Al Masaa (Marruecos), 7/11/ 2007
LA OTRA OPINIÓN
Preguntas y respuestas para comprender*
¿Han tenido que esperar los responsables marroquíes hasta
esta visita para acordarse de que tienen dos ciudades y unas
islas ocupadas desde hace más de 500 años? ¿Por qué no se
produjo todo este «clamor» cuando visitó el presidente
español, José Luis Zapatero, las dos ciudades a principios
de este año (sic)? ¿No fue Fuad Ali Himma, antiguo ministro
delegado de Interior y ahora diputado, quien ha llevado una
carta de protesta de los parlamentarios marroquíes a la
embajada española de Rabat, uno de los que firmó los
acuerdos ratificados entre los dos países que han convertido
a Marruecos en un mero gendarme que protege la frontera sur
del continente ibérico de la inmigración ilegal, el tráfico
de drogas y lo que se llama «peligro terrorista»?
¿Quiere Marruecos realmente que vuelvan las dos ciudades
usurpadas al territorio nacional? Las declaraciones
oficiales no lo dicen así. El comunicado emitido por el
Congreso de los Diputados habla de diálogo para solucionar
el problema, como si el tema dependiese de un intercambio
verbal entre vecinos.
Si Marruecos fuese sincero en su reivindicación sobre las
dos ciudades ocupadas, plantearía su estatuto ante la Cuarta
Comisión de Naciones Unidas y en todos los organismos
internacionales posibles. (…) Si les planteamos la pregunta
a los habitantes de las dos ciudades, responderán
negativamente. Según una encuesta de hace dos años, votarían
a favor de permanecer como están, pues al menos se les
garantiza unos medios de vida, aunque sea bajo ocupación. Ya
está bien de apelar solamente a los sentimientos
patrióticos, hay consideraciones económicas, políticas y
sociales que hay que tener en cuenta.
Cuando anteayer el rey de España visitó la ciudad de Ceuta,
no salió ni uno solo de los habitantes autóctonos a
protestar contra el colonialismo español, si exceptuamos
algunas pocas voces en los medios de comunicación ¿por qué?
Porque allí los ciudadanos sienten que son ciudadanos que
gozan de una ciudadanía completa.
La Constitución y el sistema democrático les garantizan sus
derechos, cosa que no ocurre en Marruecos. España ha sabido
como ganarse los corazones de los ciudadanos autóctonos de
las ciudades ocupadas gracias a su sistema democrático.
*Ali Anuzla
Nishán (Marruecos), 12/11/2007
Juramos que se la guardaremos a los españoles*
«Vengo para expresarles el firme respaldo y el permanente
aliento de la corona». Estas fueron las palabras que
pronunció Juan Carlos los pasados lunes y martes, ante los
habitantes de Ceuta y Melilla, durante su primera visita a
estas ciudades en sus 32 años de reinado. Aunque la mayoría
de los españoles considera que Ceuta y Melilla les
pertenece, esta visita no podía pasar así. Jamás un rey
español se atrevió a pisar estas ciudades, desde Alfonso
XIII, abuelo de Juan Carlos, que visitó ambas colonias en
1927, por miedo a una crisis abierta con Marruecos, que
posee una fuerte prueba geográfica sobre la marroquinidad de
estas ciudades.
¿Por qué el presidente del gobierno español, José Luís
Rodríguez Zapatero, permitió a su rey visitar Ceuta y
Melilla? (porque Juan Carlos no puede hacer esta visita sin
previo consentimiento del gobierno, como ocurre en todas las
verdaderas democracias). ¿Eso se debe al acercamiento de las
elecciones legislativas y los sondeos de opinión que ofrecen
un leve avance al Partido Popular (oposición)?
¿Zapatero estaría utilizando esta maniobra para presentarse
como un nacionalista y ganar así algunos votos de la
derecha? De todos modos, la reacción marroquí fue violenta.
Tres días antes de la visita, Mohammed VI llamó a consultas
a su embajador en Madrid, Omar Azimán. Hizo público un
comunicado en el que criticaba, con un duro tono, «la
flagrante violación de España del tratado de amistad y buena
vecindad», llamando la atención de los españoles sobre el
hecho de que Marruecos no va permitir «el uso de las
constantes nacionales de los marroquíes en conflictos
internos españoles
La reivindicación de Marruecos de Ceuta y Melilla nunca ha
sobrepasado el nivel protocolario. El rey de Marruecos nunca
había insistido en ella con semejante indignación, e incluso
confesó primero a José María Aznar, y luego a Zapatero, que
Marruecos «no lo consideraba una prioridad» aunque no
dejaría de reivindicar las dos ciudades. El periodista
español Ignacio Cembrero, experto en relaciones
hispano-marroquíes, dice en un reciente libro suyo (Vecinos
Alejados, editorial Galaxia Gutemberg, 2006): «el rey nunca
habló de este tema en ninguno de sus discursos, salvo
durante la crisis de la Isla de Perejil. Es una cosa
comprensible». Sin embargo, según el periodista español,
Mohammed VI se ha movilizado en el frente económico. El
enorme puerto Tánger Med y sus extensiones, las zonas
francas en Tánger y Nador, el último acuerdo para la
creación de una gran fábrica de Renault en los alrededores
de Tánger…todos estos talleres creados por Mohammed VI son
una prueba de una estrategia nacional marroquí, silenciosa
pero eficaz, cuyo objetivo es poner fin a los enormes daños
causados por Ceuta y Melilla en la economía nacional
estructurada (¡El 70% de la economía de Ceuta, según la
cámara de comercio de la ciudad, se basa en el contrabando
con Marruecos!).
