Abrir la sección de deportes del periódico, te supone
llevarte un disgusto, no por el trabajo que realizan los
sensacionales profesionales de este medio de comunicación,
sino por las informaciones tan alucinantes que encuentras en
sus páginas y que no llegas a tragar, aún bebiendo agua.
La información no tiene desperdicios, “La escuela de fútbol
del Atlético de Madrid en Ceuta, ha firmado un acuerdo con
la Ciudad Autónoma, por el cual, se subvencionará la
matricula de veinte alumnos (jóvenes ceutis, cuyas familias
no pueden pagar la matricula de la escuela).
Su director dice: “queremos fomentar el deporte a través del
fútbol”, pero también quiere la matricula por delante y, lo
ha conseguido de la Ciudad. Obviamente, mis preguntas son
¿La ciudad también desea fomentar el deporte a través del
fútbol con su escuela? ¿Esta escuela municipal de fútbol no
vale para que estos niños sin recursos y otros jóvenes se
puedan tecnificar?
Respuestas que, como cada año, se quedan en el tintero y que
nadie contesta ni van a hacerlo. Esta cruz, la padecemos
desde hace años, cuándo la escuela, o se ha convertido en
una inusual “guardería” o hay quiénes desean sacar un
presupuesto millonario para gestionarla. Por estos motivos y
otros, la escuela funciona como un patio de colegio, aunque
también, muestro mi respeto a sus profesores, porque esta
situación la he sufrido en mis carnes.
No puedo entender lo que está aconteciendo y, lo digo en voz
alta, por saber al dedillo el funcionamiento de nuestra
escuela municipal de fútbol, a la que puse fin en mi trabajo
hace unos años como profesor de ella siguiendo mi lema; si
el trabajo no es serio, para qué perder el tiempo y hacer
daño al niño y al fútbol local. El motivo, la pésima gestión
de la Federación de Fútbol y del ICD a la hora de definir y
organizar el trabajo que se tenía que realizar como la
carencia de los elementos necesarios que debían participar
en ella. La idea de escuela municipal de fútbol de Ceuta, a
diferencia de otras poblaciones con menos presupuesto en
deportes, ha fracasado desde hace años por diversos motivos
que no voy a entrar a debatir, aunque, también en este
tiempo hay quiénes se han aprovechado de esta indiferencia
deportiva para beneficio propio.
La situación actual, deja mucho que desear de lo que
significa un funcionamiento adecuado (aunque la solución la
tiene), llegando incluso a subvencionar a jóvenes para otras
escuelas privadas aumentando su prestigio local en
detrimento de la municipal, por el hecho, de no tener
capacidad de captación ni de reacción. Por otro lado, no me
parece mal que se ayude al deporte local, venga de dónde
venga la demanda y, siempre que sea en beneficio de la
juventud de Ceuta, pero entiendo que, siempre y cuándo la
municipal no tenga plazas o no pueda ofrecer el mismo
servicio al ciudadano, situación que no debe ocurrir en
ningún caso.
Hoy, no voy a entrar en el correcto funcionamiento de una
escuela de fútbol municipal, porque podríamos estar horas y
horas discutiendo de ella y no llegar a entendernos. Pero,
la verdad solo tiene un camino, mantener en funcionamiento
una escuela de estas características y sin definir un
programa de aprendizaje y una proyección del alumno no tiene
sentido, hoy por hoy, la escuela municipal necesita de un
cambio radical de las personas que la gestionan con la
intervención de la Federación o sin ella.
De esta rematada gestión, se ha aprovechado y muy bien, la
Escuela de tecnificación de fútbol de la Fundación Atlético
de Madrid en Ceuta, cuyos medios, personal y enseñanzas
están muy por encima de la municipal. Situación que, ha
provocado en la sociedad ceutí una gran demanda de padres
por incorporar a sus hijos a la misma (gastando un elevado
coste en matricula).
Ahora bien, cuándo se ofrece buenos servicios a la población
en esta Ciudad, los ciudadanos responden como siempre lo han
hecho en materia deportiva. La realidad es que, existe una
gran demanda de los jóvenes de esta Ciudad y de sus padres
por participar en “escuelas municipales” perfectamente
organizadas y con proyección de futuro, dónde, puedan
comprobar que sus hijos pueden fomentar el deporte a través
del fútbol como cualquier escuela privada, con la idea
generalizada de que sus bolsillos se resientan menos a la
hora de valorar la misma preparación o mejor en estas
escuelas (no soy partidario de que ningún niño o niña en
etapa base pague por hacer deporte).
Esta es la idea general, de lo que significa tener una
escuela municipal acorde a una Ciudad como Ceuta (nuestra
obligada obligación), dónde el deporte mayoritario
practicado es el fútbol y dónde menos alegrías deportivas
nos hemos llevado, unas veces, por carencia de campos de
entrenamiento y otras, por los problemas internos que
tenemos, como es el caso de una escuela de tecnificación
municipal muy descafeinada al nombre de Ceuta.
Ahora bien, todo puede continuar igual, nosotros miramos,
mientras que los demás trabajan en sus escuelas con los
hijos de los que deciden sobre el deporte local, o por el
contrario, nos acercamos a las oficinas del ICD, abrimos los
cajones, sacamos las “propuestas” de “Escuelas de Fútbol”
abandonadas en ellos desde hace años, las ponemos en
practica de inmediato y mejoramos cualquier escuela estatal,
consiguiendo el bienestar de nuestros ciudadanos, de
nuestros hijos y del futuro del deporte caballa.
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