El grupo investigador de profesores de la Universidad de
Granada que intenta evaluar el impacto del desarme
arancelario sobre la economía de Ceuta presentó ayer un
avance de su trabajo.
La responsabilidad cayó a manos de Aureliano Martín Segura,
profesor de Económicas e investigador ceutí. Según los datos
recabados, de los 800 millones de euros que componen la
partida de importaciones de Ceuta, el 50 por ciento son
productos que acaban en el país vecino.
Uno de los primeros datos en firme de la investigación
emprendida por un grupo de profesores y catedráticos de la
Universidad de Granada (UGR) supone determinar la
importancia que en la partida de importaciones de Ceuta
tienen los productos que van a parar a Marruecos. Según el
abogado, investigador y profesor de Económicas, José
Aureliano Martín Segura, la mitad de las importaciones de la
ciudad se producen por la demanda del país vecino. Una
cantidad que este consideró como “muy importante”. Este dato
va acompañado de otro que sitúa el peso de las importaciones
en la economía ceutí en un 65 por ciento del PIB.
La relación de este hecho con el desarme arancelario de
Marruecos que se producirá en el 2010 supone que, en un
futuro, desde el reino halauí haya una menor dependencia de
Ceuta a la hora de comprar productos. “Estamos seguros de
que el desarme arancelario afectará a la economía ceutí,
sólo que aún nos queda determinar en que grado”, afirmó.
La presentación de este avance se realizó en la sala de
juntas de la Facultad de Educación y Humanidades. Entre las
personalidades que decidieron asistir cabe destacar a los
consejeros de Economía, y de Hacienda, el gerente de
Procesa, el presidente de la Cámara, el presidente del CES,
y el secretario general de Comisiones Obreras.
El avance tuvo como prólogo las conferencias de dos expertos
economistas canarios como son Francisco Hernández e Ignacio
Calatayud.
Metodología de trabajo
La investigación del grupo se inicia con la definición del
estado de la situación tanto en Ceuta como en Marruecos.
Así, este estudio pone de manifiesto la abismal diferencia
existente entre las economías de España y Marruecos. “La
renta española es 13 veces superior a la del país vecino”,
remarcó Martín Segura.
El estudio refleja también que la economía ceutí esta
“totalmente desequilibrada” y es que la dependencia que se
tiene del sector público es del 50 por ciento mientras que
del comercio lo es del 30 por ciento. Las industrias que
podrían crearse al amparo de las reglas de origen tampoco
cuajan. La hipótesis es que la economía de Ceuta está en un
proceso de “cambio y adaptación a las nuevas
circunstancias”.
El grupo se ha dotado de modelos para analizar la situación.
Ha definido las variables al tiempo que se ha decidido por
la utilización de ciertos paradigmas de especificación
econométrica.
La fase en la que discurrirá la investigación en fechas
próximas es la que tratará de traducir las teorías a la
realidad para ofrecer conclusiones sobre el impacto que el
desarme arancelario marroquí tendrá en la economía de Ceuta.
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El convulso ejemplo de la integración de las Canarias
El grupo investigador de la
Universidad de Granada dirigido por el catedrático Cecilio
Gómez Cabrera programó como acto complementario a la
presentación del avance del trabajo una serie de ponencias
con la integración de las Canarias en la Unión Aduanera como
motivo fundamental. Los encargados de disertar sobre esta
ejemplificadora temática fueron los profesores Francisco
Hernández e Ignacio Calatayud. El seguimiento que tanto
autoridades políticas y sociales como estudiantes de
Económicas hicieron de las conferencias de los
representantes canarios fue igual o mayor que el del propio
grupo de trabajo. El profesor Calatayud consideró que la
integración de las Canarias en la Unión Aduanera supuso “una
convulsión jurídica”. La situación de partida era que el
archipélago era un puerto franco, como Ceuta, donde a las
importaciones no se les cobraban aranceles. Existía además
una franquicia al consumo que suponía que no se gravaban
impuestos al consumo. Las principales consecuencias de la
integración, voluntaria y decidida por parte del Gobierno
canario, fueron el establecimiento de un arancel y la
creación de un impuesto. La primera cuestión supone que
existía una barrera fiscal entre la Península y las islas.
La segunda propició la creación del IGIC que luego daría
lugar al ARIEM. Por su parte, Hernández explicó que el
ingreso de España en la UE no supuso directamente la
integración de las Canarias en la Unión Aduanera. Esta se
produjo más adelante y de forma paralela y negociada con
otros territorios extracontinentales de Francia y Portugal.
Desde que en 1991 se pusiera la primera piedra, el proceso
de integración ha sido progresivo. Así y todo las Canarias
no están integradas a todos los efectos ya que existen
ciertas “modulaciones” según explicaron.
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