Este fin de semana pasado, el fútbol de nuestra Ciudad nos
volvió a dar otra sorpresa, no es que me asuste, después de
lo vivido en los últimos años de esclavitud deportiva, pero,
te sorprende de nuevo.
El último partido de la Liga Nacional Juvenil y, con la
permanencia lograda, solo era un puro trámite para que el
equipo local lograra tres puntos más y escalara en la
clasificación final. A diferencia del visitante, que tenía
en juego su descenso o su salvación y de otro club que
esperaba fuera de nuestras tierras acontecimientos para lo
mismo (menudo drama).
Lo ocurrido, si lo vemos desde el punto meramente deportivo
es sencillamente bochornoso, sino queremos indagar en
profundidad. No obstante lo anterior, como datos es
insólito, un resultado final favorable para el visitante,
tres jugadores locales expulsados, los jugadores hechos una
piña para abandonar el partido y un entrenador local que,
sacando un gran talante, salva la categoría en “extremis”.
Con estos antecedentes, todo parece casi normal, un mal día
y todos a casa a reflexionar, pero, si a todo esto, le
acompaña la denuncia de un jugador del equipo local en la
prensa contra su presidente, ya no es tan normal. Una
denuncia, que implica a la cabeza del Club de haberlo
animado a perder el partido de ese fin de semana unos días
antes, y unas extrañas manifestaciones de su entrenador que
agrava más el problema (dónde se comenta las dos opciones,
la de la directiva local y la del entrenador del Coria).
En consecuencia, lo presenciado en el campo, la
declaraciones del jugador, las declaraciones del entrenador,
la explicación del presidente de la entidad, las acusaciones
contra el arbitro y la duda razonable de la verdad de todos,
son demasiados implicados, hasta para Sherlock Holmes si
tuviera que investigar este asunto tan lamentable.
El asunto es, que situaciones como estas, empañan una vez
más la situación de un fútbol local muy deteriorado desde
hace tiempo. Verdad o mentira, son dos cuestiones, que no
voy a entrar a considerar, la responsabilidad de averiguar
lo sucedido y tomar medidas, la tiene quién puede depurar
responsabilidades, aunque dudo, que se haga nada, y que se
guarde silencio para siempre como tantas cosas en esta
Ciudad, o hasta que se celebren las ansiadas elecciones de
algunos.
Indudablemente, en tantos años en esta ciudad, he visto
muchas situaciones favorables y desfavorables, he conocido a
mucha gente del deporte ceutí. He tenido y mantengo
diferentes criterios con muchos de los que hoy se mantienen
en el poder y, mantengo desacuerdos con respeto al
funcionamiento del fútbol local y del deporte base-ocio en
general, como parte del bienestar de todos los ceutis.
Pero, tratándose de Antonio Fernández Prieto, al que conozco
deportivamente desde hace muchos años en los terrenos de
juego, me hace casi imposible el pensar que haya incitado a
los jugadores de su representante nacional a perder para
beneficio de un tercero (con prebendas o sin ellas).
Siempre, lo he tenido como una persona seria y responsable
de fútbol local (aunque a veces algunos se han aprovechado
de él). Aunque, opiniones de cómo gestiona el club en la
calle hay para todo, pero la verdad no quita lo valiente y,
Prieto, siempre ha sido un sufridor desde el anfiteatro y lo
seguirá haciéndolo. Su vida ha estado consagrada al fútbol
de Ceuta y a padecer cada partido del U.A. Ceutí, por lo
que, no puedo concebir que haya querido humillar a su equipo
con una derrota preparada.
A partir de lo cual, se puede pensar lo que se quiera o
interpretar sus palabras de una forma o de otra, pero no lo
creo persona de esta condición tan rastrera.
Las manifestaciones publicadas en la prensa por el
entrenador (el cual, realizó un papel fundamental al impedir
que el equipo se retirase del terreno y la posible sanción
de perder la categoría) y el jugador, son respetables y
presuntamente creíbles, siempre que no se demuestre lo
contrario. Ellos, conocen la verdad o la mentira de lo
sucedido en las entrañas del Club, pero flaco favor han
hecho a nuestro fútbol y a su club si es mentira.
Los ascensos y los descensos han sido de siempre, motivo de
polémica por los resultados que, podían beneficiar a uno y
perjudicar a otro. Indudablemente, han viajado maletines con
primas a equipos que tenían que decidir el futuro de otros
para ganar, pero no conozco el dato de haber viajado un
maletín a un equipo con la consigna de, “pierde el partido”.
No puedo imaginar que un equipo se deje ganar por dinero o
premios. Se entrenan los equipos para ganar, luego pierde o
ganas, pero, si esto sucediera así, han acabado con el
fútbol o cualquier deporte que se ofreciera a tal atropello.
La dignidad de los deportistas, no se puede comprar con
dinero o premios, la victoria es la mejor riqueza del
deportista, se entrena y se compite para ello. Si alguien
por motivos personales o económicos, se le ocurriera o
realizara esta inmoralidad, lo mejor que puede hacer, es
irse a su casa y meditar profundamente.
Por todo ello, la dignidad de Prieto, tiene que quedar libre
de dudas, por lo que seria interesante y conveniente que la
Federación de Fútbol de Ceuta, depurara responsabilidades y
se manifestara la verdad, por el buen nombren de la persona,
de la Federación y del Fútbol Ceutí.
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