A Matilde Miaja le encanta su trabajo y, cuando habla de su
día a día, la limpieza de su sonrisa lo demuestra. es
recitadora y cuentacuentos de la Biblioteca Pública de Ceuta
desde hace 12 años, un oficio que considera de gran
importancia, ya que “el cuento es un vehículo de
conocimientos, ideas y valores idóneo”, porque atrae la
atención de los pequeños, al tiempo que les ayuda a
desarrollar su imaginación. Anima a todos los padres a que
no se pierda la sabia costumbre de leer un cuento a sus
hijos antes de dormir y a que les piden también a sus
pequeños que se conviertan en los narradores de sus propias
historias. Sin embargo, contar un cuento no siempre es una
tarea dominada por todos. por ello, desde hoy y hasta el
próximo jueves dirigirá un espacio formativo sobre
cuentacuentos y animación a la lectura, que tendrá lugar en
las aulas de la Casa de la Juventud en horario de tarde, a
personas que cuenten con más de 16 años.
Pregunta.- ¿En qué consiste su labor como recitadora y
cuentacuentos en la Biblioteca Pública?
Respuesta.- Mi trabajo consiste, principalmente, en el
fomento de la lectura. Mediante las sesiones de
cuentacuentos, consigo que los niños entren en contacto con
las distintas salas de la biblioteca, se manejen en ella,
que tengan un contacto directo con los libros y que
disfruten de ellos.
P.- Además de las lecturas y sesiones de cuentos en la
biblioteca de la ciudad y de los talleres de lectura,
¿realiza alguna otra actividad en este campo?
R.- Sí. Voy a los colegios de la ciudad y de algunas partes
de Marruecos. En concreto, casi todos los centros educativos
de Primaria de Ceuta y, además, visito en Tetuán los
colegios españoles Jacinto Benavente y del Pilar.
P.- ¿Qué edades tienen los muchachos que participan en
sus actividades de cuentacuentos?
R.- Durante la mañana me dedico a los niños de primero,
tercero y quinto de Primaria y, ya por la tarde, de todas
las edades. Es un abanico bastante amplio.
P.- ¿Cuál es el papel que toma el cuento en la formación
académica y personal del niño?
R.- Se trata de una herramienta muy acertada, ya que con el
cuento retienen la información mientras disfrutan y, además,
van cogiendo entonación, ritmo y la organización de frases.
Lo mejor es que todo esto lo aprenden casi sin darse cuenta.
De hecho, cuento en mi grupo con niños que han aprendido a
leer con gran facilidad porque han participado en los
cuentacuentos desde pequeñitos. Y esto es aplaudido por las
madres, porque las profesoras les informan sobre los avances
de los colegiales. Por otro lado, el cuento también actúa de
transmisor de valores como la convivencia y el respeto. Al
trabajar con manualidades, ellos aprenden a compartir el
material, a respetar los turnos, a escuchar al otro, a
desarrollar su imaginación y, sobre todo, a comunicarse con
otras personas de diferente edad. De esta forma, podemos ver
a un niño de seis años hablando con un muchacho de 16, por
ejemplo.
P.- Ceuta cuenta con ciudadanos de cuatro culturas
religiosas distintas, que, seguro, tendrán representación
entre sus alumnos. De alguna manera habrá intercambio
cultural en sus clases, ¿no?
R.- Eso es. En mis clases existen niños cristianos,
musulmanes, judíos e hindúes, luego de alguna manera están
aprendiendo también a conocer sus culturas desde la
infancia, una medida integradora muy necesaria para
respetarse y vivir en armonía.
P.- Me imagino que un cuento contará con más ventajas,
además del desarrollo de la dicción y del nivel de lectura…
R.- Si, por supuesto. El cuentacuentos es un medio muy
práctico para fomentar el uso de la imaginación entre los
más pequeños, ya que, a diferencia del cine y de los dibujos
animados, ellos tienen que recrear las imágenes en su mente.
Además, entramos un poco en el terreno de la magia, puesto
que a medida que avanza la historia nos caracterizamos con
gorros y pelucas, para representar a los personajes que
aparecen en la narración. Y a ellos les gusta mucho
dramatizar los cuentos. Además, como ya dije, absorben
información vital importante sin darse cuenta.
P.- Y además se fomenta la comunicación entre los propios
muchachos.
R.- Al trabajar con niños de diferentes edades se fortalecen
además las relaciones sociales, ya que en las sesiones de
cuentacuentos en ocasiones coinciden niños pequeños con
mayores. Ya sabemos que al tratar de personas de diferentes
edades, los niños les tienen a los mayores un poco de
rechazo. Sin embargo, cuando entran en la historia y
empiezan a colaborar con las actividades, se comunican y se
respetan, porque un mayor no sde ríe si un niño pequeño no
pronuncia muy bien la letra R. Además, se ayudan mucho y
siempre colaboran.
P.- ¿Los niños acuden al cuentacuentos por iniciativa
propia o son los padres lo que acuden al punto de
actividades?
R.- Por las mañanas, nosotros –los trabajadores de la
Biblioteca- tenemos programadas actividades en colaboración
con los centros escolares. De esa forma, son ellos los que
nos visitan por iniciativa de los propios profesores. En las
vacaciones de Semana y durante el verano, ya hay unos 50
niños que cada mes se apuntan a las diferentes actividades y
que van a la Biblioteca para trabajar en los talleres de
animación a la lectura y de cuentacuentos, además de la
escenificación de las historias y manualidades relacionadas
con lo que hemos trabajado.
P.- ¿Y qué tipo de cuentos se leen en las clases?
R.- Principalmente leemos los cuentos clásicos, como
Caperucita, Cenicienta, Pinocho… y además otros más actuales
como de Pep Bruno, Salvador Moure y otros autores que forman
parte de la literatura contemporánea.
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