Hoy a las diez de la noche, la historia volverá a guardar en
sus anales otro importante acontecimiento para el fútbol
español, el enfrentamiento entre merengues y azulgranas, en
un estadio lleno hasta la bandera, en una liga resuelta a
favor de los primeros y la desconsolación deportiva de los
segundos (no por la clasificación), sino por el compromiso
de tener que hacerle el pasillo al Campeón de la Liga
2007/2008, en este caso, su eterno rival de siempre. Una
revancha que los blancos esperaban desde hace diecisiete
años cuando tuvieron que hacerle en el Bernabeu el pasillo a
un Barca Campeón de Liga.
Pero para llegar aquí, han ocurrido muchas cosas. Esta
temporada, ha resultado nefasta para las aspiraciones del
Fútbol Club Barcelona, ya sea por motivos de juego, o por
los problemas de su plantilla. Un Barcelona que, en los
primeros inicios de temporada dejó ver que sus aspiraciones
pasaban por conseguir la Champions, la Liga y la Copa de SM
el Rey, tripleta, que ha volado en una de sus peores
temporadas de juego y efectividad, sobre todo, en el último
tramo de la competición, dónde lo ha perdido todo.
El equipo azulgrana llegó a semifinales en la Copa con
muchos altibajos y con un escaso interés por conseguirla,
tanto en juego como en aptitud ante un rival que no pasaba
por buen momento, dejando a una afición muy enfadada con su
descarte.
La liga, otro de sus objetivos, la inició bien, con buen
juego, goleando a equipos en su campo como Levante, Murcia o
Villareal (segundo clasificado), pero, sucumbió por 0-1 en
su propio campo, en un apasionante partido ante su enemigo
número uno, El Madrid. A partir de aquí, el juego de los
catalanes ya no fue el mismo, casualidad o circunstancias,
no lo sé, pero algo había fallado en unos de sus objetivos
iniciales, “no perder en casa con el Madrid”, esto marcó
mucho al equipo y a la afición, que no lo perdonó.
El juego que el equipo desarrolló a partir de la segunda
vuelta no era el mismo de los inicios de la temporada,
muchos altibajos en su rendimiento y escasa efectividad ante
equipos muy inferiores en calidad y plantilla, aunque a
regañadientes ganaba los partidos.
Esta anómala situación dejaba a los azulgranas con mal sabor
de boca, tanto a sus directivos como a la afición y, como
todas las desgracias no vienen sola, la baja de Etoo, la
discreta “huida” de Ronaldiño del equipo y las lesiones de
Mesi y Deco, dejaban a un Barcelona muy a la merced de sus
adversarios, sin ideas ni definición final, perdiendo muchos
puntos en el último tramo liguero y como tal, alejándose de
la primera posición en beneficio del Madrid.
Obviamente, es el resultado de existir un gran problema
estructural del equipo al no encontrar referencias de juego
ni recambios adecuados a las necesidades de sus líneas,
sobretodo, en el medio campo y punta de ataque blaugrana,
armas letales hace unos años.
Como consolación, la Champions, último objetivo de los
catalanes después de tirar la toalla de forma escandalosa en
la liga frente al “Depor”, pensando en su último cartucho
para salvar de alguna manera el año. El equipo se conjuró en
sacar a flote un barco que hacía agua desde hacía unos
meses. Las consecuencias, el barco se hunde y los azulgranas
incapaces de ganar en su campo, vuelven a casa tras caer
derrotados ante un mediocre Manchester de ida y vuelta.
Hoy, los blaugranas, han llegado al Bernabeu con un nuevo
reto, salvar todo un año de trabajo, ganándole a un eufórico
Madrid, tras haber conseguido el campeonato liguero.
Cualquier resultado puede ser posible, entre blancos y
granas, pero el espectáculo está asegurado para todos, gane
uno u otro.
Por otro lado, el Real Madrid, afronta este partido,
sabiéndose favorito, con un público exaltado por el triunfo
y con el factor campo a su favor, pero, para ganar al
Barcelona, el equipo deberá sudar la camiseta sino quiere
hacer el bufo ante su afición.
Afronta este partido como el más regular del campeonato
liguero después de perder la Copa del Rey como resultado de
su inapetencia a esta competición y la exclusión de la
clasificación de la Champions en una desesperante
frustración mental de juego ante los alemanes
No puedo decir que, el Madrid no ha merecido el Campeonato
Liguero (única competición que le quedaba), pero el juego
desarrollado durante toda la competición ha sido “pastoso” a
excepción de algunos encuentros como el que le enfrentó a
Valladolid, Valencia o Barcelona y por supuesto Osasuna. En
su juego ha predominado la falta de velocidad, encontrar un
hombre que lleve las riendas del equipo en el centro del
campo, demasiados fallos defensivos y unas alineaciones por
parte de su técnico incomprendidas por muchos. Al Madrid, le
han dejado mucha ventaja la ineficacia de sus perseguidores
y la consecuencia ha sido, su Triunfo.
Hoy, Real Madrid y FC Barcelona, aunque, mi corazón esté con
los primeros, escribirán una nueva página para la historia y
nosotros sus seguidores, madrileños o catalinos, tendremos
noventa minutos de satisfacción.
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