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sucesos - VIERNES, 9 DE MAYO DE 2008


momento de la vista. s.c..

tribunales
 

La Fiscalía mantiene los 14 años de cárcel y la familia pide 400.000 euros

Los peritos de la Policía Nacional aseguran que no se hallaron restos de pólvora en la ropa ni en las manos de Nafih Enfeddal, mientras el abogado de Hansa Mohamed exige la absolución
 

CEUTA
Sheila Anaya

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La Sala VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta finalizó ayer la vista oral del juicio que ha sentado en el banquillo a Nafih Mohamed Enfeddal y Hansa Mohamed Amar por el homicidio de Hansa Buselham Laarbi, sucedido en enero de 2007. Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular mantuvieron las penas, mientras que la defensa pidió un atenuante para Nafih y la absolución para Hansa.

El disparo que acabó con la vida de Hansa Buselham Laarbi se produjo a una distancia de al menos siete metros. Así se desprende de la declaración de los peritos de Criminalística que ayer testificaron en la cuarta y última sesión de la vista oral que ha sentado en el banquillo a Nafih Mohamed Enfeddal y Hansa Mohamed Amar por un delito de homicidio y tenencia ilícita de armas. Antes de quedar visto para sentencia, testificaron a través de videoconferencia los peritos de Criminalística y Balística que intervinieron en las diligencias del caso, además de los forenses que practicaron la autopsia al cuerpo del fallecido.

En este sentido, los forenses afirmaron que las heridas provocaron a Hansa un sangrado abundante y rápido, lo que le ocasionó la muerte. A continuación, los peritos de Criminalística arrojaron que la herida fue provocada por proyectiles múltiples a una distancia mínima de siete metros, algo que también ratificaron los peritos de Balística. No obstante, señalaron que había indicios de un sólo disparo. Además, los análisis de pólvora de la ropa de Nafih revelaron que no contenía restos, aunque señalaron que esto depende de como se efectuara se cogiera el arma. Los responsables del análisis balístico también conformaron esto, a lo que añadieron que tampoco se encontraron restos de disparo ni en las manos de Nafih.

Por último, declaró ante la sala una psicóloga que, tras el homicidio, examinó a Nafih en una entrevista. La psicóloga alegó que Nafih no padece ningún tipo de enfermedad o trastorno mental, aunque sí admitió que “me sorprendió la tranquilidad con la que asume que ha matado a una persona”. No obstante, descartó que esta reacción tenga algo que ver con alguna patología, expresando que “intentó en todo momento mostrarme que es una buena persona”. Así, la psicóloga también confirmó que “me dijo que lo hizo en un momento de rabia”, aunque “no conseguí que dijera cual había sido su motivación.

Hechos probados

A continuación, los letrados expusieron sus conclusiones. El Ministerio Fiscal exigió una sentencia condenatoria, manteniendo las penas pedidas de 14 años de prisión por homicidio y un año más por tenencia ilícita de armas. La fiscal argumentó que durante la vista ha quedado “suficientemente probado el hecho de que hubo un disparo que acabó con la vida de Hansa”. Además, puso de manifiesto “las malas relaciones entre Hansa y Nafih”. En cuanto al hecho de que no se encontraran residuos de disparo en las manos y la ropa del acusado, la fiscal comentó que “Nafih se pudo lavar las manos o cambiarse de ropa tras el homicidio”.

Con respecto a la legítima defensa alegada por el acusado, quien dijo en su declaración que disparó en defensa propia, el Ministerio Fiscal recalcó que “este argumento no es válido porque el disparo se realizó a una distancia considerable”, a lo que añadió que “si hubiera sido así habría pedido auxilio para el herido”. Por último, la fiscal entendió que hubo un abuso de superioridad por el uso del arma. Con respecto al otro acusado, Hansa Mohamed, afirmó que “queda acreditado que suministró el arma a sabiendas de que iba a usarla para matar a Hansa”. A estas conclusiones se adhirió el letrado de la acusación particular, quien también exigió una sentencia condenatoria y una indemnización de 400.000 euros para la familia de Hansa Buselham Laarbi. Además, el abogado desmontó la versión de que Nafih escondía el arma en un descampado próximo al lugar del crimen debido a que este está rodeado de un muro de unos quince metros de altura, implicando al otro acusado en el crimen como el suministrador de la escopeta “con conocimiento de para qué era”.

Por su parte, el letrado de la defensa de Nafih Enfeddal comentó que “la única prueba que existe es su propia declaración de culpabilidad, Nafih se ha confesado y se ha arrepentido”. Así, el letrado pidió al tribunal un atenuante por confesión y “una sentencia conforme a las circunstancias”, recordando las humillaciones que el acusado aseguró que sufría de la víctima. Por ello, consideró que “la pena podría ser inferior a los cinco años”. Por último, el letrado encargado de la defensa de Hansa Mohamed Amar pidió la absolución de su defendido al considerar que la participación de Hansa no ha quedado probada durante el procedimiento explicando que “antes de morir, la víctima sólo señaló a Nafih como autor”.
 


La enemistad entre los acusados y la víctima ha sido determinante

Tanto el Ministerio Fiscal como la acusación particular reiteraron continuamente durante las conclusiones que las malas relaciones entre Hansa y Nafih fue el detonante que llevó a este último a disparar al joven con una escopeta recortada. Así, ambos letrados señalaron la intención de Nafih de matar a Hansa después de que ambos discutieran poco antes del suceso. Por el contrario, la defensa también usó este argumento, apuntando que el acusado “estaba harto” de los robos e insultos del fallecido.
 

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