Dice una cuarte famosa: En este
mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el
color del cristal con el que se mira”. Una gran verdad
encerrada en una cuarteta puesto que, cada uno de nosotros,
tiene una forma de ver ciertas situaciones que se producen
en determinados momentos. Lo que a unos les parece bonito, a
otros les parece feo. Los que a unos les parece bien las
medidas tomadas, para otros es un auténtico desastre. Y es
que, como dice la famosa cuarteta, cada uno de nosotros
tiene su particular cristal a la hora de ver y juzgar las
cosas.
El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro
Solbes, a quien uno particularmente, cada uno puede tener la
opinión que le parezca, considero un hombre inteligente y un
gran economista defiende la subida de la luz en un 11,3 %
aunque dispare la inflación, porque la medida es necesaria
para adaptar el precio de la electricidad a su coste real.
Esta medida, con el debido respeto, señor Solbes, va a
afectar a más de veinte millones de hogares españoles,
algunos de los cuales, debido a los sueldos que perciben, se
van a quedar a “dos velas”. Y no es que vayan a poner ese
par de velas, en una mesa con la cena preparada, como si
fuese una velada romántica. No señor, la van poner porque no
van poder encender la luz, ya que no tendrán dinero para
pagar el recibo.
La subida de la luz, en ese elevado porcentaje, tal y como
está la situación económica, que no está para tirar cohetes
que digamos, es un varapalo para muchos hogares españoles.
Indiscutiblemente, esa subida, no afectará, ni mucho ni poco
a todos aquellos que ganan unos pedazos de sueldos. Sólo nos
afectará a todo los millones de españolitos de a pie que
cada mes, tenemos que hacer auténtico juegos malabares para
llegar al final, debiendo algo menos en la tienda de barrio,
para el día uno volver a empezar, otra vez, a que se nos
apunte en la “libreta”.
Esto de que se nos apunte en la “libreta”, me recuerda
aquella época de mí niñez, donde era cosa habitual llevar la
celebre “!libreta”, a las tiendas de los barrios, cada vez
que se iba a realizar una comprar. Es dar un paso para atrás
como hace el cangrejo.
Por cierto, antes de que se me olive que tengo mala memoria,
lo único bueno que tenían aquella celebres “libretas, era
que cuando pagabas, cada final de mes, te regalaban una
tableta de chocolate y los chavales nos volvíamos locos de
alegría. No todos los días podía uno pegarle un bocado a una
pastilla de chocolate.
No creo que eso haga mucha ilusión a los chavales de hoy
día, que se tomaría la cosa a cachondeo porque, ellos,
tienen todo lo que nosotros, esa generación perdida, nunca
tuvimos nada. Nunca desearé, a ninguna juventud, volver a
aquellos tiempos, donde llevarse algo a la boca era todo un
lujo.
Y Dios dijo “hágase la luz, y la luz fue hecha”, sin pasar
recibo alguno. Ahora, cuando todo sube una barbaridad, se
nos dice que también va a subir el recibo de a luz. Pues
nada, a ahorrar luz, Buscaremos aquel par de velas de cuando
salimos de penitentes y haremos uso de ellas. Oiga, menos da
una piedra. No creo que esto sea lo que afirman los
progresistas. ¿O no?
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