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sociedad - JUEVES, 1 DE MAYO DE 2008


juan luis aróstegui. reduan.

entrevista
 

«En la ciudad de Ceuta hay empresas privadas en las que se aterroriza a los trabajadores»

Juan Luis Aróstegui, secretario general de CCOO, afirma que el movimiento sindical en 2008 “está consolidado en Ceuta y es eficaz”, pero apunta que “es una realidad que en este país los empleados tienen miedo”
 

CEUTA
Rober Gómez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Juan Luis Aróstegui, secretario general de Comisiones Obreras (CCOO) en Ceuta, cree que “el movimiento sindical está consolidado y es eficaz” y pone como ejemplo los convenios colectivos firmados a lo largo del año, en los que asegura que “hemos avanzado”. No obstante, no olvida nuevas lacras para los trabajadores de la sociedad moderna, enfermedades modernas como el ‘mobbing’. De hecho, el dirigente de la central sindical comisionista afirma que en la ciudad autónoma “hay empresas en las que se aterroriza a los trabajadores”. Respecto a la labor de la Administración local, Aróstegui declara que el Ejecutivo ceutí “está instalado en el optimismo cretino”.

Pregunta.- ¿Se ha avanzado en el movimiento sindical en 2008?

Respuesta.- El movimiento sindical en Ceuta está muy consolidado, es fuerte, tiene influencia y es eficaz. Evidentemente, a pesar del tiempo que llevamos viviendo en democracia, hay muchas zonas escuras. En el sector privado es muy difícil ejercer todo el control que se debe, porque el miedo a perder el puesto de trabajo y a las represalias existe. Esto impide que se puedan resolver muchos conflictos y cuestiones que se plantean en los puestos de trabajo. Nuestro país presume mucho de ser avanzado, pero es una realidad que los trabajadores tienen miedo. En el ámbito privado es muy complicado, porque en Ceuta hay empresas en las que se aterroriza a los trabajadores. Esto es así y con más incidencia en el caso de la mujer. Además no hay medios legales para poder impedirlo. Tenemos que anotar un importante factor de frustración en el sindicalismo por el miedo lógico de los trabajadores. Pese a ello, creo que el sindicalismo en Ceuta trabaja bien. Hemos avanzado en la negociación colectiva de manera importante en los convenios en comercio, limpieza pública, construcción...

P.- ¿Por qué las tasas de desempleo en Ceuta están tan por encima del resto del territorio nacional?

R.- Ceuta tiene un modelo económico absolutament agotado, que tiene una consecuencia directa y muy grave: el incremento incesante del paro y de la economía sumergida. Ceuta se mantiene gracias a los Presupuestos del Estado y la economía sumergida. Esto es inadmisible. No podemos ser conformistas y admitir una realidad que poco a poco se va consolidando y que nos aboca a una economía de tipo colonial. No sólo es malo para los trabajadores, sino para la ciudad en su conjunto. Es desolador que en dos años no se haya movido un dedo para cambiar el orden económico. La Delegación del Gobierno se desentendió desde el primer día de los problemas económicos de Ceuta y se ha contagiado de ello el Ejecutivo de la Ciudad, siempre sumiso, y ha tratado de disimular la crisis. Las personas influyentes son gente acomodada, que vive bien, y que se instalan en el optimismo cretino diciendo que Ceuta es una ciudad estupenda porque los funcionarios viven muy bien. Las instituciones no pueden despreciar a miles y miles de ceutíes que las pasan canutas en una crisis económica a la que no se ve fin.

P.- ¿Cómo se puede revertir esta situación económica de Ceuta?

R.- Es necesario aunar esfuerzos y diseñar una estrategia de la recuperación económica. Un compromiso no es un discurso. Hay que fomentar la inversión, pero en un marco estratégico global, es decir, qué queremos que sea Ceuta dentro de 20 años en el orden económico. Nosotros creemos que si no somos capaces de plantear un modelo económico alternativo estamos sepultando a Ceuta. No queremos que sea una colonia, que venga dinero sin ton ni son de los Presupuestos, no queremos pan para hoy y hambre para mañana. Queremos una ciudad que sepa a lo que se dedica, que tenga unas señas de identidad. Todo esto es muy complicado, pero todo camino largo empieza por un camino corto. Este año ha sido muy malo, ha habido una deserción institucional.

P.- ¿Qué otras vías económicas puede tener una ciudad con estas características tan peculiares?

R.- Es una ciudad con muy pocas posibilidades, pero hay que huir del planteamiento mágico de que una sóla actividad puede tirar de la economía. Ceuta puede aspirar a tener un cierto sector de turismo especializado, tener una pequeña industria, una actividad comercial razonable, un sector de construcción fuerte y un actividad relacionada con las nuevas tecnologías. Se trata de consolidar y sumar todos estos factores. En construcción es inadmisible que Ceuta exporte 3.000 puestos de trabajo con el desempleo que hay aquí. En Ceuta no existe la Fundación de la Construcción, porque dicen que no hay una nave, lo que dice mucho de la disposición de la Ciudad para solucionar el problema. Ceuta tiene también medios económicos y materiales para establecer un pequeño parque industrial en torno a 30 empresas, lo que no solucionaría el problema del paro, pero habría 900 puestos de trabajo más. Tenemos polígonos industriales vacíos con los que se especula. En turismo, se trata de que exploten el sector las empresas que tienen capacidad y conocimiento y, sobre todo, la especialización, porque no podemos competir con la Costa del Sol y Marruecos. Son planteamientos delirantes. Hay que conseguir una especialización en alguna materia, como la acuática u otra. En cuanto al comercio, la gente de Marruecos viene cada vez menos a comprar. Podemos conseguir que los comercios fidelicen a los clientes.

P.- ¿La negociación de los sindicatos con el Ministerio de Justicia la ganó el Estado?

R.- Hay que felicitar a los funcionarios, porque es muy difícil soportar dos meses de huelga. Yo creo que lo que han conseguido es un hecho importante, porque el principio de igual trabajo igual salario comienza a resquebrajarse.

P.- En cuanto a la huelga en Urbaser, ¿no se ha trasladado parte del coste económico a la ciudadanía al haber sido asumido parte del IPC de los trabajadores por el Gobierno local?

R.- Efectivamente, la aparición pública de la consejera en la Mesa de Negociación me parecen un error. Eso ha sucedido por primera vez, nunca había sucedido algo así. La institución pública no puede participar en la negociación colectiva entre empresarios y trabajadores. Eso no tiene ningún tipo de justificación, pero también es cierto que a quien se hace la huelga no es a la empresa, que tiene sus oficinas además en Madrid, sino que se le hace al titular del servicio público, el cual, por otra parte, no tiene capacidad de negociación. Nos encontramos entonces en una situación absurda que, a nuestro ver, sólo tiene una solución: que estos servicios públicos no deben prestarse de manera indirecta.
 

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