Con la llegada a la Presidencia
del Gobierno de las dos ciudades autónomas de Juan Jesús
Vivas y Juan José Imbroda se inicio una nueva etapa en las
relaciones bilaterales entre ambos ejecutivos compartiendo
reflexiones en relación a los problemas comunes ocasionados
por su similar situación geográfica, frontera de Europa en
África y vecinos de Marruecos circunstancias que, han
originado a lo largo de nuestra historia un importantísimo
déficit económico.
Las malas relaciones existentes en el pasado dieron paso a
una unidad de acción frente a los problemas compartidos. Las
reuniones celebradas entre los gobiernos autónomos de Ceuta
y Melilla posibilitaron la adopción de medidas concretas
conducentes a subsanar algunos de estos problemas durante
los gobiernos de José María Aznar. Ejemplos como la entrada
en vigor, en marzo de 2004, de la bonificación del 40% en
las cuotas de la seguridad social para sectores en crisis o
el Plan de actuaciones para ambas ciudades “Ceuta Activa”
con la participación de todos los ministerios a través de
inversiones reales.
Muchas han sido las críticas recibidas desde la oposición
así como, las ingerencias producidas al objeto de boicotear
estas buenas relaciones con la única intención de romper
esta unidad de acción que tantos éxitos han generado.
Principalmente desde el partido socialista que incluso ha
llegado ha afirmar que “no se pueden pedir cosas al papá
Estado, al que con una mano dan estacazos un día sí y otro
también mientras que con la otra piden cosas con idéntica
regularidad”.
Quizás, olvidan que las peticiones realizadas por ambos
gobiernos redundan exclusivamente en beneficio de los
ciudadanos de ambas ciudades indistintamente de sus
ideologías políticas ya que, ambos presidentes representan a
ceutíes y melillenses. La legitimidad de las mismas vienen
dadas por la Constitución Española aprobada mayoritariamente
por el pueblo español en 1978.
En definitiva, trabajar por el interés general de ambas
ciudades no debería ser competencia exclusiva de los
gobiernos autónomos sino, obligación de todas las
instituciones implicadas en el futuro de nuestras ciudades
y, principalmente del Gobierno de todos los españoles, el
Gobierno Central presidido por José Luís Rodríguez Zapatero
que debería continuar y mejorar las políticas beneficiosas
hacia estas dos ciudades iniciadas por los gobiernos de José
María Aznar.
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