Manuel González Bolorino, director – gerente de Radio
Televisión Ceuta, el medio de comunicación que pagamos todos
los ciudadanos de Ceuta, ha sido condenado esta mañana por
amenazar con agredir físicamente al delegado de personal de
esta empresa municipal y responsable de Deportes del canal,
Javier Navas.
Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado domingo,
minutos antes de la retransmisión en directo del partido de
fútbol Talavera – A.D. Ceuta. Las gravísimas amenazas
recibidas por el delegado de personal fueron registradas por
una grabadora que éste portaba en el momento de la agresión,
una prueba que ha resultado fundamental para que el juez en
su sentencia ‘in voce’ haya condenado a Bolorino a pagar una
multa por un delito de faltas.
La grabación, que ha sido reproducida en la sala del Juzgado
de Instrucción Nº 5, recoge, entre otras muchas ‘lindezas’,
como Bolorino insta al denunciante a que abandone su puesto
de trabajo al negarse éste a que le sea impuesto un
comentarista con el que no contaba para la retransmisión del
citado partido. A renglón seguido, el director de RTVCE, con
expresiones como “tú no tienes cojones”, reta al periodista
a quedar en la calle para ‘solventar’ sus diferencias y
sentencia: “Te como la yugular”.
Amenazas éstas que segundos después niega ante los
trabajadores que se encontraban en el control técnico, por
lo que la grabación le ha hecho quedar en evidencia. El
delegado de personal de RTVCE se congratula por la sentencia
condenatoria dictada por el magistrado, ya que no hace sino
confirmar lo que tanto él como el sindicato al que
pertenece, la Unión General de Trabajadores, vienen
denunciando públicamente desde hace meses sobre la
inaceptable forma de proceder del director-gerente de RTVCE.
Éste no ceja en su empeño de coartar la libertad de acción
sindical del delegado de personal, quien viene soportando
permanentes provocaciones por parte del Sr. Bolorino, que no
sólo incumple sistemáticamente lo dispuesto en el Convenio
Colectivo y trata de vulnerar los derechos más elementales
del representante de los trabajadores, sino que le reprende
públicamente sus actuaciones, buscando la confrontación y
sobrepasando con creces los límites del respeto. Unas
prácticas que, por desgracia, también han padecido y padecen
muchos de los miembros de la plantilla.
A todo esto hay que sumar las incesantes represalias y
amenazas que el delegado de personal y otros compañeros
están sufriendo por emprender acciones judiciales o
extrajudiciales en defensa de sus derechos. Una situación
tan reprobable como inaceptable en una sociedad municipal en
la que, recuérdese, el director es un cargo de libre
designación política.
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