Estoy esperando entrevistarme con
un importante cargo de la Ciudad, de tres veces que he
acudido a la sede gubernativa local, las tres veces lo he
encontrado tan ocupado que no ha sido posible. No me molesta
en absoluto no poder encontrarlo libre ya que tengo todo el
tiempo del mundo a mi favor y además las personas encargadas
de las gestiones de seguridad de las dependencias de la
Ciudad son magníficas y comprensivas. Todo un mérito que
achaco a la humanidad de éstas personas.
Recordarán Vds. algunos artículos de opinión míos acerca de
la política del PP en su estrategia de la crispación y del
papel que jugaban los tres mosqueteros y d’Artagnan en la
cúpula del partido, Recordarán Vds. que el plan que llevaban
adelante no entraba dentro de la más mínima lógica cuando se
trataban de asuntos del Estado, con los que no se juega ni
se debería jugar. Recordarán Vds. que afirmaba que esa
postura, la de crispación y ataques continuados al Gobierno,
pasaría factura después de las elecciones al principal
partido de la oposición… en definitiva que recordarán Vds.
que tenía razón en el 99,99 % de mis opiniones, dicho sea
sin presunción ni soberbia, dentro de la más estricta
humildad que uno puede demostrar física y moralmente.
Hoy, aquella cúpula de la crispación hace aguas y el propio
d’Artagnan (José María Aznar) ha declarado o a dado a
entender que se equivocó con Mariano Rajoy. Eso demuestra
que el PP nunca podría ser un partido auténticamente
democrático si designa a sucesores y herederos de esa
manera, como un designio copiado de los manejos del inefable
cardenal Richelieu en su insistencia por mantener el trono
bajo su yugo. ¿Qué me dicen de la “espantá” de Acebes? Yo no
digo nada. Ya lo dije antes. Esperemos a junio.
Cambiando de vía, el paseo que me he dado hoy, por el lunes,
por la ciudad ha sido gratificante. Tíos rubios y gorditos
con el torso desnudo paseando por la Gran Vía, turistas
anglófonos parándose en escaparates sin decidirse a comprar
nada, comentando, de paso, que en Gibraltar valen la mitad.
Turistas cargados con botellas de agua porque, es un
suponer, le han aconsejado que en África no beban agua
indígena por eso de infecciones estomacales…
En mi juventud los turistas eran otros, eran marines
norteamericanos que desembarcaban cada dos por tres y
vaciaban las tiendas de tabaco, whisky y quesos; además de
llevarse por delante algunas prostitutas de Hadú en peleas
con legionarios barbudos y tozudos. Coches jeeps, sin
matrículas, con soldados PM norteamericanos recorriendo la
ciudad como si fuera suya, metiendo de vez en cuando las
narices en casas particulares y llevándose a veces algún
marine totalmente borracho y desplumado, sobre todo del
blanco gorro en forma de magdalena con envoltorio liso
incluido.
Poco después aparecieron turistas de verdad, ingleses,
franceses y de otras nacionalidades que recorrían la ciudad
en dos horas y se largaban a Marruecos, no sin antes
llevarse media tienda a cuestas con lo que los comercios
empezaban a pujar hacia arriba y cada día no pasaba sin que
apareciera una nueva tienda, regentada en su mayoría por
hindúes y judíos. Los únicos musulmanes que se veían por el
centro de ciudad eran vendedores callejeros de quincallas y
huevos, además del consabido lechero con sus grandes
lecheras a cuesta, Leche pura y auténtica, llena de
bacterias, que olía a cien metros a la redonda.
La época de las vacas gordas pasó en el momento que hicieron
desaparecer el servicio militar obligatorio y la época de
las vacas flacas dura hasta ahora, empeorando cada día más
de la cuenta ante la previsible inapetencia de nuestras
autoridades por actualizar sus previsiones de cara al futuro
económico de la Ciudad. De subvenciones no se vive
eternamente, está claro ¿no?
Y mira que lo llevo escribiendo un montón de veces. No es
bueno, nunca, dormirse en los laureles y ello va también por
quienes prefieren usar el conservadurismo de por vida…
llegará el momento en que la última vaca flaca exhale,
precisamente, el último aliento. De nada sirve estar cara al
sol si luego tenemos que estar todos los lunes al sol.
|