Hacía muchos años que en el PP no
había problemas e intrigas internas, pero la situación en
estos momentos se le está poniendo tan difícil al líder de
la oposición, que el próximo Congreso lo va a tener que
lidiar con más mano izquierda que el triunfador de San
Isidro en Madrid.
Los que hemos seguido, desde hace muchos años, la marcha del
partido conservador, tenemos que recordar que fue José María
Aznar el que tuvo que poner “firmes” a muchos, para que el
partido llegara a una unidad sin resquebrajaduras. Esto con
Aznar era posible, y lo fue, pero su delfín no ha podido
mantener ese tono, especialmente cuando ha perdido dos
elecciones consecutivas.
La herencia de Aznar está ahí, pero lo que una serie de
pesos pesados no ha sido capaz de digerir es que, en su día,
nombrara a Rajoy, cuando había otros con muchas
aspiraciones, y estaban muy bien vistos en el partido, como
era el caso de Rodrigo Rato.
No cabe duda de que un triunfo en las elecciones hubiera
atemperado la tensión , pero una derrota y una derrota más,
ha dado pie a muchos de los que tienen peso, a levantar la
voz, especialmente cuando posibles competidores han sido
aparcados ahí, y los que entraron de la mano de Rajoy, como
el número dos de Madrid no fueron el refuerzo que se
buscaba.
Sin embargo, lo que más ha sorprendido ha sido, con
diferencia, lo de María San Gil, que incluso ha dividido a
los populares en Eskadi. La situación está muy complicada.
Y ahora, lo que son las cosas, Mariano Rajoy trata de
acercarse a Gallardón o que Gallardón se acerque a Rajoy, al
haber oído él mismo como María San Gil decía que no confiaba
en el presidente del PP.
¿Hasta donde pueden llegar las buenas relaciones entre
Gallardón y Rajoy?. En política todo es posible. En política
las tragaderas pueden llegar a situaciones impensables y no
me cabe duda de que una buena oferta, puede dar un cambio de
180 grados o de 360.
Pero lo que no podemos olvidar aquí es que con todo este
“gallinero alborotado”, quien sale perjudicado es el partido
y en un mes pueden perder más terreno de lo que iban a ganar
en tres años.
Esta situación, por muchos giros a la derecha o a la
izquierda, por muchas concesiones que haya, favorece
claramente a Rodríguez Zapatero, que se tendrá que preocupar
de sus problemas de la economía, sí, y de otros que le vayan
surgiendo, pero que no se verá azuzado por la oposición en
estos momentos que podrían ser más complicados.
La renovación de un partido lleva tiempo, y al paso que va
el PP, ya se le ha ido una legislatura, se le va marchando
la segunda y la tercera podría llevar el mismo rumbo.
Al final vamos a poder decir, como del Congreso del PP no
salgan muchas novedades, que Aznar arregló el partido, pero
no lo dejó perfectamente asegurado, y con su marcha se
volvió a la oposición, algo que nadie hubiera deseado en los
que le seguían.
Ahora es cuando, a pesar de ser “los malos de la película”
se empiezan a notar las ausencias de Aceves y Zaplana, que
durante mucho tiempo fueron el auténtico paraguas de Rajoy,
y cuando ellos han dejado el paso libre todas las tormentas
van en la misma dirección. A Zaplana no lo conozco, a Aceves
por eso del paisanaje sí, y creo que desde ahora su hueco va
a ser complicado rellenarlo, para bien o para ..., Dios
dirá.
|