Me quedé con una excelente
impresión tras oír y saludar fugazmente al nuevo Delegado
del Gobierno, el doctor José Fernández Chacón y a su
agradable esposa, en un acto con un punto de emoción tras el
recuerdo institucional al ex Presidente Calvo-Sotelo,
recientemente fallecido. Al Alcalde (y Presidente
naturalmente) de Ceuta se le veía relajado, así como al
resto de las autoridades civiles y militares junto a los
representantes de las diferentes confesiones religiosas
presentes en la Ciudad. Sobre el papel y entre la
parafernalia oficial, unos y otros se esforzaron en
transmitir un espíritu de lealtad y colaboración, bagaje
fundamental para los tiempos que corren máxime en una Ciudad
presuntamente autónoma como ésta pero que, sin embargo,
depende como pocas del aparato del Estado para sobrevivir en
un medio geofísico e histórico abiertamente hostil. La
dirección de una nave, máxime navegando en aguas
turbulentas, precisa de un solo capitán; mal asunto si
varios se empeñan en aferrarse al timón.
Durante el acto me agradó visualizar a la comunidad hindú,
pues las desafortunadas palabras y veladas alusiones del
Delegado saliente sobre estos laboriosos y pacíficos
ciudadanos durante la crisis de los inmigrantes hindúes
fugados del “Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes” (CETI),
no fueron de recibo. Tuvo suerte Don Jenaro de que la hindú
es una comunidad particularmente pacífica, pues dudo mucho
de que se hubiera atrevido a dirigir el exabrupto a
confesiones más propicias a la algarada. También me llamó la
atención la aislada presencia de Laarbi Maateis (tuve
ocasión de intercambiar con el mismo unas palabras) en
representación de UCIDCE, ya saben, la federación hoy por
hoy mayoritaria que engloba a la mayoría de las asociaciones
musulmanas presentes en Ceuta. ¿Fue sidi Maateis invitado o
acudió de motu propio….? La pregunta no es baladí pues el
representante de FEERI en Ceuta, Zadedrín Abdelkader Salem,
no asistió a la ceremonia dado que -son sus palabras- “no he
sido invitado”. Curioso, porque sí estaban oficialmente
presentes representantes de la Iglesia católica, la sociedad
judía, la comunidad hindú… y UCIDCE integrada en la UCIDE de
Tatary. Bien haría el nuevo Delegado en calibrar el percal y
de entrada recuperar la cordialidad con la comunidad hindú
que, es mi percepción, recibió una inmerecida bofetada
dialéctica por parte del máximo representante del Gobierno
de la Nación en Ceuta aunque, por otro lado, parece justo
reconocer la honesta y polémica claridad del onubense así
como los resultados de su esfuerzo.
Finalmente no quise forzar el saludo al Comandante General
allí presente, Vidal de Loño, interesándome naturalmente por
su futuro…. Porque si tantas prisas está habiendo en reducir
la escala de suboficiales (“la columna vertebral del
ejército”, subrayaba Napoleón) en la guarnición ceutí,
manteniendo no obstante la plantilla con un inexperto
personal de tropa la mitad del cual no sabe hacer la o con
un canuto (bueno, liar el canuto sí), cuando buenamente se
podía proceder ordenadamente y sin traumáticos tijeretazos a
una disolución de unidades amortizando vacantes hasta
reducir los efectivos a una Brigada, siguiendo el escalafón
al mando de la misma no debe estar un General de División…
¿O sí?
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