Estoy hecho un lío. Por cierto un
“lío”, en chino sería una corriente continua de agua. Bromas
a un lado estoy más liado que la pata de un romano,. Pago el
recibo de la luz, y me creo que es la hipoteca con la subida
del “euribo”. Pido una bombona de gas butano necesaria para,
de vez en cuando, darse una ducha, que al precio que está la
bombona, mejor es ducharse un par de veces al año aunque
jodamos el medio ambiente y aumente al agujero negro de la
capa de ozono. Y como dicen, y debe ser cierto, no hay dos
sin tres, me llega el recibo del agua con la basura y
alcantarillado incluido.
La basura, a los precios que se han puestos los artículos de
primera necesidad, cabe en la envoltura de una caramelo.
Pienso solicitar de la Ciudad Autónoma se e exima del pago
de basura, porque me guardo, cada día, el papelito en el
bolsillo y lo deposito en un contenedor o en una papelera.
Una bolita de nada no creo que tenga porque pagar. Y en
cuanto a la alcantarilla, me ofrezco para limpiarla, cada
tres días, y tenerla canela fina.
Cómo será la crisis, que nos ha llegado con la caída en
picado de la construcción, que he ido al mercado y me he
comprado dos boquerones para hacer el avio. Y eso que según
me contaba el pescadero que estaba una jartá de aburrido,
ante la falta de personal comprador, me dijo que los había
puesto de rebajas.
Me da la sensación de que soy un alarmista, que no existe
tal crisis nada más que en mí carcomido cerebro, cuyas
células patinan más que los que se van a descansar, de no
hacer nada, a Sierra Nevada. No me cada duda alguna que lo
que tengo ser es más optimista y ver todo de color de rosa.
Que la luz no ha subido, sino que el menda gasta demasiada
luz, y lo que tengo que hacer es comprarme un par de velas,
cuyo fuego puede calentar la olla del puchero. El agua, más
de lo mismo, que gasto mucha agua, diría que demasiado. Así
que decido que en mí casa no bebe agua ni e lucero del alba.
Esta mañana me he encontrado por el pasillo a mí sobrino,
que vive conmigo, arrastrándose y diciendo ¡agua, por
piedad!. Le he dicho que aguante, pues le toca beber en el
mes de agosto.
Por entretenerme me voy al bar. Le solicito al camarero un
vaso de agua y el periódico. Me leo que el paro crece al
ritmo más alto de los últimos treinta años ¡Toma del frasco,
Carrasco!. Sigo leyendo y me entero de que el presidente de
todos los españoles, Zapatero, ha llamado “antipatriotas” a
los que exageran la crisis económica, que sólo hay un
pequeño “reapunte” del paro pero la situación es razonable”.
Siento un gran alivio, pensando que la cosa va a pasar
pronto.
Mi gozo es un poz. Me viene el comisario de Asuntos
Económicos y Monetarios de la UE, Joaquín Almunia, corrige a
Solbes y augura un aumento de la economía española de sólo
el 2,2 % para este año y un 1,8 % en 2009.
Como decía la sabia de mí abuela: “Cómo le ponemos al niño”.
Uno se siente español por los cuatro costados y, además,
llevo a orgullo el serlo. Así que no voy a decir nada más
sobre la crisis. España va bien”. ¡Pedazo de patriota!.
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