Gracias a ‘Fama’, el popular programa de televisión que
terminó anteayer, casi todos sabemos ya que un ocho, además
de un notable alto, pobre calificación si la comparamos con
la que ayer endosó Yolanda Bel al presidente Vivas, es
también el esquema sobre el que se estructura el baile
moderno: cada paso nuevo está dividido en ocho partes (mover
un brazo, girar la cabeza, quedarse quieto…) que van por
golpes de música y se van hilando para componer la
coreografía. En la práctica, el asunto consiste en
aprenderse dichos movimientos y enlazarlos con la música
para que el resultado sea el esperado. Trasladado al ámbito
político, el Debate sobre el Estado de la Ciudad de ayer en
la Asamblea dejó poco espacio para la improvisación y cada
portavoz, mal que bien, se mantuvo dentro de la coreografía
esperada: Bel, satisfecha con el trabajo realizado y arisca
pero modosa con la oposición; Ali, agudo en la oratoria,
aunque con pocos números en la mano; Ramírez, segura
mientras se asió al discurso y un tanto desmadejada en la
improvisación ante las risas y burlas de los escaños del PP.
Casi lo que cualquier hubiera aventurado que vería 24 horas
antes.
Yolanda Bel (PP)
La portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Yolanda Bel,
gozó de la ventaja que le dio ser la última en intervenir en
cada ronda, justo después de Ramírez y Ali. Así, la
consejera no se limitó simplemente a exponer de entrada su
visión de las cosas, sino que tuvo tiempo de aderezar sus
turnos en el uso de la palabra con puyas a la oposición y,
sobre todo, elogios al presidente Vivas.
En su primera subida al atril cargó contra UDCE-IU y PSOE
por su “falta de rigor”, presumió de los resultados
electorales de su partido y glosó los innumerables méritos
del líder. “Ceuta es una ciudad moderna desde que se
comprometió a ser presidente de esta, su tierra, y pasear
por ella escuchando a los ceutíes es el mejor ejemplo de lo
que digo”, aseguró Bel, que definió a Vivas como el hombre
del “verdadero” talante, a quien agradeció el haber acabado
con “las vergüenzas” de Ceuta como el solar baldío que hoy
ocupa la Manzana o el vertedero de Santa Catalina.
“Queda mucho por hacer, pero en ello estamos”, añadió con la
modestia de rigor Bel, quien se mostró especialmente
disgustada con las “incoherencias” de la oposición y, sobre
todo, con los “ataques” que según entendió le dirigieron Ali
y Ramírez, el primero por volver a situarla en un cuento
infantil (Alicia en el País de las Maravillas) y la segunda
por atacarla “personalmente”. “Yo nunca entraré en eso”,
afirmó.
Su cara más batalladora se vio frente al Gobierno central,
que personificó en la figura de Ramírez (“usted va a ser
inolvidable para mí”, le espetó después de restregarle su
vocación y carácter de “ceutí de barrio”.
Para terminar, y antes de destacar también los logros de su
Consejería, la de Medio Ambiente, tras las críticas
recibidas, a Ramírez dirigió también sus preguntas y sus
denuncias sobre la atención del Gobierno central a Ceuta,
asunto que acabó centrando gran espacio en la parte final
del debate: que no se ha puesto ni una piedra del centro
para discapacitados del Santo Ángel, que se han recortado
los fondos que gestiona la Ciudad en los Planes de Empleo,
que debería preocuparse de los uniformados que se tienen que
ir de Ceuta...
Mohamed Ali (UDCE-IU)
Si Ali tuviera algo de lo de Ramírez y ésta más de lo del
primero el resultado sería un portavoz de superior
categoría. Como ya ha acostumbrado al personal, el
presidente de UDCE volvió a ser el más expresivo, agudo,
incisivo y ágil de los portavoces. A su discurso, centrado
en los temas de rigor, como tampoco podía ser de otra
manera, añadió dos trabajos rigurosos elaborados durante los
últimos días: por un lado tiró del Informe DAFO elaborado
por PROCESA para sacar los colores al Gobierno por escribir
una cosa (que las cosas están de aquella manera) y decir
otra (que están muy bien); por otro, enumeró todas las
mociones aprobadas e incumplidas por el Gobierno.
Su momento más dulce del debate lo vivió cuando, en un
renuncio, y ante su presión DAFO en mano, Vivas deslizó algo
así como que a Bruselas uno va a pedir dinero y tampoco
puede presentarse diciendo que las cosas van bien... El más
agitado fue el instante en el que Vivas y Bel cargaron las
tintas en su nueva unidad de acción con el PSOE y salieron a
colación Mizzian y el PDSC. Ali acusó al PP de formar un
acuerdo de Gobierno con este partido, algo que negó Vivas
diciendo que lo del asesor sólo va con el líder de la
formación, pasando al contragolpe para hurgar en sus cuitas
con IU (“ese tripartito”, dijo Vivas). Al final su grupo
fue, sorprendentemente, el único que presentó mociones
orientativas al término del debate más importante del año en
la Asamblea.
Inmaculada Ramírez (PSOE)
Concisa en su primera intervención, con abundante
documentacion, agresivo, evidentemente bien preparado, su
discurso inicial se vino un poquito abajo en el cuerpo a
cuerpo parlamentario que siguió. La portavoz no acertó a
vencer el barullo Popular para explicarse con claridad y fue
sobrepasada por las chanzas de quienes la han tomado por el
silbato del sereno.
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