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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 30 DE ABRIL DE 2008

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Largo camino
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

La Ley Moyano cumple 150 años desde su proclamación. La primera norma que reguló las enseñanzas en nuestro país, consiguiendo un gran consenso político, lo que le permitió que estuviera vigente durante más de un siglo. Desde los años 70, cuando relevada por el Proyecto de Villar Palasí, se han sucedido cinco normas auspiciadas por gobiernos de distintos color. Hay problemas, como los económicos que persisten hoy.

Pero, ¿cómo ha evolucionado nuestro sistema educativo? La constitución de Cádiz, recoge en su Título IX, del capítulo 365 a 371, la necesidad de crear un plan de enseñanza uniforme para todo el país, sin especificar clases sociales y establecer en todos los pueblos escuelas de primeras letras en las que se enseñará a leer, escribir y contar, el Catecismo y las obligaciones civiles. Se creará una Dirección general de Estudios, a cargo estará la Inspección de Enseñanza Pública. En 1814, el diputado Manuel José Quintana elabora un Informe que se redacta como Ley en 1821. En él se da carácter legal a una estructura del Sistema Educativo, que se divide en primera, segunda y tercera enseñanza; se distingue entre Instrucción Pública y Privada y se determina la gratuidad de la Enseñanza”.

Entre 1835 y 1836 se establecen las Escuelas de Latinidad y Colegios de Humanidades, sólo para privilegiados. Aparece el plan General de Instrucción Pública del Duque de Rivas, con influencias liberales, sin llegar a aplicarse, por el cambio de régimen. Durante el Gobierno del Marqués de Somoruelos, se crean las Escuelas Normales para la formación de docentes.

En 1845, se aprueba el Plan Pidal o Plan General de Estudios, que sería el antecedente de la futura Ley Moyano. Se crean los primeros Institutos y la Inspección Profesional. Se avanza poco y llega el Concordato de 1851. Se excomulga a la reina Isabel II por sus desamortizaciones eclesiásticas, y desde 1854 a 1856 se seculariza la enseñanza.

En 1857, el Ministro de Fomento, Claudio Moyano, da nombre a la Ley de Instrucción Pública de 9 de Septiembre de 1857, promulgada dentro de un gobierno moderado y fruto del consenso. La ley no se debatió en las Cortes. Hasta allí llegó, para su aprobación una Ley de Bases, una especie de declaraciones de principios que facilitó el proceso. La Ley Moyano es todo un documento legislativo, un código docente muy extenso que consta de 307 artículos y ha estado vigente más de cien años. En resumen, establece tres niveles educativos: la instrucción primaria se divide en elemental y superior para niños y niñas entre 6 y 9 años, y se imparte en escuelas elementales; la secundaria comprende dos ciclos, uno elemental de dos años y otro superior de cuatro, que se imparten en Institutos y dedican la mayor parte del currículo a las Humanidades, aunque también incluía estudios de aplicación que se pueden asemejar a estudios profesionales; y a la enseñanza superior, que se impartía en las facultades universitarias o Escuelas Profesionales, los maestros eran seleccionados en un proceso de oposición tras haber estado estudiando en las Escuelas de Magisterio.

En 1876 se produce un hito pedagógico muy importante: la fundación de la Institución Libre de Enseñanza por Giner de los Rios. Enraizada en los principios Krausistas, la Institución es un alarde de auténtica renovación que defiende el aprendizaje activo, la formación a través de las artes y la escuela laica.

Entre 1900 y 1923 se crea el Ministerio de Instrucción Pública, que asumía el sueldo de los maestros y el control de la red de escuelas primarias. Se establece por el Plan Romanones el bachillerato de seis años, y los gobernantes, liberales y conservadores, toman conciencia del atraso educativo del país y comienza a dictar leyes. La del 1909 promueve la red escolar plural, mayor dotación de recursos, educación de párvulos, renovación de métodos y contenidos de enseñanza. En 1910 se reconocen los derechos a la educación de la mujer por decretos oficiales, y mayor importancia a la investigación científica. Pero el mayor cambio se produce en 1923 donde el Ministro Eduardo Calleja establece nuevo plan de Bachillerato, buscando uniformidad entre asignaturas y manuales, con las modalidades de Ciencias y Letras. Aparecen las Enciclopedias. Se implantaron las Misiones Pedagógicas. El Inspector es un verdadero orientador pedagógico.

En 1936, durante la Guerra Civil, coexisten dos escuelas: en la zona republicana se sustituye el plan de estudios de Primaria de 1901 por otro más innovador decretado en el 37; en la zona franquista se impone un pensamiento conservador, basado en la condena del liberalismo, la coeducación y la ILE. Al acabar la Guerra Civil, se hace una depuración de los docentes y se exige la formación y función moral del maestro. El franquismo cambia los modelos pedagógicos: los niños no estudian lo mismo que las niñas y están separados. Desaparece la ILE, la más prestigiosa iniciativa pedagógica: “Un gran desgarro histórico”.

Desde 1953 a 1990 nos encontramos: 1953, Ruiz Jiménez establece el Plan de Bachillerato, con examen Preuniversitario; 1965, se crea con Lora Tamayo, el Ministerio de Educación y Ciencia, extendiéndose la obligatoriedad hasta los 14 años; en 1970 se presenta el Libro Blanco de Villar Palasí, Ley General de Educación, con cuatro niveles: Preescolar, la EGB, Bachillerato y Educación Universitaria; en 1985 se aprueba la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE); en 1990 se publica la Ley de Ordenación del Sistema Educativo, LOGSE, donde la escolarización se hace obligatoria hasta los 16 años. Tras la LOGSE, nos llegó la Ley de Calidad de la Enseñanza (LOCE), aprobada (PP) en 2002 y, por último, con el PSOE en el poder, 2005, la Ley orgánica de educación (LOE).

Los expertos en educación, piensan, después de este largo período, que si bien el fallo ha estado en la fundamentación económica de las leyes, en los momentos actuales, hay que dedicar más dinero para tener profesores bien formados, una organización óptima de los medios y un sistema que recoja las aspiraciones de todos los ciudadanos.
 

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