Agentes de la Policía Local identificaron e interceptaron a
dos individuos que reconocieron finalmente la ingesta de
varias decenas de bellotas de hachís.
Fue el hecho de sospechar de la actitud de dos individuos
que viajaban en el interior de un taxi con ruta entre el
Príncipe Alfonso y la estación marítima.
La simple presencia policial provocó una reacción de cierto
nerviosismo entre los dos pasajeros que alertó a los agentes
actuantes. El taxi fue parado en la avenida de España cuando
se dirigía al Puerto de Ceuta.
Ante la actitud de los viajeros, los policías practicaron un
cacheo superficial. La experiencia de los agentes ante este
tipo de personas, les movió a solicitarle que le enseñaran
la lengua. El color amarronado les delató; es un síntoma de
que los individuos pudieran haber ingerido alguna sustancia
estupefaciente.
Ante esta situación, los funcionarios policiales informaron
a los sospechosos de la necesidad de realizar una prueba
radioógico en el hospital del Ingesa. Fue sencillo el
procedimiento, fundamentalmente porque los dos individuos
firmaron su conformidad. De este modo, las placas realizadas
determinaron la existencia de cuerpos extraños en el
estómago. Una comprobación técnica que ratificó lo que los
sospechosos habían manifestado mientras eran trasladados al
centro de salud. En concreto, dijeron a los agentes que
habían ingerido unas setenta y cinco bellotas de hachís.
Tras las pruebas se procedió a su detención formal.
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