Estoy descansando de la paliza
anímica que me está dando este Barça de mis amores y
desamores que no acierta ni a la de tres, como yo tampoco
acierto las quinielas.
Aunque no es para tanto, la derrota del Ceuta en Granada
tampoco es agradable. Uno espera ver al equipo de su ciudad
a la cabeza de una división de espanto como es la llamada
Segunda B, que en realidad es una tercera división vestida
con traje de gala de mercadillo.
Dejo atrás el deporte, no me he metido ni me meteré en
analista deportivo, y entro de lleno en lko que me gusta: la
política y sus chollos morbosos.
Si vemos que el presidente de todos los españoles anda liado
con la manta a la cabeza en asuntos peliagudos de autonomías
quisquillosas, hemos descubierto su especialidad culinaria,
digo política: varapalo va y viene para luego moderar la
cosa.
Si los socialistas encuentran espinas que quieren ser peras
en olmos robustos, en parte por causa de autodeterminaciones
y en parte por financiaciones, los peperos andan en unos
terrenos pantanosos para la unidad del partido. Si Rodríguez
Zapatero reclama a las suyos esa unidad socialista que
empieza a quebrarse, los peperos ya no tienen esa unidad ni
pueden tenerla aunque la peguen con Super Ceys.
La “espantá” de la presidenta del PP vasco sobre la ponencia
que preparaba para su Congreso no es de extrañar dada la
tendencia que tiene esa señora recién operada de cáncer. Si
Rajoy marca el paso en un intento de disfrazar sus
tendencias como de centro-derecha, la San Gil no puede
desprenderse de su etiqueta de origen, como Acebes y Zaplana,
de extrema derecha. Como si echara la culpa de su cáncer a
ETA.
Aconsejaría a Mariano Rajoy que se afiliara a Convergencia i
Unió (CiU) que es un partido de centro-derecha genuino y así
tendría el orgullo de mostrar al mundo su tendencia.
Aunque en realidad no me figuro en la imaginación a un
Mariano Rajoy “parlando en catalá”. Un señor que ha
declarado públicamente que odia un idioma no entraría en la
lógica de hablarlo.
Está muy claro -el que lo niegue es Pinocho- que el PP tiene
problemas internos y de liderazgo, como siempre ha ocurrido
desde que Fraga fundó AP. La A primaria fue descendiendo
puestos hasta quedar en P. Lo de la alianza quedó en aguas
de borrajas como ahora. ¿Quién se acuerda de aquél
Hernández?
Esta nueva legislatura se presenta como muy agitada, no
mezclada, con varios frentes a los que debe hacer frente
nuestro Gobierno. Entre financiaciones autonómicas, en
materia del agua, en la próxima presidencia española de la
UE, en la lucha contra ETA, etc. precisa mucha cohesión y
lealtad por parte de los demás partidos políticos, sobre
todo del PP.
Pero estamos asistiendo, como asistimos en la pasada
legislatura que el PP sólo mira a su ombligo olvidándose de
los problemas de los ciudadanos. Les falta a los peperos
voluntad de entendimiento.
Entrando en el panorama político internacional, el local
anda encasillado con celebraciones de pueblo, vemos que
asistiremos a un espectáculo mediático con el
auto-presidente venezolano Hugo Chaves. Su ataque
injustificado a la dirigente alemana, a la que tacha de
hitleriana y fascista, viene apoyado en una tremenda ofensa
al pueblo español al matizar en una de sus declaraciones
“Quizás yo le diga algo y ella se vuelva loca y diga ‘¿por
qué no te callas?’” en clara referencia a la respuesta de
nuestro rey.
Creo que este señor, ¿puede ser señor o es truhán?, no anda
bien de su chipset, o al menos no habrá recibido lecciones
de ética política en su vida. Se está comportando como uno
de aquellos reyezuelos de tiempos pretéritos de tribus
africanas, y que me perdonen los africanos, con hueso
atravesado en el tabique nasal. Por lo menos su cara lo
aparenta.
En fin, cómo en la ciudad estamos en unos días en que
nuestros políticos no sueltan sandeces con las que darme
oportunidad de escribir artículos de opinión; descanso en
paz, pero vivo.
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