Un día más que comparto con
algunos ciudadanos ceutíes de cierto peso en el ámbito
social local. Un día que aprendo cada vez más de las humanas
condiciones de entender las cosas y darlas a conocer
dependiendo en primer lugar de las normas cívicas emanadas
de la Constitución.
Con esto significo que todos los ciudadanos tienen derecho a
recibir información veraz y como la Constitución excluye
toda forma de censura previa –pretensión que algunos
políticos quieren aspirar- hace que se consagre un derecho
genérico a difundir y recibir información veraz a la vez que
protege el derecho a la intimidad y el honor de todos los
ciudadanos.
La protección del honor y de la intimidad de los ciudadanos
se entiende cuando éstos no dan pábulo público para que se
informe de sus actividades. Y como venimos observando que
algunos ciudadanos utilizan éste modo de hacer público sus
propias actuaciones, previo cobro o no de una gratificación,
es cuando todos tienen derecho a usar el sistema de
información que la propia Constitución consiente.
Todo lo concerniente a determinado personaje de proyección
popular -no se confundan, no me refiero a los del PP, aunque
ser pueden incluir algunos- es que entra dentro de lo
humanamente posible y respetable el deseo de mantener su
vida privada fuera de los deseos de información, pero
resulta menos comprensible que quiera alcanzarse ese status
mediante alguna forma restrictiva del derecho de la
información porque se da por sentado que ese personaje
dispone de los mismo derechos y prerrogativas que cualquier
ciudadano, en una democracia plena y en un Estado de
Derecho, pero no más.
El personaje público debe ser consciente de que no observa
el mismo comportamiento en su relación con la prensa o los
medios de comunicación en general, como lo demuestran
algunos que han decidido poner su vida privada y su
intimidad en el escaparate previo cobro de cantidades
importantes. Cuando abren esa vía implican que abren su
intimidad a todos los vientos.
Una cosa de suma importancia es que esos personajes usen su
influencia para delimitar el derecho a informar con lo que
se deduce que los medios de comunicación pueden hgacer de su
capa un sayo resulta tan ajeno a la ley como imaginar que
cabe delimitar dicho derecho a informar a instancias de un
particular.
Lo que lamento, siempre en mi opinión personal, es que
algunos políticos, sobre todo los peperos, utilicen el
manido sistema de desinformación para engañar a los
ciudadanos y hacerles creer que quienes ni saben ni visten
como ellos están en contra de los ceutíes. Montan una
especie de “sarao” con fines demasiados oscuros para ser
aceptados como lógicos en las aspiraciones reales de nuestra
ciudad y confunden jureles con caballas.
No exponen la verdad de las cosas, como por ejemplo que no
somos una Comunidad Autonómica, y hacen creer que tenemos
unos derechos que están muy lejos de nuestro propìo derecho
constitucional. Ceuta no es más que una Ciudad Autónoma y
como tal tiene sus propias limitaciones que no puede exigir
ciertos derechos o privilegios que no pueden tener ni tienen
el más mínimo punto de comparación con una Comunidad
Autónoma.
Toda exigencia del reconocimiento de un derecho inalienable
viene precedida de una exposición totalmente abierta de las
razones y/o motivos existentes y ponderables para formular
dicha exigencia. Razones que no tienen vuelta de hoja
refrendadas por transparencias informativas y sobre las que
no se puedan poner peros de ninguna manera. Otra cosa sería
pasar la patata caliente a los ciudadanos. Ignoro si me
entienden.
Quienes anuncian el hundimiento de una economía son los
propios autores que hacen posible ese hundimiento. Tras
largos años de tenernos con el esparadrapo en la boca y
colocarnos entre la espada y la pared no es de recibo, hoy
en día, que sigamos manteniendo una fe ciega en falsas
informaciones que no se pueden sostener con la más mínima
lógica. Si queremos una democracia plena, no basta con
pedirla de viva voz, hay que demostrar con hechos que
queremos esa democracia con todos los derechos inherentes a
la misma.
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