Lunes. 5
Pepe Torrado debe estar a punto de sufrir estrés por
exceso de trabajo. Espero que conozca los síntomas y tome
las medidas oportunas para no pagar caro ese afán suyo por
quedar bien con los capitanes de barcos dedicados a hacer
viajes de placer. El presidente de la Autoridad Portuaria no
para de agasajar a la oficialidad de unos buques que vienen
cargados de portugueses e ingleses y que arriban a la ciudad
unas horas para darse un garbeo y poco más. Las quejas las
oí por boca de dueño de restaurante céntrico: “Los turistas
no gastan nada, pero nada; al menos los del ‘sombrerito’
tomaban el aperitivo y acababan comiendo”. Pero hubo quien
le respondió con celeridad. Y lo bien que queda hablar de
visitas de cruceros y no de andaluces que no tienen donde
caerse muertos. Verás como ahora, a pesar de que los
turistas extranjeros no gastan ni suela de zapatos, nadie se
atreverá a poner en duda la labor del consejero de Turismo.
Incluso habría que preguntarse si quienes protestaban
airadamente porque el Gobierno de la Ciudad invertía un
dinero en la llegada de ciudadanos procedentes de los
pueblos blancos, se han interesado ahora por saber qué le
cuesta a la Ciudad el que estos barcos hagan escala aquí. En
fin, que las cuestiones turísticas no dan para más. Aunque
habría que recabar la opinión de Guillermo Martínez.
Martes. 6
Juan Vivas recibirá, a esa hora vaga de mediodía, a
Jenaro García-Arreciado. Es, posiblemente, la última
visita que haga el onubense al despacho del presidente de la
Ciudad. Las despedidas nunca son agradables. A no ser que
quien se despide esté hasta el gorro del lugar en el cual ha
estado viviendo. Y no creo que haya sido el caso del que ha
sido hasta hace bien poco delegado del Gobierno de esta
ciudad. García-Arreciado es duro en la pelea. Y suele
responder con vehemencia a quienes tratan de buscarle las
cosquillas. Se le nota que ha trabajado muy cerca de la
ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Pues ésta,
conocida también por mandatela, parece ser que tampoco
permite que se le pose una mosca encima. García-Arreciado
llegó a la delegación del Gobierno para sustituir a un
compañero que vagaba por la Delegación del Gobierno como
alma en pena. Y consiguió que la gente se percatara de que
el delegado del Gobierno no era persona indicada para que se
la tomara por el pito del sereno. Aunque tuviera que ponerse
antipático con ganas en ciertas ocasiones. De cualquier
manera, seguro estoy de que sus relaciones con Vivas fueron
las mejores, a pesar de algún que otro rifirrafe habido y
aireado. Lo cual hará posible que José Fernández Chacón
quede enterado, por parte de su antecesor, de lo conveniente
que es procurar llevarse bien con el presidente de la
Ciudad.
Miércoles. 7
Fernando Sotomayor Benítez me para en la Avenida de
Sánchez Prados. Nunca antes había tenido la
oportunidad de hablar con él. Y lo hace para darme las
gracias por lo que escribí de Pepe Benítez: su tío. Y
a partir de ahí nos pusimos a hablar de El Puerto de Santa
María. Un pueblo muy querido por Fernando. Ya que tiene
familia en él y, por tanto, lo ha visitado muchas veces.
Incluso en su niñez. Y a mí se me ocurre contarle con pelos
y señales las relaciones que yo he mantenido con parientes
suyos. Y allá que nos enfrascamos en sacar nombres a
relucir. Que si su tía, que si sus primos; que si cuando iba
a la playa de la Puntilla; que si a la playa de Valdelagrana,
o a la Ribera del Marisco... Y, como no podía ser menos, nos
pusimos a recordar lo querido que había sido Pepe en aquella
tierra. Cuesta trabajo hacerse a la idea de que el amigo ya
no está entre nosotros. Máxime cuando quien escribe lo veía
casi todos los días y raro era que no nos pusiéramos a pegar
la hebra. En fin, estimado Fernando, créeme que me ha hecho
mucho bien lo que me has dicho. Gracias, de veras.
