No es que salieran a pasear por el
centro de nuestra ciudad don Quijote y su escudero Sancho,
el pasado miércoles, día 23, es que la Federación Provincial
de Asociaciones de Vecinos, supieron estar en su sitio,
supieron vivir el día que era y celebraron el Día
Internacional del Libro, a través de la lectura.
Lo primero que debemos hacer es felicitar a esta FPAV por
haber tenido la feliz idea y el detalle que no han tenido
otras instituciones y especialmente otras asociaciones, en
un día tan importante para los chavales que se están
formando y para otros que creyéndose formados, no han pasado
del a b c, en la lectura, especialmente.
La mayor parte de los países adoran a sus genios nacionales,
aunque haga muchos años que han desaparecido, y nosotros que
incluso tenemos un Premio Cervantes de literatura, en el
aniversario del propio Cervantes lo ignoramos o pasamos por
alto, tal vez porque es más atractivo cualquier “chikilicuatre”,
para representarnos a nivel internacional europeo.
Unos cincuenta niños, durante más de tres horas, en la Gran
Vía, con espectadores y todo en sus inmediaciones, leyeron
parte de la obra más importante de nuestra literatura y una
de las más leídas de la literatura mundial de todos los
tiempos:”El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”.
Y esto no debe quedar como un hecho aislado, esto debe ser
uno de los muchos actos culturales, y no costoso, que deben
darse a lo largo del año, para festejar otros días que
también tengan que decir algo en nuestra cultura.
Sobre el templete de la Gran Vía, los chavales se fueron
alternando leyendo diversos pasajes de El Quijote, y
curiosamente, no hemos observado que ninguno de ellos
pusiera mala cara, todo lo contrario, ellos se sentían,
también, protagonistas, ellos daban color a la calle Sánchez
Prados, y en los testigos presenciales de todo el acto, como
en los testigos presenciales que iban de paso, se notaba que
no estaban ante un juego de la chiquillería, sino ante un
acto cultural de solvencia.
Además la representación para esa lectura no fue de unos
cantos elegidos de los lugares de “casi siempre”, buscando
al niño de papá, no, aquí estuvieron los niños de las
barriadas, y ellos fueron los que se divirtieron y se
centraron ante algunos de los pasajes más destacados, y que
atraen más en esta obra inmortal.
Desde aquí, tras felicitar a la FPAV, quiero también
instarles a seguir con actos como este que siempre aportan
algún beneficio, para el presente y para el futuro a corto,
medio y largo plazo.
Me alegra mucho esto, como me alegró la atención del Hotel
La Muralla por ese obsequio de varios ejemplares de una
edición especial suya de El Quijote, para los alumnos de un
curso de Lengua Española del IES “Siete Colinas”. Una
edición muy bien resumida, en la que, al menos, esos alumnos
podrán leer y podrán conocer nuestra mejor obra literaria.
Uno, cuando ve que en cualquier época del año, y a veces con
gastos super millonarios, se hacen festejos, que únicamente
gustan al organizador o a los invitados de turno, sin que
represente nada en la cultura de los pueblos, tiene que
saber valorar el hecho de que una asociación, que está donde
tiene que estar, en un día como el 23 de abril sepa valorar
lo mucho que tenemos y apoye, su granito de arena, para dar
un poco más de publicidad a la lectura. ¡Ojalá que las
librerías también hubieran estado ahí!.
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