Melilla, la ciudad hermana de
Ceuta acogerá, del 1 al 3 de mayo, el Iº Congreso Islámico
organizado por la “Asociación Islámica Badr” bajo la
sugerente convocatoria “El Mensaje del Islam apuesta por la
Convivencia”, con el que se lanza un bienintencionado y
controvertido mensaje, no diré engañoso, pero que no se
corresponde exactamente con la realidad. Mi argumentación
pivota sobre tres ejes, en cabeza el de la “reciprocidad”:
todas los estados (monarquías o repúblicas) confesionalmente
islámicos, adolecen en general (unos más que otros) de un
sistema garantista de libertades individuales, al menos tal
y como son entendidas siguiendo la pauta de la “Carta
Internacional de los Derechos Humanos” de las Naciones
Unidas; diré más: los musulmanes tienen su propia y
específica “Carta de Derechos Humanos Islámicos”…; otro
detalle, ¿cuándo los no musulmanes gozaremos, en países de
clara referencia islámica, del mismo régimen de libertades
del que usan -y abusan- los musulmanes en Occidente? El
segundo sería netamente religioso, pues en el mismo Corán si
bien y en lo que fue ciertamente un notable avance para la
época (estamos hablando del siglo VIII de la Era Común)
dando pie al mito de la “tolerancia islámica”, se establece
el derecho a la práctica religiosa de judíos y cristianos
(el famoso estatuto de los “dimmi”, los protegidos), se les
prohíbe terminantemente la predicación religiosa rebajando
su rango social al de los musulmanes; finalmente y en cuanto
a la convivencia en sí en el seno de sociedades abiertas,
plurales y tolerantes, es conocida la general incapacidad de
los musulmanes para adaptarse impulsando en contra,
progresivamente en función de la evolución de su cuota
demográfica, la adopción de normas y pautas de
comportamiento generadoras, en sí, de autoexclusiones y
otras dinámicas tendentes, en definitiva, a la creación de
“guetos”.
Es también curiosa la denominación de muchas asociaciones
islámicas, que apelan en su constitución a batallitas y
otras martingalas en un didáctico ejercicio que cuestiona ya
de principio ese “pacifismo” que tanto se predica. ¿Qué
pensaría el respetable si, ciudadanos no musulmanes, fundan
al amparo de la ley de asociaciones entidades con el sonoro
nombre de “Covadonga” o “Las Navas de Tolosa”, por
ejemplo…?. Digo. En cuanto a la batalla de Badr del 17 de
marzo de 624 (17 de Ramadán del año 2 de la Hégira, según el
calendario musulmán) fue determinante en la expansión del
Islam y, según la tradición, la victoria es atribuida tanto
a las dotes de Mahoma como a la intervención divina, siendo
citada en el Corán, como se sabe el libro sagrado por
excelencia para los musulmanes y que refleja, literalmente,
la palabra de Alláh/Dios a su Mensajero, Mahoma, a través
del ángel Gabriel.
En cuanto al Congreso en sí sobre el que estoy valorando la
forma de asistir, consta de un denso programa de tres días
(desde las 7.30 de la mañana hasta la noche), incluyendo
oraciones rituales, visitas a la ciudad y conferencias,
contando con participaciones notables entre las que
destacaré la del marroquí Mustafá Ben Hamza, profesor
universitario y presidente del Consejo de Ulemas de Oujda
quien disertará, precisamente, sobre “Los fundamentos
culturales para la convivencia con los no musulmanes”.
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