En 1965 John Lennon declaró que los beatles eran “más
famosos que Jesucristo”. Elsa Rovayo, más conocida como La
Shica, prefiere llevar “la fama en el bolso junto a las
pinturas”, según contestó en una entrevista en exclusiva con
EL PUEBLO durante su última estancia en Ceuta –dos días; el
éxito ya no le permite disfrutar de más tiempo en su
ciudad–. Que el disco ‘Trabajito de chinos’ haya sobrepasado
todas las espectativas comerciales no parece haber pillado a
La Shica a contrapié. Su sencillez no se lo permite.
Mientras asimila que la gente la señale por la calle, ella
afirma que entiende la vida “cuando voy a la playa o cuando
subo al escenario”. Así de sencillo.
Pregunta.- ¿Te esperabas un éxito tan rotundo con tu
primer disco, ‘Trabajito de chinos’?
Respuesta.- Yo siento que las cosas van poco a poco. Tampoco
es que sea un pelotazo, es el resultado del trabajo de mucho
tiempo y todavía hay que seguir. Yo veo que he dado un
pasito. Hay mucho por hacer. Salir dos días en el telediario
no supone que no haya que trabajar. Si se sube demasiado
rápido, se baja demasiado rápido. Creo que esto es un camino
que hay que ir haciendo despacito, porque nunca se acaba.
P.- Pero el disco es uno de los más vendidos según las
listas de AFYVE (Asociación Fonográfica y Videográfica
Española).
R.- Va genial. Se está vendiendo y la discográfica está muy
contenta y a todo el mundo ya le suena. Aunque alguien no lo
haya escuchado, oye La Shica y sabe quién es. Me paran por
la calle, me saluda la peña en Madrid, pero tampoco es que
sea un pepinazo.
P.- ¿Cómo se sobrelleva la fama? ¿Te vas acostumbrando?
R.- La fama la llevo en el bolso junto a las pinturas
-risas-. No sé. Es como vivir en Ceuta, que todo el mundo te
conoce, pero en Madrid o a donde vaya. Hace poco hicimos un
bolo en Las Palmas y en Lanzarote con Chambao. Nosotros
primero y luego ellos. Se me ocurrió hacer lo que hago
siempre cuando termino en un festival, me salgo entre el
público a ver a La Mari –vocalista de Chambao–. Se me
abalanzó una masa de personas y creía que iba a morir. Era
la primera vez que me pasaba. Me tuve que volver dentro.
Esas cosas ya no las puedo hacer, pero poco a poco.
P.- Me han comentado que acudes a un psicólogo pagado por
la discográfica para que la fama no te afecte negativamente.
R.- El psicólogo me lo pago yo y llevo tres años yendo a
terapia. Estoy en uno de los mejores momentos de mi vida,
pero a mí me parece que ir al psicólogo es como ir al
dermatólogo. En estos momentos le suelo decir a la psicóloga
que me controle para que no se me vaya la pinza. Y ella me
contesta: “Tu eres buena, a ti no se te va a ir la pinza”.
P.- ¿Salen los amigos de debajo de las piedras ahora que
tienes tanto éxito?
R.- Es curioso. Aquí en Ceuta había gente que nunca me había
saludado y de repente me abraza por la calle. ¡Hombre,
prefiero que me abrace a que no me salude! De todas formas,
yo sé quiénes son mis amigos y no se me va la olla. Por
supuesto que ahora estoy conociendo más gente. A lo largo de
tu vida vas conociendo personas, pero tienes que saber
quiénes son tus amigos. Por ejemplo, con La Mari me he hecho
muy amiga, poco a poco.
P.- ¿Cuál es la clave del éxito de La Shica?
R.- La propuesta se queda, porque hay baile, hay cante y
música. Me gusta ser muy cercana con la gente, hablarles al
mismo nivel. Yo lo único que hago es subirme a un escenario
y ellos se quedan conmigo.
P.- Algunos comentaban que La Shica llegaba tarde; que el
género del mestizaje llevaba ya unos años y no iba a
aguantar. Sin embargo, el éxito de ‘Trabajito...’ está
siendo descomunal para un debut discográfico.
R.- El disco es honesto y personal. Lo que yo hago ya lo ha
hecho gente de otra manera. El rap que yo hago lo hizo Lola
Flores, lo hace Diego Carrasco a su forma, Tomasito a su
forma, lo hizo Gabriel Ortega en su día a su forma. Yo creo
que hay que ofrecer un proyecto honesto y vivo; y trabajar
mucho. Esto es hormiguismo profundo. Nunca hay que venirse
abajo, porque no todo sale bien. Cuando algo no sale es
porque por ahí no era y hay que ir por otro lado. Yo confío
en el trabajo, en la ilusión y en ser muy pesada.
P.- ¿Qué es lo que más destacas, a título personal, del
disco?
R.- Para mí es como un álbum de fotos de los primeros años
de La Shica. Depende de qué canción me recuerda un momento.
Es mucho tiempo el que he convivido con mi grupo. Le hemos
dado mil vueltas a las canciones, pero ahora nos sale mucho
más fluido. A la hora de componer tenemos mucho más claro lo
que queremos. Al principio, como yo venía del flamenco,
queríamos hacer todas las canciones por soleás, por bulerías
o por tanguillos. Estábamos más encerradillos en ese género,
pero ahora casi todo es funky. Ya no nos preocupa si va por
bulerías o por otro rollo.
P.- ¿Van a ir por el mismo camino del mestizaje tus
futuros discos?
