Se ha celebrado el debate sobre el
estado de la Ciudad como estaba previsto. El Gobierno
entenderá que su gestión es la mejor mientras que el
triunvirato opositor piensa y así lo afirma que es
meridianamente mejorable. Es lo lógico, era lo esperado y a
nadie asombra la defensa a ultranza establecida por los
representantes del Ejecutivo de su visión sobre la Ceuta
cambiada en los últimos siete años, frente a los ataques
dialécticos con cierta carga de insulto, recibida por el
Gobierno desde la bancada de la oposición, sobre todo en el
discurso de Ramírez quien más adelante confirmó su nula
intención de que se entendiese su mensaje como insultante.
Bien. Es el rifi rafe típico y tradicional de esta política
en la que, sin embargo, el presidente de la Ciudad, que se
batió también en duelo cuando hubo de hacerlo, mantuvo –persevarente-
no obstante un tono más apaciguador y mostrando o dando
ejemplo de que por encima de críticas más o menos lesivas
está el espíritu del consenso en aras al interés general. Un
interés general que debe defenderse ante los próximos
‘golpes’ que recibirá Ceuta como consecuencia de la crisis
general que ya nos cae encima y que se añadirá a las ya
tradicionales complicaciones existenciales de una ciudad que
padece extrapeninsularidad y todos los condicionantes
expuestos en el famoso informe DAFO sobre Debilidades,
Amenazas, Fortalezas y Oportunidades que maneja Procesa y
que, a buen seguro entregarán en mano a la comisaría de
Política Regional de la Comisión Europea, Danuta Hüber que
en breve pisará tierra ceutí. Sí, acuerdos y consensos.
Acuerdos sobre el futuro de la ciudad ante la reforma del
marco estatal para la financiación autonómica que
desfavorecerá a Ceuta si continúan lo proyectado por el
Gobierno de la Nación. Consenso en asuntos como la
posibilidad de un nuevo marco que sitúe a Ceuta en la Unión
Aduanera; acuerdo y consenso en asuntos tan vitales como la
reforma del Estatuto de Autonomía y, en definitiva, puntos
de encuentro, por encima de los intereses partidistas, en
asuntos trascendentales para el futuro de la ciudad.
|