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                     Les digo, les cuento y hablo por 
					boca del Oráculo de Delfos de la España cañí, que son los 
					mugidos esotéricos de los toros de Osborne que diseñan 
					nuestros horizontes, les juro por mis muertos y que mañana 
					amortajen a mis hijos varones si les estoy mintiendo, les 
					aseguro que, para considerarse de derechas-neocon, hay que 
					tener un toque canalla y fiestero, de canela fina y de arte 
					que no se pueda aguantar. Igualito que el Sarkozy, que, con 
					lo chiquitillo que es, tiene un duende que, cada vez que 
					abre el pico va provocando y que tiene que llevar pantalón 
					gaucho porque no le caben los cojones en los trajes 
					convencionales. 
					 
					Tal vez por eso, cuando los peperos entran en polémicas con 
					la condesita Esperanza Aguirre proclamándose “liberal” y el 
					Rajoy pontificando por detrás de la barba acerca de que está 
					en el grupo de Merkel y de Sarkozy, cuando asisto 
					estupefacta, hasta el punto de que dejo de escupir las 
					cáscaras de las pipas saladillas que son mi refugio 
					energético, a ese debate contenido, correctísimo, tan sin 
					fuste pese a que todos utilizan vocecillas chillonas que 
					piden a gritos profesores de dicción y arreglo de las 
					cuerdas vocales, colegas, flipo en colores, confundo las 
					pipas saladas con peyote y la coca cola ligth que bebo para 
					achuchar , con un buche de pastiche de MDMA, eso que llaman 
					“cristal” y que te hace desplazarte sin necesidad de 
					recurrir a Halcón Viajes, al tiempo que te churrasca las 
					neuronas y te las deja más exagues que tras escuchar con 
					aprensión alguna de las bobas gracietas del Albertín. 
					 
					Pero esta tragicomedia de buenas maneras y tono elegante 
					sería irrelevante y obtusa si no dañara y vejara a la 
					derecha cautiva, a esos, entre quienes me cuento, que 
					estamos ideológicamente más solos que el perrillo de un 
					desguace. Por un lado Rajoy, el presunto lider electo por la 
					dedocracia de Aznar, chillando educadamente que “quien 
					quiera ser liberal que se vaya” y por otro la Soraya, la 
					portavoz de no sabemos quienes, porque a mí esa tía no me 
					representa en nada, ni nada en común tiene con las marujas y 
					los curritos, la Soraya proclamándose liberal nosequé. 
					Porque, como los peperines de cargo y moqueta, tienen muchos 
					complejos y un trauma de cojones, no quieren definirse, sino 
					ser una especie de limbo ideológico, o de chicle, o de 
					“cajón de sastre, con tanta porquería que acaba para el 
					arrastre” y lo que, los Rajoys, las Sorayas y los del 
					sueldo, más dietas por comisiones, lo que desean con ardor, 
					con pasión, con frenesí, con veleidades orgásmicas y 
					oníricas es que “les voten los socialdemócratas”. La 
					papeleta cautiva de los mierdosos de la derecha ya la 
					tienen. Pero la desprecian. “Ellos” todos “ellos” quieren 
					ser votados por la “izquierda desencantada con el 
					socialismo” por los “progres rupturistas” que se les arrimen 
					los del artisteo subvencionado, que les den jarana los 
					Barden, Ana Belén y Victor Manuel, Alaska, la reciclada 
					Concha Velasco, des del “no a la guerra” y Sabina. “Nuestro 
					gozo en un pozo si no posamos abracilletados con un rojo”. 
					¡No tienen traumas los gachós! Tienen más traumas que los 
					palestinos, que son los más traumatizados del mundo y los 
					que tienen una más nutrido lista de agravios y lo que te 
					rondaré morena. ¡Lo que darían en Génova 13, no por “ser” 
					sino por “sentirse” auténticamente “modernos”!. 
					 
					Y así, fabulando tonterías y pamplinas, ningunean a un 
					electorado fetén, de gente bravía, de buena gente. A un 
					caudal de autenticidad y bonhomía, de mujeres recias y de 
					hombres cabales. Que la derecha no son las cuatro 
					marquesonas que son eso, cuatro. Ni el acaudalado 
					empresario, que es por donde le de el viento y que hace 
					dineros con izquierdas, derechas y con la puta que le parió. 
					Ni el terrateniente, que es el primero en pasear al que 
					gobierne, sin colores, en carroza de caballos por la feria 
					abrileña. Los dineros están a la vera del Poder, porque los 
					dineros no huelen. Ni apalancados, piden pan. Nos ningunean 
					y desprecian, alguna jilipollas llega a llamarnos “herederos 
					de la dictadura” como si fuéramos el descansado ministro 
					Solís. Cuando nosotros no somos más que herederos de toda la 
					Historia de España, sin exclusiones y de ella hemos mamado 
					la leche que nos destetó y sus soles nos curtieron la piel y 
					sus metros y sus maestros nos enseñaron en el libro de la 
					educación y de la vergüenza. Y estamos tan orgullsos de ser 
					españoles que nos gastamos un herraje en la modistas de 
					arreglos porque nos revientan las costuras de la ropa de 
					pura autocomplacencia. 
					 
					La derecha , para serlo, tiene que tener un toque canalla y 
					fetén, un gracejo, un salero, una mala leche de la hostia si 
					se tercia y un lanzarse como jabatos para defender a Dios y 
					a España. Y no como la izquierda nihilista y anticlerical, 
					que son unos tristes, unos coñazos y unos profesionales de 
					la reivindicación gazmoña, cuyos valores empiezan y terminan 
					en la moral onegetista y en los rencores enfermizos hacia la 
					Historia. 
					 
					Nosotros, la derecha canalla y fetén, n tenemos en el alma, 
					ni en los sentires, ni en los quereres, espacio para 
					rencores, demasiado lleno tenemos los ojos con los 
					amaneceres. No somos el centro-liberal-reformista “que nos 
					voten, por favor los socialdemócratas, que somos muy osados 
					y modernos”. Que los socialdemócratas voten a Rosa Díez que 
					es su lideresa natural y que tengan con nosotros buen 
					rollito, sin acritud, porque los socialdemócratas son más de 
					ley, por lo menos no existen con el ansia perenne de que les 
					votemos, porque saben que no les vamos a votar. ¿A que coño 
					está jugando el PP? Que miren que tenemos a un Jiménez 
					Losantos, que tenemos a un Sanchez Dragó, que grandes 
					ideólogos relegados hay para llenar una plaza de toros. Que 
					están Vivas en Ceuta e Imbroda en Melilla, Mayor Oreja, 
					Alejo Vidal Cuadra, Alberto Fernández. Que no nos jodan más 
					con sus indefiniciones porque nos vamos a poner rebeldes y a 
					la derecha, cuando le sale la vena canalla hay que echarle 
					de comer aparte y tiene “un repente” para cagarse. Como 
					somos. Españoles. 
					 
					sureste que nos trasladó y que, para que conociéramos una 
					panorámica las dos ciudades, nos proporcionaron la 
					satisfacción de hacer una ruta aérea por el litoral, 
					recorriendo costa a costa, cada rincón de las dos ciudades, 
					lo que nos ha proporcionado un recuerdo indeleble que no se 
					podrá olvidar y que, pos eso mismo, permanecerá para siempre 
					en nuestra memoria. 
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