Juan Luis Aróstegui, secretario general de Comisiones
Obreras (CCOO) en Ceuta, cree que “el movimiento sindical
está consolidado y es eficaz” y pone como ejemplo los
convenios colectivos firmados a lo largo del año, en los que
asegura que “hemos avanzado”. No obstante, no olvida nuevas
lacras para los trabajadores de la sociedad moderna,
enfermedades modernas como el ‘mobbing’. De hecho, el
dirigente de la central sindical comisionista afirma que en
la ciudad autónoma “hay empresas en las que se aterroriza a
los trabajadores”. Respecto a la labor de la Administración
local, Aróstegui declara que el Ejecutivo ceutí “está
instalado en el optimismo cretino”.
Pregunta.- ¿Se ha avanzado en el movimiento sindical en
2008?
Respuesta.- El movimiento sindical en Ceuta está muy
consolidado, es fuerte, tiene influencia y es eficaz.
Evidentemente, a pesar del tiempo que llevamos viviendo en
democracia, hay muchas zonas escuras. En el sector privado
es muy difícil ejercer todo el control que se debe, porque
el miedo a perder el puesto de trabajo y a las represalias
existe. Esto impide que se puedan resolver muchos conflictos
y cuestiones que se plantean en los puestos de trabajo.
Nuestro país presume mucho de ser avanzado, pero es una
realidad que los trabajadores tienen miedo. En el ámbito
privado es muy complicado, porque en Ceuta hay empresas en
las que se aterroriza a los trabajadores. Esto es así y con
más incidencia en el caso de la mujer. Además no hay medios
legales para poder impedirlo. Tenemos que anotar un
importante factor de frustración en el sindicalismo por el
miedo lógico de los trabajadores. Pese a ello, creo que el
sindicalismo en Ceuta trabaja bien. Hemos avanzado en la
negociación colectiva de manera importante en los convenios
en comercio, limpieza pública, construcción...
P.- ¿Por qué las tasas de desempleo en Ceuta están tan
por encima del resto del territorio nacional?
R.- Ceuta tiene un modelo económico absolutament agotado,
que tiene una consecuencia directa y muy grave: el
incremento incesante del paro y de la economía sumergida.
Ceuta se mantiene gracias a los Presupuestos del Estado y la
economía sumergida. Esto es inadmisible. No podemos ser
conformistas y admitir una realidad que poco a poco se va
consolidando y que nos aboca a una economía de tipo
colonial. No sólo es malo para los trabajadores, sino para
la ciudad en su conjunto. Es desolador que en dos años no se
haya movido un dedo para cambiar el orden económico. La
Delegación del Gobierno se desentendió desde el primer día
de los problemas económicos de Ceuta y se ha contagiado de
ello el Ejecutivo de la Ciudad, siempre sumiso, y ha tratado
de disimular la crisis. Las personas influyentes son gente
acomodada, que vive bien, y que se instalan en el optimismo
cretino diciendo que Ceuta es una ciudad estupenda porque
los funcionarios viven muy bien. Las instituciones no pueden
despreciar a miles y miles de ceutíes que las pasan canutas
en una crisis económica a la que no se ve fin.
P.- ¿Cómo se puede revertir esta situación económica de
Ceuta?
R.- Es necesario aunar esfuerzos y diseñar una estrategia de
la recuperación económica. Un compromiso no es un discurso.
Hay que fomentar la inversión, pero en un marco estratégico
global, es decir, qué queremos que sea Ceuta dentro de 20
años en el orden económico. Nosotros creemos que si no somos
capaces de plantear un modelo económico alternativo estamos
sepultando a Ceuta. No queremos que sea una colonia, que
venga dinero sin ton ni son de los Presupuestos, no queremos
pan para hoy y hambre para mañana. Queremos una ciudad que
sepa a lo que se dedica, que tenga unas señas de identidad.
Todo esto es muy complicado, pero todo camino largo empieza
por un camino corto. Este año ha sido muy malo, ha habido
una deserción institucional.
P.- ¿Qué otras vías económicas puede tener una ciudad con
estas características tan peculiares?
R.- Es una ciudad con muy pocas posibilidades, pero hay que
huir del planteamiento mágico de que una sóla actividad
puede tirar de la economía. Ceuta puede aspirar a tener un
cierto sector de turismo especializado, tener una pequeña
industria, una actividad comercial razonable, un sector de
construcción fuerte y un actividad relacionada con las
nuevas tecnologías. Se trata de consolidar y sumar todos
estos factores. En construcción es inadmisible que Ceuta
exporte 3.000 puestos de trabajo con el desempleo que hay
aquí. En Ceuta no existe la Fundación de la Construcción,
porque dicen que no hay una nave, lo que dice mucho de la
disposición de la Ciudad para solucionar el problema. Ceuta
tiene también medios económicos y materiales para establecer
un pequeño parque industrial en torno a 30 empresas, lo que
no solucionaría el problema del paro, pero habría 900
puestos de trabajo más. Tenemos polígonos industriales
vacíos con los que se especula. En turismo, se trata de que
exploten el sector las empresas que tienen capacidad y
conocimiento y, sobre todo, la especialización, porque no
podemos competir con la Costa del Sol y Marruecos. Son
planteamientos delirantes. Hay que conseguir una
especialización en alguna materia, como la acuática u otra.
En cuanto al comercio, la gente de Marruecos viene cada vez
menos a comprar. Podemos conseguir que los comercios
fidelicen a los clientes.
P.- ¿La negociación de los sindicatos con el Ministerio
de Justicia la ganó el Estado?
R.- Hay que felicitar a los funcionarios, porque es muy
difícil soportar dos meses de huelga. Yo creo que lo que han
conseguido es un hecho importante, porque el principio de
igual trabajo igual salario comienza a resquebrajarse.
P.- En cuanto a la huelga en Urbaser, ¿no se ha
trasladado parte del coste económico a la ciudadanía al
haber sido asumido parte del IPC de los trabajadores por el
Gobierno local?
R.- Efectivamente, la aparición pública de la consejera en
la Mesa de Negociación me parecen un error. Eso ha sucedido
por primera vez, nunca había sucedido algo así. La
institución pública no puede participar en la negociación
colectiva entre empresarios y trabajadores. Eso no tiene
ningún tipo de justificación, pero también es cierto que a
quien se hace la huelga no es a la empresa, que tiene sus
oficinas además en Madrid, sino que se le hace al titular
del servicio público, el cual, por otra parte, no tiene
capacidad de negociación. Nos encontramos entonces en una
situación absurda que, a nuestro ver, sólo tiene una
solución: que estos servicios públicos no deben prestarse de
manera indirecta.
|