La ley contra la violencia de género puede ser un
instrumento muy valioso para erradicar el maltrato a la
mujer, aunque hay casos en los que se producen denuncias
falsas en las que ellas tratan de lograr algún beneficio y
los hombres se encuentran desamparados. Este ha sido el cado
de Benito Zapatero, el cual tuvo que abandonar su casa
“siendo inocente”, algo que ha ratificado el juzgado al no
existir pruebas.
El Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha emitido una
sentencia absolutoria a favor de Benito Zapatero, un hombre
al que su mujer había denunciado por supuestos malos tratos
durante el proceso de divorcio del matrimonio. Sin embargo,
durante todo el proceso, que se inició hace cuatro meses, el
acusado ha estado negando los hechos, asegurando que la raíz
del problema fue el reparto de gananciales durante la
separación, punto en el que no llegaron a acuerdo.
Tras numerosos retrasos en el juicio por diversas causas, el
magistrado ha concluido que no existen pruebas de que
Zapatero maltratara a su compañera sentimental. Esta
sentencia se apoya en que durante el proceso no han acudido
a declarar ni la demandante ni la hija mayor de la pareja,
haciéndolo tan sólo la hija menor, la cual sostuvo en todo
momento la culpabilidad del padre. Sin embargo, no existen
ni partes de lesiones, ni denuncias previas y hasta poco
antes del divorcio, el matrimonio llevó una vida normal en
su vivienda junto a las dos hijas. “Incluso nos fuimos de
vacaciones en verano” afirmó Zapatero, quien ha estado
casado durante 33 años. A pesar de todo, la Fiscalía pedía
tres años de prisión.
Con ello, se ha destapado el aspecto más oscuro de la ley
sobre la violencia de género: el de las mujeres que
falsamente denuncian a sus parejas para obtener algún
beneficio. Actualmente, Zapatero se encuentra sumido en una
depresión aunque desea que su caso se conozca “para que no
le vuelva a pasar a otro”. Según manifestó: “Me he sentido
totalmente desamparado por la ley porque sin demostrarse
nada ella tuvo una orden de alejamiento y yo tuve que salir
de mi casa”. Ahora, tendrán que volver a verse las caras
para continuar con el divorcio.
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