En resumidas cuentas, excepto en la crisis del Islote
Perejil, Mohammed VI ha sabido cómo trasladar el debate
nacional al campo económico. Tenemos que reconocer, con toda
sinceridad y orgullo, que ello desvela una inteligencia
diplomática y un espíritu de deportividad en el
comportamiento con los españoles…Pero estos últimos han
violado flagrantemente esta deportividad al mandar a su rey
a un territorio reivindicado por Marruecos desde hace cinco
siglos.
¿Qué va a pasar ahora? La cuestión será cerrada… Los
responsables españoles compiten para calmar la situación.
Azimán no tardará en regresar a Madrid y las aguas volverán
a su cauce. Pero Marruecos habrá montado un pollo a un
miembro de la Unión Europea y de la OTAN. Un miembro que
tiene su orgullo pero quiso desdeñarnos porque somos un país
«del sur». Lo importante es que no se lo hayamos permitido.
Ahmed Benshemsi,
director de la revista
Al Sabah (Marruecos), 9/11/ 2007
Los rifeños hacen un llamamiento a Limpiar Ceuta y Melilla
de la presencia militar española*
Los rifeños hacen un llamamiento a limpiar Ceuta y Melilla
de la presencia militar española. Exigen que cese el proceso
de «españolización» de Ceuta y Melilla y que se busque una
solución para el Rif dentro del sistema de autonomía. El
comité preparatorio del Movimiento por la Autonomía el Rif
ha hecho un llamamiento a limpiar las ciudades ocupadas de
Ceuta y Melilla de la presencia militar española, al
considerar que no es posible solucionar la situación de los
dos enclaves mancillados sin una autonomía amplia en el Rif.
Recuerdan que las dos ciudades son una parte de la región
del Rif y que sus habitantes son rifeños, aunque hablen
español o amazig (lengua beréber).
Insisten también en la necesidad de que los habitantes de
las dos ciudades sean consultados y dialoguen sobre el
futuro del Rif, y que participen en todas las iniciativas y
negociaciones en torno al futuro bajo los auspicios del
proyecto de autonomía en la zona que garantiza el respeto a
la identidad, la geografía y la historia de esta región.
El comité preparatorio, cuyo lema es la autonomía para la
región del Rif, postula la necesidad de acabar con el uso de
los conceptos «comunidad y minorías» en el discurso oficial
y de los medios de comunicación, tanto en Marruecos como en
España. El asunto tiene que ver más bien con los habitantes
nativos del Rif y sus peticiones para que haya una política
conjunta entre las autoridades locales de la zona y las dos
ciudades en el ámbito de seguridad y en el estratégico.
Postulan también que se trabaje para que se tenga en cuenta
la historia amazig (beréber) en el Rif, y que termine el
proceso de «arabización» y de «españolización» de la región.
Hacen un llamamiento al gobierno español y marroquí para que
se responsabilicen de los daños físicos y psicológicos, así
como de los perjuicios medioambientales y económicos que
resultaron del empleo de armas químicas en la región para
acabar con la revolución del líder Mohamed Abdelkrim al
Jattabi. También les piden que eviten explotar las tensiones
diplomáticas conocidas entre los dos países contra la
estabilidad de los emigrantes marroquíes en España y contra
las cuestiones del ciudadano rifeño.
La provocadora visita del rey de España Juan Carlos y la
reina Sofía a las dos ciudades rifeñas ha causado una nueva
tempestad política en las relaciones diplomáticas que unen a
la monarquía española y a la marroquí. Los sucesivos
gobiernos españoles han pretendido hacer una política
colonial convirtiendo a las dos ciudades ocupadas en dos
cuarteles militares.
La provocación española a Marruecos se ha revivido con la
visita del monarca español, que nunca con anterioridad había
visitado las dos ciudades ocupadas de Ceuta y Melilla, desde
su llegada al trono en noviembre de 1975.
Los españoles se mantienen fieles a la ocupación de los
territorios marroquíes que cayeron en manos del ejército
ocupante en 1496, en el caso de Melilla, y en 1580 en el
caso de Ceuta, durante el período de guerras católicas que
dirigían los reyes españoles. Los responsables de Madrid
siguen haciendo oídos sordos cuando se habla sobre un
arreglo a la cuestión de los territorios ocupados. Se
opusieron en una etapa anterior a participar en un grupo
colectivo de ideas que propuso el difunto rey Hasán II para
trabajar sobre una solución amistosa al conflicto, lo que
fue una señal clara de que la continuación de la ocupación
era el destino de las dos ciudades ocupadas.
Ihsan al Hafidi
*Extractos
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