Inteligencia es la capacidad de
aceptar el entorno. (William Faulkner). Los entornos
suelen influir en nosotros. En mi caso, el entorno de la
tertulia a la cual asisto dos tres veces a la semana, me
sirve para que casi todos los contertulios me llenen los
pulmones de humo sin la menor consideración. A cambio, yo
suelo darles lecciones magistrales de fútbol compartidas con
tabarras para vengarme por haberme hecho fumador pasivo.
Nefasta consecuencia para mi salud.
Normalmente, en la ‘Peña del ladrillo’ se discute de si Guti
se ha convertido en el Curro Romero de los
aficionados que gustan de que se juegue al fútbol con
chaqué, de si Casillas está sobrevalorado porque es
el capricho de periodistas con aumento desmedido de su parte
femenina, o bien de si el Barcelona ha exagerado el valor de
los jugadores bajitos y se ha buscado la ruina.
Sin embargo, en ocasiones, los contertulios tomamos otros
derroteros y es cuando salen a relucir conversaciones donde
conviene estar muy atento para separar el grano de la paja.
De lo contrario, uno se expone a dar visos de credibilidad a
trolas enormes. Es un juego divertido donde a veces se caza
al vuelo una orientación que conduce directamente al quid
del asunto que está en el candelero.
En el candelero están, en estos momentos, los nuevos
asesores que le han impuesto al delegado del Gobierno,
José Fernández Chacón. Nada más publicarse la noticia,
el miércoles pasado, el hecho se puso de mucha actualidad y
aún sigue siendo motivo de comentarios diversos. Y, claro,
en la tertulia se tocó el tema como la cosa más natural del
mundo.
Salió a relucir, como no podía ser menos, el nombre de mi
estimada Antonia María Palomo como más que posible
urdidora de los cambios habidos en la Delegación del
Gobierno. Fue el primer cromo que yo puse en circulación. Y
pronto me lo canjearon por el siguiente: Es una pena que
Manolo Abad no haya sido nombrado director provincial de
Educación. Tal y como él deseaba. Aunque ha conseguido que
Rocío Abad forme parte del gabinete de prensa de
Fernández Chacón.
Inmediatamente, puse otra estampita en el juego del
intercambio, lo mucho que van a echar de menos a Rocío en su
empresa, debido a que es una profesional extraordinaria.
-No lo creas... La empresa ha visto con buenos ojos la
salida de Rocío. Ya que últimamente no había mucho
entendimiento entre partes, porque el periódico digital no
marchaba como deseaba la casa. Y si encima ésta ha
conseguido reducir gastos, miel sobre hojuelas.
Y como el intercambio de cromos funcionaba a la perfección,
dejé caer que las actuaciones de Rocío en el gabinete de
prensa de la Delegación del Gobierno van a ser miradas con
lupa. Porque me maliciaba que ya habría alguien tratando de
presionarla para que nunca deje de acordarse que procede de
un sitio al cual tendrá que volver cualquier día. Y uno de
los integrantes de mi entorno respondió: Rocío Abad es
consciente de que su excedencia ha sido recibida en la
empresa con alegría. Cual si se hubieran quitado un peso de
encima. Y le ha sentado como un tiro. Así que no creo que
arriesgue lo más mínimo para favorecerla en ningún momento.
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