R.- Lo que estamos haciendo ya es muy distinto a Trabajito
de chinos. Ahora haremos lo que se nos ocurra. Si tenemos
ganas de hacer una chirigota haremos una chirigota... No
quiero encasillarme. Ya que tengo una profesión tan libre,
hay que ir probando. Yo quiero ser libre. Paso de ser pura,
yo vengo de una ciudad en la que hay mucha mezcla. He vivido
la mitad de mi vida en Ceuta, la otra mitad en Madrid, otra
parte en París, Barcelona, Sevilla... Soy pura mezcla. He
sido muy flamenca, pero muy de la calle, muy macarra, muy de
barrio y de parque. No sé lo que voy a hacer, pero voy a
hacer lo que me apetezca.
P.- ¿Y por dónde van los tiros de las nuevas canciones
que estáis componiendo?
R.- El disco no está enfocado hacia ningún lado. No decimos:
“Vamos a hacer esto”. No. Vamos haciendo canciones y luego
ya veremos, pero sí que a mí cada vez me apetece más cantar
que rapear, aunque también me gusta mucho rapear. Al
principio me daba más miedo cantar, ahora me apetece mucho.
Después de haber escuchado temas como Las carnes paralelas,
que para mí es el temazo del disco, hemos dicho: “¡Ostias,
esto se nos da bien! Vamos a hacer más canciones bonitas”.
P.- Primero bailabas, luego rapeabas y ahora cantas. ¿Qué
será lo siguiente?
R.- Voy controlando mi instrumento, que es la voz. Cuando me
entró el gusanillo de cantar me puse a estudiar, porque
sabía que tarde o temprano lo iba a hacer.
P.- ¿Cómo es de negativo el fenómeno top manta y el
pirateo por Internet?
R.- No es la pasta lo que me molesta de la piratería, porque
antes también uno se grababa las cintitas y nos las
pasábamos entre los colegas. Lo que realmente está haciendo
daño a la música en toda esta historia es que se está
empezando a consumir música como pastillas Juanola o kleenex.
Ahora la peña se descarga 50 discos en una noche y al tener
tanta cantidad de información escuchan 30 segundos de un
disco y se bajan otros 50. A mí, si no me gusta un disco a
la primera, me gusta a la quinta, porque no me puedo comprar
50 discos al día; me puedo comprar cinco al mes. Uno valora
más las cosas cuando las paga. Tampoco me parece bien como
en su día la peña se forró con sus discos. Hacían un disco y
se tumbaban cinco años a vivir. Creo que el artista se tiene
que trabajar las cosas, pero sobre todo por respeto a la
música. La música no es una cosa que sale en un árbol, hay
que trabajarla con el esfuerzo de muchas personas. Debería
valorarse y no consumirse así.
P.- ¿Ha afectado a lo artístico el pirateo en la red de
redes?
R.- Por ejemplo, ahora no se pueden hacer introducciones
superlargas en las canciones, porque, ¡claro!, la gente se
baja por Internet un montón de canciones y se escuchan los
primeros 20 segundos; y si no canta nadie lo quitan. A lo
artístico le está haciendo daño.
P.- ¿A la hora de grabar ‘Trabajito de chinos’ te has
visto con algunos de estos imperativos?
R.- Sí, claro. Aún así, el tema que a nosotros nos parecía
que debía tener una intro larga, El asesino, la ha tenido;
pero sí que te dicen: “Vamos al grano”. Eso es lo que de
verdad me parece chungo de la piratería. La gente de mi
generación tiene otro concepto de la música, pero la gente
joven ya no lo valora como nosotros.
P.- Por otro lado también da la posibilidad de que los
grupos en sus inicios se puedan hacer oír.
R.- Internet ayuda, yo no digo que no; pero pienso que
debería de ser un poco más controlado, no el consumo a lo
salvaje, como si fueran hamburguesas.
P.- ¿Cómo se divierte La Shica?
R.- Yo entiendo la vida en dos situaciones: cuando voy a la
playa y cuando me subo al escenario. En esos dos momentos
entiendo por qué estoy aquí. Cuando eres artista eso es lo
que más mola, poder compartirlo con el público. Antes,
cuando era bailaora tenía muchos complejos y miedos y no lo
disfrutaba, pero ahora veo la sonrisa y los ojillos de los
que están en el público y es lo máximo. Nunca olvidaré la
primera vez que el público cantó los estribillos. Me puse a
llorar como una tonta. No me lo podía creer. Es lo más
maravilloso que me ha pasado en la vida. Mi corista me
decía: “¡No, querida, no llores ahora, comadre! ¡Ahora no,
respira!”.
P.- La Shica incluso está siendo exportada a Europa.
R.- Sí, tenemos un montón de fechas por Europa. Al Festival
Roskilde, a Dinamarca, a Praga, a Croacia... Hay más, pero
no me acuerdo.
P.- ¿Sabes si el disco se está vendiendo por esos países?
R.- Por iTunes. Yo creo que este espectáculo es muy
exportable. En España somos más de modillas. Fuera la peña
es más fiel, cuando le gusta algo le gusta. Y lo español se
aprecia fuera una barbaridad, pero aquí también.
P.- ¿Y cuándo presentas tu disco en Ceuta?
R.- No lo sé. Creo que están hablando con la ofi, pero de
momento no hay ni siquiera reserva.
P.- Sé que tienes un compromiso amistoso con la Sala Café
Club.
R.- Me encantaría, pero somos nueve personas e igual
necesitábamos a algún patrocinador. Me gustaría mucho ir a
la Sala. Si se queda chica igual podíamos hacer dos días.
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