Las calles de Ceuta que van desde el Príncipe hasta el
cementerio de Sidi Embarek fueron ayer testigos de la
sentida despedida que vecinos, amigos y familiares del
operario de Obimace fallecido mientras trabajaba el sábado
en el polígono del Tarajal. Las principales autoridades de
la ciudad tampoco quisieron faltar y estuvieron presentes,
aunque manteniendo la distancia. Mohamed A. deja tras de sí
a una viuda y a cinco hijos.
Los únicos que quisieron hacer alguna declaración en tan
fatal ocasión fueron algunos de los compañeros en Obimace
del desaparecido. Las caras de estos eran todo un poema.
“Todavía no nos creemos que se nos haya ido”, manifestó uno
de ellos. Otro recordó tantos años de trabajo y se lamentó
por el luctuoso suceso. Su presencia ayer en el cementerio
de Sidi Embarek era una prueba de su amistad y apoyo a la
familia durante momentos tan difíciles.
El Príncipe ha sido este fin de semana una barriada de luto.
No obstante, ayer fue el peor día puesto que se celebraron
los actos de despedida del difunto vecino de dicha zona. La
comitiva que portaba el ataúd partió del Príncipe pasadas
las 14.30 horas. El tráfico rodado quedó prácticamente en
suspenso mientras el grupo que portaba el féretro recorría
la avenida que une la barriada con la mezquita de Sidi
Embarek y el cementerio.
Eran cerca de las 15.00 cuando una gran masa de personas se
acumulaba ya en el rellano del templo religioso. Vecinos,
amigos e incluso desconocidos quisieron mostrar su respeto
por el fallecido y su familia.
Representantes de la Ciudad, de la Delegación del Gobierno,
de entidades religiosas musulmanas, de comerciantes del
polígono y demás estamentos de la sociedad ceutí se dieron
cita ayer en Sidi Embarek. El presidente de la Ciudad, Juan
Vivas, encabezó la expedición de miembros del Gobierno local
mientras que Jose Juan Espartero hizo lo propio con los de
la Delegación del Gobierno a falta del delegado.
El cementerio de Sidi Embarek empequeñeció ante tanto dolor.
Mientras algunos recitaban versos coránicos durante el
sepelio, otros decidieron permanecer en las inmediaciones
para luego dar el pésame a los familiares.
Finalmente, uno a uno, los familiares y principales
allegados de Mohamed A. fueron recibiendo el pésame de las
autoridades. Alguno de ellos no pudo retener las lágrimas
por el dolor y casi pareció derrumbarse ante los Vivas,
García- Castañeda, Chandiramani o Espartero. El cierre de
este emotivo acto se selló con el tradicional reparto de pan
e higos secos. Un poco de dulce para combatir un recuerdo
amargo.
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