La sociedad vuelve a estar de luto
a causa del nuevo golpe a la convivencia y a la paz que la
banda de asesinos ha dado tras el atentado sucedido en la
madrugada del miércoles. Golpe terrorista de ETA que ha
costado la vida a un agente de la Guardia Civil, Juan Manuel
Piñuel Villalón en la localidad de Legutiano (Alava).
Melillense de 41 años, Juan Manuel se erige así en el primer
funcionario de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
caído desde que los cobardes asesinos decidieron engañar a
la sociedad y al Gobierno español con la falsa bandera del
alto el fuego.Piñuel se encontraba en un pequeño edificio de
vigilancia; quedó enterrado entre los escombros, junto a
otro compañero, un sargento, al que los bomberos lograron
rescatar con vida. De nuevo la sociedad responde unida.
Parlamentos, Asambleas, Diputaciones, Ayuntamientos... Hoy
es un día para oficializar la repulsa y la cercanía a las
víctimas. Los tiempos deben cambiar de manera definitiva
como para que regrese a la sociedad ese espíritu que invadió
a España después del asesinato de Miguel Angel Blanco. El
espíritu de Ermua sobrevolará en julio, once años después de
que ETA decidiera acabar con la vida del político mediante
el tiro en la nuca. Ese día el coraje inundó España de punta
a punta y los políticos supieron recoger el testigo para
acorralar a los terroristas. Hoy estamos como ayer,
indignados pero no impotentes, quizá la mala política haya
calado aportanto indiferencia, por eso es ahora el turno de
la política; el turno para encabezar un movimiento en
dirección frontal hacia el aplastamiento de ETA y la
erradicación de estos asesinos chantajistas que mantienen
amedrentada y atada a la sociedad vasca mediante sus
tentáculos [permitidos] aposentados en las instituciones
públicas de esta región española. Los dos grandes partidos
deben afrontar conjuntamente y sin fisuras la política
antiterrorista con mecanismos donde sólo quepa la acción
policial y judicial. Una lucha sin cuartel hasta expulsarlos
de las instituciones; rompiendo su estructura económica y de
extorsión hasta la asfixia.
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