Un joven de Costa de Marfil ha confirmado la denuncia de que
la Guardia Civil de Ceuta pinchó los salvavidas de cuatro
inmigrantes a los que localizó en el mar y que a
continuación los tiró al agua, donde uno de ellos se ahogó
pese a que pedía auxilio diciendo que no sabía nadar. En una
declaración entregada ayer al juzgado de Ceuta que lleva el
caso, facilitada a la Agencia EFE por la Comisión Española
de Ayuda al Refugiado (CEAR), el inmigrante, cuya identidad
responde a las iniciales D.T., relata que se encontraba en
el grupo de tres hombres y una mujer que, en la noche del 21
de septiembre de 2007, intentaba entrar en Ceuta a nado
desde Marruecos.
Según este testigo, cuando estaban llegando a España fueron
interceptados por una patrullera de la Guardia Civil que los
subió a bordo, regresó con ellos frente a la playa marroquí
de Beliones y cuando estaban “no muy lejos de la orilla,
pero tampoco cerca”, pincharon con un cuchillo todos los
flotadores y los tiraron al agua “a una altura en la que
ninguno de ellos hacía pie”, mientras en la playa había un
grupo de militares marroquíes esperándoles.
“Se agarraba fuerte”
El joven costamarfileño, de 22 años, relata en su
declaración que un senegalés se resistía a ser arrojado al
agua, para lo que “se agarraba firmemente a la barandilla de
la embarcación” y “muy nervioso, repetía una y otra vez que
no sabía nadar”, pero los guardias civiles “emplearon la
fuerza para soltarlo y tirarlo al mar”.
Seguidamente agarraron a la mujer y la tiraron al agua,
luego a un camerunés y finalmente al testigo, que ha hecho
su relato ante un abogado de la Comisión Española de Ayuda
al Refugiado (CEAR) pero comunica a la juez que instruye el
caso que se encuentra a su disposición para ampliar o
ratificar esta declaración.
La Fiscalía General del Estado denunció estos hechos como
constitutivos de un presunto delito de homicidio por
imprudencia por parte de tres guardias civiles, que en su
declaración judicial aseguraron que sólo intervinieron para
ayudar al fallecido y a los otros subsaharianos.
El testigo, sin embargo, afirma que el senegalés se estaba
ahogando “y no paraba de gritar auxilio diciendo ‘aide-moi,
aide-moi’ [ayúdenme, ayúdenme]”.
Fue entonces cuando uno de los guardias se tiró al agua,
agarró al inmigrante y lo llevó a la orilla, donde empezó a
hacerme masaje cardíaco, mientras los militares marroquíes
“estaban distanciados, observando los acontecimientos”.
Hubo un momento en el que el guardia civil dejó de realizar
ejercicios de reanimación y llamó a alguien por teléfono, y
poco después apareció un hombre vestido de blanco, que el
testigo cree que era español porque lo vio conversar con el
guardia civil.
Detención “irregular”
El ahogado fue atendido finalmente por una ambulancia
española pero ya había fallecido y fue enterrado en el
cementerio de Santa Catalina de Ceuta como no identificado,
si bien gestiones posteriores determinaron que se trataba de
Laucling Sonko, de 29 años, nacido en Samboulandian
(Senegal), que tenía una hermana, un cuñado y un primo con
residencia legal en Vicar (Almería).
La denuncia inicial por estos hechos fue presentada por la
CEAR, que además de presuntos delitos de homicidio por
imprudencia observó otras irregularidades pues lo correcto
habría sido detener a los inmigrantes en España e incoarles
un expediente de expulsión.
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La versión oficial de los hechos, según la Asociación Pro
Derechos Humanos de Andalucía (APDHA)
El informe ‘Derechos Humanos en la
Frontera Sur 2007’, presentado la semana pasada por la
Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) recoge
la versión oficial de los hechos que facilitó la Delegación
del Gobierno a los medios. Literalmente dice así: “Un joven
subsahariano, de 25 años, falleció cuando intentaba entrar a
nado por el paso de Beliones, acompañado de otros tres
clandestinos –entre ellos una mujer-, divididos en dos
grupos distintos. Los inmigrantes, enfundados en trajes de
neopreno, habían aprovechado la madrugada para intentar
introducirse en la ciudad, siguiendo el modus operandi
convertido ya en tradición entre la frontera de Ceuta con
Marruecos. El grupo fue atisbado por efectivos de la
Benemérita con las cámaras térmicas, dando aviso de la
situación a las fuerzas marroquíes, según confirma la
Delegación del Gobierno. Dado el mal estado en que se
encontraba uno de ellos, se le dio traslado al puesto de
vigilancia de la Benemérita en Benzú en donde los sanitarios
del 061 intentaron reanimarle sin éxito alguno, falleciendo
pocos minutos después”.
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