Tras el rotundo éxito vivido en las últimas ediciones,
ceutíes y melillenses se reunieron a principios de este mes
para celebrar el XVIII Encuentro de Cross Ceuta-Melilla que
significaba, por tanto, su mayoría de edad.
Atrás quedan ilusiones, anécdotas, compañeros y kilómetros,
muchos kilómetros, que han acompañado a estos amantes de la
carretera durante tantos años. Sin embargo, y a pesar de que
durante algunas ediciones parecía que la llama se estaba
apagando, en esta ocasión el Encuentro ha resurgido de nuevo
alrededor de un único motor; la pasión por este modo de
vida.
Más de medio centenar de ceutíes cruzaron la frontera, en
dirección a Marruecos para, después de una jornada completa
en la carretera encontrarse, en Alhucemas, con sus homólogos
melillenses. Tras pasar la noche en familia, la expedición
partió rumbo a Melilla, en la que, en sus puertas, estaban
esperando las autoridades marroquíes para, después de un
recibimiento impecable, dejarles entrar de nuevo a
territorio español.
Una vez en Melilla, que en esta ocasión organizó el
encuentro coindiciendo con el campeonato de enduro, los
pilotos pudieron disfrutar, desde dentro, de cómo se vive el
antes, el durante y el después, de una competición que cada
día atrae a más entusiastas del motor.
Ese mismo día, la Casa de Ceuta en Melilla no quiso dejar
pasar la oportunidad para recibir a la expedición ceutí,
quien se mostró enormemente agradecida por ello.
Tras el rotundo éxito de esta nueva edición, ceutíes y
melillenses ponen a punto sus motores para, después del XIX
encuentro, celebrar la tan deseada XX edición que se espera
que sea toda una fiesta.
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