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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / EL OASIS

Política sin gritos
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En la política local impera el adocenamiento y lo ordinario. Aunque viendo como está el patio nacional, ningún trabajo cuesta pensar que en cualquier otro estamento hay gente más valiosa. Porque si no fuera así, apaga y vámonos. Ahora bien, en medio de la mediocridad a todas luces existente, el que el presidente de la Ciudad no haga una política de gritos es, sin duda, como para que nos demos con un canto en los dientes.

De no ser así, tendríamos que soportar plenos donde primaran los gritos, los insultos, las amenazas... Y se hiciera necesaria a cada paso la intervención de la policía correspondiente. Todo ello ocurría no hace mucho tiempo. Cuando en el Ayuntamiento reinaba lo chabacano como algo habitual.

De ahí que me desconcierten las declaraciones de quienes hablan de ese pasado como si hubiera sido edificante. Y, por si fuera poco, ensalzan a los políticos de esa época. Y hasta pretenden colarnos por lumbreras a algunos de los que sólo eran unos aprovechados de la politiquilla que hacían para darse una vidorra. Cabe decir lo de vaya tropa...

Pedro Gordillo, por írsele la olla cuando habla, en bastantes ocasiones, está sirviendo de mofa pública por parte de quienes, precisamente, andan empeñados en destacar a sus parientes políticos de aquel tiempo donde las grescas entre concejales eran tan sonadas y virulentas, que a las señoras les daban soponcios y los señores se tocaban de los nervios y perdían el oremus.

Basilio Fernández
debe acordarse de lo que estoy diciendo. Y qué decir de Antonio Francia. Y harían muy bien en aprovechar cualquier oportunidad para contárselo a los jóvenes que hablan de los políticos actuales, como seres insignificantes comparados con los de los años ochenta y noventa. Ambos saben perfectamente a qué me estoy refiriendo. De modo que es preferible dejar a los muertos en paz. Y hablar de los vivos.

Vivo y coleando está Mohamed Alí. Pero de él comentan en tertulias y corrillos, que se ha equivocado lo indecible en los últimos tiempos. Que ha estado a merced de los vientos como la flor del vilano. Y que a buen seguro será otra víctima de esa mano negra que pone y quita delegados del Gobierno en Ceuta, como si tal cosa. Fernández se refiere a ella como La mano que mueve la cuna. Unos dicen que es Antonia María Palomo, otros que Salvador de la Encina; pero la verdad del cuento, mamita mía, yo no la sé como quisiera. Por más que la intuya.

En realidad, Alí debe andarse con tiento. No vaya a ser que los socialistas le jueguen una mala pasada, si se desentienden de lo que Jenaro García-Arreciado acordó con él. Y ya tenemos a los populares bañándose en agua de rosas. Menuda satisfacción se llevaría Gordillo, caso de ocurrir lo reseñado. Por razones obvias.

En lo tocante al presidente de la Ciudad, cumple su guión con minuciosidad: continúa sin levantar la voz pero cada día manda más y se equivoca menos. Mejor dicho: no se equivoca nunca. Ya que su política está planificada para que los errores sean cometidos por los demás. Pues su liderazgo no debe sufrir menoscabo alguno. Y estoy seguro de que el delegado del Gobierno, José Fernández Chacón, habrá salido de la entrevista mantenida anteayer en el despacho de Vivas, convencido de que éste es encantador. Pero haría muy bien en no decirle ni pío a la señora Palomo. Ojú...
 

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