Los españoles que, a diario
madrugamos, los que andamos lampando por un duro y más
mosqueados que un pavo oyendo una pandereta porque, la
mierda del euro ha hecho que, el café, pasara de valer
veinte duros a un euro y los billetes de cincuenta cunden
como las ex cinco mil pesetas. Los que vendemos santa
paciencia, que no es resignación, ni conformismo, sino
esperar el “verlas llegar” y encajar malos tragos con los
instintos de un gato rabiando pero herméticos y con una mala
leche de la hostia. Nosotros, los financiadores, con
nuestros pobres sudores, de los “inventos” de los Poderosos,
contemplamos con peligrosa impavidez e inquietante
serenidad, la avalancha de altos cargos de nueva creación
con los que, el Zetapé, quiere premiar a sus pelotas,
allegados y chupapollas, en plan PNV. Porque de todos es
sabido que, la política del peneuvismo ha sido la de hacer
proliferar estómagos agradecidos. Y los que dependen del
político de turno para llevarse el sobre con la paga a su
casa, esos, no es que maten por el lider, ni por su enjundia
ideológica, ni por principios doctrinales, valores asentados
y teorías con posterior praxis exitosa y contundente. No.
Esas criaturas matan por seguir comiendo y por el que les
proporciona la manduca.
Llenar las barrigas y otorgar despachos con mesa y
ordenador, secretaria y tarjeta de visita pomposamente
decorada con la exposición de un cargo público, esas
paletadas de ambrosía, despiertan lealtades furibundas y
amores contumaces, pasiones desenfrenadas y fidelidades sin
fisuras. Natural. Se juegan el pan nuestro de cada día. Y si
el cargo aguanta, lo mismo se juega el pan, no de cada día,
sino de pensión blindada y vida entera. De hecho, como
salida profesional para nuestras decepcionadas y jóvenes
generaciones, podrían impartirse masters en “Golfería moral
y oportunismo político” con el añadido del doctorado en
“Blindaje de pensiones si llegas al cargo” más el curso
presencial de “Como acumular Direcciones Generales en la
privada tras pasar por Ministerios “. Todo muy ventajoso
desde el punto de vista práctico, aunque suponga leves
dejaciones morales. Pero, de la moral no se come y por el
contrario, la moralina gazmoña y onegetista no pide pan.
Así, en plenas rebajas éticas y predominio de la
institucionalización de la ñoñería babosa, el Zetapé se
inventa un nuevo Ministerio para colocar a “una moderna”.
Como gesto de marketing resulta cursi y anticuado en un país
de Occidente donde, las mujeres, llegamos hasta donde nos
sale de nuestras vergüenzas a fuerza de voluntad e
inteligencia, aunque es sabido que llega más lejos una mujer
con voluntad que una mujer tan solo inteligente. ¿Qué dicen?
¿Qué la igualdad tiene algo que ver tangencialmente con el
fantasma de los malos tratos? Regular. Nos perjudica. Y
mucho. Hoy por hoy tenemos nuestros propios Juzgados de
Violencia de Género y no pierdan de vista a la jueza de ojos
azules que se ocupa de la violencia en Marbella , porque esa
mujer va a llegar alto. Es decir, tenemos Juzgados
exclusivos para castigar a los varones que quieren jodernos
¿No será con esa leche del Ministerio de Igualdad que nos
quieren dar la larga cambiada y montarse los hombres unos
Juzgados de Violencia de Género para ellos? Porque hoy si un
marido pega a una esposa, se pone el mecanismo en marcha,
afilamos los cuchillos jamoneros y, como vieja letrado lo
manifiesto, tratamos de que le caiga la mundial y echando
babas de furor porque, las juezas melindrosas no tiran, en
lugar de la orden de alejamiento, de los destierros y con
pulsera para controlar a los hijoputas maltratadores y que
no se acerquen ni al lindero de la provincia. Más mano dura
es lo que hace falta, una Ley de Peligrosidad Social que
tenga a los violentos firmando a diario en el cuartelillo y
más controlados que a los coreanos del norte. Pero estoy
mosqui-mosqui. Porque también existen hembras recias, de
tronío, de postín, con instinto de basilisco y capaces de
hacer un quinario de la vida del cónyuge y alguna sale
pegona. Pero la no-igualdad-total hace que, cuando un
hombre, un cabronazo, pega a una mujer, la sociedad se
levante en armas y líe la de Dios es Cristo mientras que,
cuando un tipo aparece en una comisaría como si acabara de
salir de un saco lleno de gatos, amen de recibir risillas
solapadas, tenga que encajar la frase prefabricada de “algo
habrá hecho”. Han girado las tornas a favor del vapuleado
mujerío. Y, seamos sinceros, el marido asesinado por la
mujer, despierta cavilaciones y cuando la mujer va esposada,
la criatura y la meten en el furgón el comentario es
“¡Pobrecilla, lo que habrá pasado!”. A ver, a ver, en que
consisten las igualdades y si, encima, nos van a quitar
derechos. Porque los derechos nos han costado en plan
Churchill “Sangre, sudor y lágrimas”. Y como es mi derecho,
me estoy apañando una minusvalía, por lo mío de los nervios
¿Qué si es para arreglarme una paguilla? No. Las mujeres, si
tenemos posibilidad de currar no queremos limosnas por no
hacer nada. Y además la paga de loco es de trescientos
euros. Natural. Piensan que la minusvalía mental significa
que te enteras de poca cosa y ¿para que quiere dinero un
enfermo psiquiátrico al que le dan las pastillas? Pues “para
vicios” deben pensar, aunque tampoco con trescientos euros
mensuales puede llevarse “exactamente” una vida de dispendio
y frenesí. Yo no es por la paguilla. Yo es por la
minusvalía. Por si se inventan un Juzgado para Hombres y mi
diente podrido me denuncia si se me escapa, con razón y
fines pedagógicos, una colleja. Mala cosa los nuevos
inventos, la proliferación de cargos, los gastos sobre los
riñones de la España que madruga y se acuesta estragaíta.
Mala cosa el silencio pétreo del pueblo ante los abusos.
Mala , mala cosa, tocarle los cojones a los españoles con
tanto gasto y tanto cargo. Porque se puede liar. Tradición
de liarla, si es nos encabrona, existe. Para que nos vamos a
engañar.
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