragón o Andalucía creen que deben puntuar más otras variables como el territorio, el envejecimiento o la dispersión.

El Gobierno de Zapatero ha mostrado su disposición a contemplar, además de las cifras actuales de población (que computan un 94% del criterio de reparto), otras variables como la dispersión, la insularidad o la inmigración.

Por eso, ante semejante berenjenal, además de reclamaciones Ceuta está dispuesta a ofrecer mayores corrresponsabilidades acercándose al régimen general que enmarca la financiación de todas las regiones excepto Euskadi y Navarra (de régimen foral), Ceuta y Melilla.

“Una de las posibilidades es exprimir al máximo los recursos propios, pero otra pasa por contar con mayores competencias”, amplía Márquez. “Actualmente”, completa su propuesta, “las autonomías de régimen común reciben una parte de la recaudación de diferentes impuestos como el IRFP o el Impuesto de Sociedades y nosotros no”.

Asumir, con corresponsabilidad fiscal, la recaudación de estos impuestos debería ser compatible con otras transferencias que, sin pertenecer estrictamente al modelo de financiación autonómica, sí percibe “justamente” Ceuta, como la que subvenciona la desalación de agua o el transporte de los Residuos Sólidos Urbanos a la península.
 


Estabilidad, suficiencia, autonomía, solidaridad, coordinación y participación

El actual sistema de financiación de las Comunidades Autónomas de régimen común, vigente desde el día 1 de enero de 2002, fue aprobado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas en su reunión del día 27 de julio de 2001 y se inspira en los principios de generalidad, estabilidad, suficiencia, autonomía, solidaridad, coordinación y participación en la Agencia Estatal de Administración Tributaria y en los Tribunales Económicos Administrativos de ámbito regional. El modelo de financiación de las Comunidades Autónomas. ha ido configurándose en distintas fases, apostando progresivamente por la “corresponsabilidad fiscal”, en lugar de financiar a las Comunidades a partir de una simple participación en los ingresos estatales. La corresponsabilidad ha surgido como consecuencia de la asimetría existente entre la autonomía financiera sobre el gasto que poseían las Comunidades Autónomas y la escasa autonomía sobre sus ingresos, al provenir estos, en origen, de transferencias estatales.

Además de los de Sucesiones y Donaciones; Patrimonio; Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados... las Comunidades gozan de una ‘tarifa autonómica’ del IRPF (33%), con competencias normativas en materia de tarifa y deducciones.
 

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