El parón que registra una parte de la actuación urbanizadora
de la Ciudad en la zona de Huerta Téllez está afectando al
colegio Severo Ochoa que, desde hace unos meses cuenta con
un patio situado a pocos metros de la obra y separado sólo
por una valla metálica.
El colegio cedió una parte de su patio para que se pudiera
ejecutar la actuación. Mientras, como contraprestación, el
centro podría contar con el uso de unas pistas deportivas
que se construirán cerca de la instalación.
La hora del recreo para los jóvenes estudiantes del colegio
Severo Ochoa se disfruta un poco menos desde hace algunos
meses. El centro, ubicado en unas instalaciones pequeñas de
por sí, ha visto como ha debido ceder parte de su patio para
la acción urbanizadora en el entorno de Huerta Téllez. La
dirección del colegio accedió valorando los beneficios que
podría reportar al colegio estar rodeado de una zona
remozada y con comodidades. No obstante el parón de las
obras ha provocado cierto malestar por la incertidumbre que
crea el no saber cuánto tiempo durará la situación de
inestabilidad.
“Las obras empezaron a principio de curso, en septiembre u
octubre. No obstante tras ir a buen ritmo acabaron parándose
en febrero”, recordó la directora del centro, María del Mar
Sánchez. El calado de la actuación y la cercanía de la misma
han generado molestias al centro, aunque era algo con lo que
ya contaban. No obstante, por ese lado las quejas sobran:
“Nos han respetado. Lo peor ha sido el ruido pero sólo
teníamos que pedirles que pararan hasta la una y así lo
hacían”, manifestó la directora.
No hay nada que objetar desde el Severo Ochoa al
comportamiento de los responsables de la obra. La presencia
de excavadoras motivó algún que otro movimiento de tierra en
el centro. Así, aparecieron las primeras grietas que, según
la directora, tuvieron una “atención inmediata” por parte de
Dragados.
El deseo del centro es que las obras reemprendan la marcha
lo antes posible. No obstante, ante la dificultad de que
esto pueda llevarse a cabo la directora lo tiene claro:
“Sólo pedimos que nos tapen la valla. Queremos seguridad.
Por eso pedimos que se nos levante un muro de ladrillo o de
lo que sea”. Hasta ahora, mientras se desarrollaban las
obras, un vice de seguridad paseaba por el perímetro de la
valla evitando así la presencia de maleantes que pudieran
molestar a los menores. Desafortunadamente con el parón de
los trabajos la seguridad allí es nula, destacó Sánchez.
Instalaciones deportivas
Este hecho afecta de forma colateral a los equipos
deportivos del Severo Ochoa. “Hemos hecho varios equipos de
baloncesto que están funcionando muy bien”, comentó. El
centro carece ahora mismo de unas instalaciones deportivas
adecuadas y tenía muchas esperanzas en un pronto fin de las
obras en Huerta Téllez.
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