Jueves. 8
Francisco Martel lleva mucho tiempo formando parte de
una selección de veteranos futbolistas. Famosos todos ellos
y siempre dispuestos a participar en causas nobles donde sea
necesario recaudar fondos. En esta ocasión, Quico,
hipocorístico por el que es realmente conocido, viajó a
Puertollano para rendir homenaje a José Martínez “Pepín”,
conocido ex jugador del Calvo Sotelo, y que murió hace unos
meses haciendo lo que más le gustaba: jugar al fútbol. La
selección en la que juega Martel suele estar compuesta por
ex jugadores como Martagón, Salguero, Fernando Hierro,
Donato, Nayím, Zúñiga, Manjarín, Fran, Pepe Mejía, Antoñito,
Kasumov... El Diario La Comarca de Puertollano finalizó
así la crónica del partido entre veteranos nacionales y los
de Puertollano: El definitivo seis a cero lo consiguió
Quico; un “chaval” de sesenta y dos años que formó parte de
una época histórica del Calvo Sotelo. Y luego, claro está,
si a Francisco Martel le dio por tocar el piano, como suele
hacerlo en ocasiones, para qué decirles a ustedes la que se
pudo armar. Quico está viviendo unos momentos estupendos en
muchos aspectos. Y los está aprovechando para llevar el
nombre de Ceuta cocido a sus labios. Y, lógicamente,
conviene contarlo.
Viernes. 9
José Fernández Chacón copa hoy la atención de todos
los medios tras su toma de posesión, ayer, como delegado del
Gobierno en Ceuta. Y mientras el utrerano ofrecía diálogo y
lealtad a la Ciudad y a los ceutíes para seguir creciendo,
la mirada perdida de Jenaro García Arreciado era la
prueba evidente de que se sentía traicionado por quien él
menos podía imaginar. Está claro que el onubense no quería
marcharse. De ahí que le salieran esos versos de despedida
que bien podrían cantarse como fandango de Alorno.
Bienvenido sea, pues, Fernández Chacón. A quien le deseamos
suerte. Si bien en su caso cuenta con la ventaja de venir ya
curtido de Melilla. O sea, que trae el aprendizaje hecho. Lo
que sí he podido comprobar, en estos días, es cómo quienes
no tuvieron arrestos para enfrentarse en su día a
García-Arreciado –cuando aún no se sabía que el clan de
Cádiz, compuesto por ceutíes afincados en tierras gaditanas,
había decidido defenestrarlo-, han salido ahora largando
contra él. Son pocos. Pero se han retratado la mar de bien.
Sábado. 10
Está demostrado que a Juan Vivas le han perdido el
respeto dos o tres medios de esta ciudad. No hay más que ver
de qué manera lo tratan. Raro es el día en el cual no lo
ponen en la picota. Y todo por un ajuste de cuentas; es
decir, porque alguien se siente agraviado al no haber podido
hacerse con la concesión de una Televisión Digital
Terrestre. Como si el presidente de la Ciudad fuera el
culpable de que el peticionario del juguete televisivo
careciera de las condiciones exigibles para obtener la
reseñada concesión. El chiste del gracioso de turno en
relación con la Manzana del Revellín, metiendo por medio a
Elena Salgado, ministra de Administraciones Públicas, no
sólo está falto de gracia sino que demuestra cómo el
chistoso parece haberse olvidado de su pasado. De cuando el
Gil lo patrocinaba espléndidamente y raro era el día en que
Antonio Sampietro no salía destacado en el recuadro
que sirvió para inmortalizar a la pavana. Eran momentos
donde casi todos los que hoy dirigen esos medios y otros que
están afincados en la primera línea de la televisión local,
se sentían poderosos porque eran distinguidos con poder a la
vera de unos políticos llegados de Marbella para meter la
mano en la caja de la Casa Grande. Las críticas al Gobierno
son necesarias. Sin duda. Pero deberían abstenerse quienes
se postraron de hinojos ante el GIL. Por razones claras.
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