Sin moverse mucho o, mejor dicho, prácticamente nada, de sus
posturas iniciales, la Consejería de Fomento y la asociación
conservacionista Septem Nostra-Ecologistas en Acción de
Ceuta, el grupo que más activamente se ha opuesta hasta
ahora al tratamiento urbanístico que el avance del nuevo
PGOU prevé para el Monte Hacho, parecen haber encontrado una
vía de entendimiento en la flexibilidad.
El consejero del área, Juan Manuel Doncel, se reunió el
pasado miércoles con los responsables de la entidad para
conocer más a fondo su posición al respecto, dar
explicaciones sobre la suya y abordar otros asuntos de
interés mutuo que concluyó con un principio básico de
entendimiento.
Según explicó ayer Doncel en declaraciones a este periódico
la Consejería de Fomento sigue “plenamente” dispuesta a
negociar y aceptar “cuantas alegaciones se presenten al
documento y sean positivas y razonables, tal y como ha
sucedido con las del acuartelamiento del Brull”.
“Esta semana mantuvimos un encuentro monográfico con Septem
Nostra en el que concluimos que existe una actuación
urbanística en el Monte Hacho que consideramos necesaria y
otra que la Ciudad está dispuesta a estudiar, como hemos
dicho desde el principio”, explicó Doncel.
El avance del nuevo PGOU reconoce el Hacho como un espacio
natural “a proteger” e incluye en su articulado el propósito
de la Agenda 21 de “declarar el Monte Hacho como Parque
Cultural”, pero al mismo tiempo propone “promover usos
dotacionales públicos y privados y hoteleros, vinculados con
la Naturaleza, en el Campo Exterior y en el Monte Hacho” y
contempla más de 40 hectáreas de suelo urbanizable.
Septem Nostra se opone “radicalmente” a operaciones
urbanísticas de ese tipo, y el miércoles sus portavoces
reiteraron a Doncel que a su juicio “la expansión de la
ciudad no debe orientarse hacia el Monte Hacho, referente
identitario de todos los ceutíes cargado de valores
paisajísticos, históricos y naturales”. “Nuestra propuesta
pasa por convertir al Monte Hacho en un gran Parque Cultural
donde ciertos atropellos como esas enormes torres que
construye Emvicesa en la zona del Sarchal no tengan cabida”,
explicó el presidente de la asociación Pérez Rivera, quien
destacó la “conmoción ciudadana generada por el impacto
paisajístico de estas edificaciones”.
Sin embargo, entre las antípodas Septem Nostra y Fomento
encontraron un punto de acuerdo. Para la Consejería es
“necesario” intervenir urbanísticamente en el área de Pozo
Rayo y la asociación ecologista no se opone a ello. Siempre
y cuando, eso sí, quiso dejar claro Pérez Rivera, “no se
propongan actuaciones que tengan un impacto paisajístico en
la zona”.
“No nos oponemos a la reodenación del área, sino a la
ampliación de la zona donde se puede construir”, explicó,
máxime si con ello se consigue “cicatrizar” el Hacho y
“poner un límite”, idea en la que coincide con Doncel, que
toma esta postura como un “punto de partida”.
“Hay una actuación que consideramos necesaria y otra que la
Ciudad está dispuesta a estudiar y a consensuar con todas
las entidades interesadas”, dejó abierta la puerta al
diálogo Doncel, que también ha propuesto a Septem Nostra
participar de la elaboración de un Plan de Ordenación del
litoral e implicarse en los cuatro planes especiales que se
pretender licitar este año, entre ellos los de las
fortificaciones y la ciudadela del Hacho.
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El consejero reactivará esta semana los contactos con
Defensa
En vía rápida el proyecto del
acuartelamiento del Brull, el consejero de Fomento tiene la
intención de ponerse en contacto esta semana con la
Comandancia General de Ceuta en primera instancia y con la
Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos del MInisterio
de Defensa a continuación para “sentar las bases” del que
sería el III Convenio Ciudad-Estado para la cesión de
terrenos. El avance de revisión y adaptación del PGOU tiene
en los diferentes acuartelamientos distribuidos por el casco
urbano de la ciudad uno de sus puntos fundamentales de
crecimiento y equipamiento, con los espacios de Fuente
Espila y el Coronel Fischer como “joya de la corona”.
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