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Era un secreto a voces. La llegada
de un nuevo delegado del Gobierno traería implícita ciertos
toques de regeneración en algunas de las asesorías que la
Administración General del Estado mantiene en la Ciudad
Autónoma para dar cobertura a la acción del nuevo inquilino
de la Plaza de los Reyes y que el propio Fernández Chacón se
ha encargado de elegir. El nuevo representante gubernamental
se rodea de un renovado equipo con el objetivo de refrescar
ciertos segmentos competenciales. Criterios políticos, de
productividad y de confianza se mezclan en estos tipos de
cambios de asesores que guardan casi siempre el mismo patrón
escénico en cualquier esfera en la que se produzca. Cambios,
en concreto, que sirven unas veces para regenerar y otras
para cumplir ciertos aspectos de corte claramente político y
que son inherentes en cualquiera de las formaciones
democráticas que desde 1978 han transitado por la sede de la
Plaza de los Reyes. Aún cuando hoy la noticia sorprenda a
algunos más que otros, lo cierto es que, por el bien de
Ceuta, lo mejor que se puede desear a los nuevos
colaboradores directos es suerte en su particular gestión.
De momento, como todo aquel que estrena cargo, la ilusión y
la responsabilidad se mezclan a partes iguales. Es tiempo de
aguardar, de seguir esperando a que, de algún modo, pueda
comenzar a analizarse la labor de cada uno de los nuevos
responsables una vez transcurran esos primeros 100 días de
rigor con el que realizar, si acaso, la primera valoración
de sus respectivas gestiones. Menos tiempo tendrán,
probablemente, aquellos que continúen en el mismo lugar, que
de todo hay. José Fernández Chacón no ha perdido tiempo y
nada más llegar se ha puesto manos a la obra. Eso es una
evidencia clara de que lo que pretende el nuevo delegado es
coger cuanto antes el compás ceutí. Pese a su experiencia en
Melilla, comprenderá que hay situaciones con solución
parecida para ambas ciudades, pero la realidad fundamental
le hará comprender pese a todo, o pese a la similitud, que
aún así Ceuta tiene sus claras especificidades que la
diferencia de la ciudad hermana.
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OPINIÓN / EDITORIAL
