Demasiado deprisa, se están subiendo los escalones del
triunfo final y del objetivo que la AD Ceuta tiene esta
temporada para alcanzar la Segunda División A o 2ª categoría
del fútbol Español. Una División de Plata que, no atraviesa
por su mejor estado de salud económica y, son muchos los
clubes que lo están pasando realmente mal, equipos, que
deben mensualidades a sus futbolistas, técnicos u
proveedores, débitos que hay que sumar a las deudas
contraídas con hacienda, provocando situaciones extremas que
ahogan la economía y la situación deportiva de un club
cuándo no se consiguen los resultados buscados. Es obvio que
la Entidad Caballa se debe plantear el futuro del club si
consigue subir de categoría. Una vez alcanzado el triunfo,
los problemas económicos empiezan a brotar (menos ingresos
que gastos).
Ahora bien, también hay que pensar que las instituciones
acabaran cansándose de pagar deudas y sueldos de clubes que
gastan demasiado en traspasos, fichajes o sueldos
vergonzantes y, lo que menos hacen es crear cantera (muchos
de estos clubes, solo las tienen para rellenar cuestionarios
para subvenciones), mientras que en la Ciudad o institución
“padrina” lo aporta a fondo perdido. Hay que entender que
las subvenciones no pueden ser por dinámica a equipos no
bases y durante toda la vida.
Este dinero, que las administraciones aportan en muchas
ocasiones en el futbol, lo hace, de manera más o menos
encubierta, dónde la mayoría no suelen fiscalizar de manera
minuciosa, o de otras, que lo hacen sin tapujo de ninguna
clase y a gran escala si es preciso, aunque tengan que pagar
deudas y deudas a plazos durante años.
La situación de la AD Ceuta en 2ª División B, ha estado
acondicionada a la ayuda de la Ciudad Autónoma durante años,
generosidad que obedece a la contribución desinteresada de
todo un pueblo(al que debe estar agradecido). Un canon
económico demasiado elevado que, ha repercutido
desfavorablemente en la base deportiva local (hablamos de
más de un millón de euros). Si tomamos, como ejemplo a un
club base de la ciudad, con cuatro equipos de futbol y
cuatro de balonmano, la subvención recibida durante la
temporada pasada no ha pasado de los 1000 euros. Si lo
dividimos entre todos, la cuenta sale a 111euros
aproximadamente por equipo, cantidad insuficiente para
afrontar la enseñanza y medios de los jóvenes todo un año,
aunque, siempre, agradecidos a un ayuntamiento generoso con
el deporte caballa (hay otros que no dan nada).
Estos recursos, son abismales entre unos clubes y otros, si
analizamos el resultado final ¿quién favorece más los
intereses de la ciudad?, pienso que la financiación a
niveles superiores de cualquier deporte deben ser privados o
de autofinanciación propia.
Con ello, quiero decir que “NO VENDAMOS LA PIEL DEL OSO
ANTES DE CAZARLO”. En estos últimos días, la euforia y
exaltación ha sido la tónica predominante todo lo que ha
rodeado a la AD Ceuta, por haber conseguido su clasificación
en el play off para el ascenso. Hoy, creemos en una victoria
casi segura, pero lo mismo ocurre en otros puntos de la
geografía nacional, todo el que se ha clasificado se lo ha
ganado justamente, teniendo en cuenta, que el grupo más
flojo este año y anteriores según la crítica deportiva
nacional ha sido el nuestro, el cuarto grupo.
Se han realizado, celebraciones que, no garantizan un
ascenso sino una clasificación, que no te lleva más lejos de
las aspiraciones de un club de 2ª B a ascender a una 2ª A
muy devaluada y muy complicada, pero, con un determinante,
tener uno de los mejores presupuestos de la categoría.
Observemos a nuestro vecino de la otra orilla, la falta de
una “subvención millonaria” de su ayuntamiento o de alguna
entidad privada, lo ha llevado a descender a 3ª División y,
a la casi desaparición del Club, la pregunta ¿ la posición
de su ayuntamiento no ha sido la adecuada o la nuestra es la
acertada? Este es el dilema mientras todo vaya bien o todo
vaya mal
Ahora, tenemos en puerta, una liguilla de ascenso que no es
moco de pavo, es otra competición completamente distinta a
cualquier otra. Cada equipo es distinto al de la liga, cada
partido, es una final a cara de perro, las estrategias son
puros movimientos de ajedrez en un tablero de juego y
siempre contando que la afición y la suerte te ayude.
En este Play Off, no hay malo ni bueno, un partido malo o la
mala fortuna, puede acabar con tus aspiraciones. Puedes
haber ganado quince partidos de liga seguidos y perder el
primer partido de ascenso y adiós.
Las celebraciones en mi entender, se deben corresponder al
objetivo final, nuestra AD Ceuta, solo ha conseguido una
meta.
Por ello, la humildad y el trabajo deben prevalecer con la
misma intensidad que el primer día. ¿Como seria la situación
si perdemos el primer partido de liguilla? ¿Tendríamos la
misma euforia? ¿Nos iríamos a cenar o bailar? Entiendo que
hay que ser prudente y, más un Club de las características
de la Agrupación y de su historia, no vaya a ser que, todos
sus integrantes desaparezcan cualquier mañana.
Todos deseamos que, la AD Ceuta consiga la categoría de
forma gloriosa, sin perder un partido, anhelamos que el
dinero que hoy se invierte en ella, se distribuya en una
base caballa necesitada de más ayuda y que, la dependencia
económica del Club con la ciudad desaparezca, logrando otro
tipo de financiación en 2ª A en beneficio del deporte ceutí.
Ambicionamos que, cada domingo el campo se llene hasta la
bandera, deseamos ver al Madrid y al Barcelona enfrentarse
al Ceuta cuándo lleguemos a 1ª División dentro de unos años,
pero antes, vamos a despertad y ver la realidad.
Pero también es obvio que, no queremos quedarnos con la miel
en la boca como en otras ocasiones, por lo tanto, mañana
domingo, en los Carmenes, jugamos con un ambicioso Granada,
otro peldaño más del final de la escalera, no vaya a ser,
que topemos con nuestra prepotencia y nos demos de frente
con la pared , desapareciendo nuestra suerte en el juego ,
porque todos, conocemos el fútbol, podemos tener rachas
buenas o rachas malas. Estas situaciones han ocurrido a
equipos de esta “élite del Fútbol” (definición de alguno),
descendiendo matemáticamente al año siguiente por querer
alcanzar una estrella de humo que, no era la suya por
carecer de medios y solvencia económica para iluminarla.
La AD Ceuta, en la conquista de la nueva categoría, debe ser
siempre un equipo humilde y aspirar a lo que su bolsillo y
nuestra afición le puede aportar. Los aires de grandeza y la
desmesura te llevan casi siempre al fracaso económico y
deportivo, del que es difícil levantar cabeza una vez
dentro. La escalera del éxito se debe subir con pie firme,
peldaño a peldaño hasta llegar al final de ella. Creo que
hoy me he explicado.
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