En este 28 de abril, CCOO y UGT, recordando a todas las
víctimas del trabajo, nos solidarizamos con ellas y sus
familias y reafirmamos nuestro compromiso en la lucha por
unas mejores condiciones de trabajo y por la defensa de la
salud laboral en todos los centros de trabajo para todos y
todas las trabajadoras, temporales y fijos, nacionales y
extranjeros, hombres y mujeres, jóvenes y mayores, de la
gran y pequeña empresa, porque la salud y la seguridad en el
trabajo es un derecho de todos y para todos que no admite
excepciones ni exclusiones.
La tendencia de los últimos años, confirmada en el 2007, a
descender los accidentes laborales y más concretamente, los
mortales, si bien es positiva, no puede ocultar el drama que
supone perder la vida tratando de ganarse el sustento para
uno mismo o su familia.
La otra cara de este problema, la menos visible, es la que
se refiere a la Enfermedad Profesional. En España, fruto del
Diálogo Social se aprobó a finales del 2006 un nuevo Cuadro
de Enfermedades Profesionales y un nuevo sistema de
notificación y registro de las mismas.
Las expectativas que este cambió normativo suscitó se vieron
frustradas por una mala praxis de las Mutuas, que durante el
año 2007 declararon muchas menos Enfermedades Profesionales
que en años anteriores, cuando ya se hablaba de la infra-declaración
como un grave problema de nuestro sistema.
Esta situación fue denunciada por los sindicatos lo que
provocó una reacción por parte de la propia Seguridad Social
que procedió a revisar aquellos expedientes que pudieran no
ser ajustados a la norma cambiando el criterio de enfermedad
común a enfermedad profesional en la mayoría de los casos.
En el 2008 se está invirtiendo esta perversa tendencia,
aunque estamos lejos de los objetivos fijados con la
aprobación del nuevo Cuadro de Enfermedad Profesional en el
2006.
En 2007 el gobierno, las comunidades autónomas y los
empresarios y sindicatos acordamos la Estrategia Española de
Salud y Seguridad 2007-2012 que incluye toda una variedad de
políticas y acciones destinadas a mejorar las condiciones de
trabajo y a reducir de manera significativa los daños de
origen laboral. Los sindicatos estamos plenamente
comprometidos en el desarrollo de dicha Estrategia y no
vamos a ahorrar esfuerzos para su plena aplicación.
Pero lamentablemente existen importantes problemas que
prácticamente no han sido abordados desde un punto de vista
preventivo, cuya gravedad se manifiesta todos los días en
forma de sufrimiento, exclusión, enfermedades y muertes.
Nos referimos a los daños derivados de la exposición a
factores de riesgo psicosociales motivados por la
organización del trabajo.
Entre el 50% y el 60% de las jornadas laborales perdidas en
Europa están vinculadas al estrés, según el Observatorio
Europeo de Riesgos. En el informe, este trastorno afectaba
al 22% de los asalariados de la Unión Europea en 2005, año
en el que se convirtió en el segundo problema de salud más
común en el trabajo.
Aunque los riesgos psicosociales constituyen hoy uno de los
problemas más importantes, tanto por el número de
trabajadores afectados, como por la diversidad de sectores y
empresas en los que se manifiestan. Paradójicamente, desde
el punto de vista preventivo, permanecen invisibles e
inabordados. Al no evaluarse ni reconocerse no se previenen
y la situación se agrava, porque a los problemas descritos
se añaden nuevas realidades laborales en forma de acoso y
violencia en el trabajo.
Conmemorando el 28 de abril, UGT y CCOO queremos poner de
manifiesto lo inaceptable de esta situación y emplazamos a
empresarios, administraciones públicas, mutuas y servicios
de prevención para que aborden esta problemática de manera
inmediata y rigurosa.
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