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OPINIÓN - SÁBADO, 17 DE MAYO DE 2008

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

En muchas ocasiones he recurrido a un trozo de letra de alguna canción para, a partir de ella, hacer el artículo que cada día tiene uno que realizar. Por supuesto que las canciones siempre emiten un mensaje, bien de dolor o de alegría pero, en definitiva, un mensaje que puede o no puede llegar a su destino, dependiendo de que le quiera prestar atención, al mismo, la persona a quien va dirigido ese mensaje.

Muchos han sido los cantaores que han aprovechado la letra de una canción para expresar, por medio de ella, lo que sentían por determinada persona. En la mayoría de los casos una declaración de amor de la que esperaba, sin duda alguna, la repuesta de la persona a la que iba dirigida. He sido testigo, en una fiesta flamenca, de cómo un cantaor se rasgaba la camisa mientras le cantaba a una bailaora de la que estaba enamorado. ¡Que maravillosa forma de mostrarle sus sentimientos!.

En cada ocasión, en la que he recurrido a ese trozo de canción para enviar un mensaje, lógicamente nunca ha sido un mensaje de amor a nadie, sólo un aviso al navegante de turno avisándole de lo que le podía pasar que, en verdad, tengo que decir y digo, poco o ningún caso se me ha hecho, pero como decía la sabia de mí abuela “en el pecado lleva la penitencia”.

Y una vez más, vamos, como siempre, mí abuela acierta de pleno con sus frases. Le envié el trozo de una canción apercibiéndole de lo que se estaba tramando contra él. Ni caso. ¿Y qué pasó?. Pues, sencillamente, que la trama surtió sus efectos y le dijo adiós al cargo que estaba ocupando. Y desde entonces, le pasó como al pobre Fernández, de Pepe Iglesias “El Zorro” “del pobre Fernández nunca más se me supo”.

Y que conste, en acta, que el aviso se lo envié por activa y por pasiva, pero su ceguera ante los que él creía sus amigos, cuando eran sus más acérrimos enemigos, le hacía no ver más allá de sus narices. Es más, fue tal su fe en sus “amigos”, que asesorados por todos ellos, le hicieron creer y estuvo convencido que yo era su peor enemigo. Manda…la cosa

Los errores en política se pagan a muy alto precio, y ese fue su enrome error tener, toda la fe del mundo en aquelos a los que llamaba amigos cuando, todos ellos habían llevado a cabo la trama para darle la puñalada por las espaldas. Cuando se dio cuenta de quien era de verdad era su amigo, era ya un cadáver político. Si hubiese hecho caso a los avisos, a estas horas, otro gallo le cantaría. Porque, además, era un político que lo hizo bien.

Dicen que las historias suelen repetirse. No sé si eso será verdad. Ante la duda, tomando el lugar que me corresponde por amistad, sin ir más allá de esa amistad, ni pedirle nada a cambio porque, jamás, pido nada a cambio a quienes considero mis amigos creo, desde mí particular e intransferible punto de vista, que la historia se puede volver a repetir, con la intervención de parte de los que hicieron la otra historia. Hay síntomas inequívocos de ello aunque, en esta ocasión, costará a los de la trama mucho mas trabajo.

Hay un trozo de letra que dice: “no te fíes del amigo / que te alaba y te sonríe / porque detrás de esa sonrisa se oculta una traición”.
 

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