Como corresponde a la naturaleza de las cosas dado el
reparto de fuerzas existente en la Asamblea la Cámara
autonómica respaldó ayer, con los únicos votos a favor del
Grupo Parlamentario Popular, el texto que le trasladó Juan
Vivas para oponerse “a cualquier reducción significativa de
los mandos militares actualmente destinados en Ceuta”.
El Pleno de la Asamblea aprobó ayer con los únicos votos a
favor del PP y la oposición de UDCE-IU y el PSOE la
propuesta de Declaración Institucional que le trasladó el
presidente Vivas para que la Cámara mostrase su
“disconformidad y oposición a cualquier medida que suponga
una reducción significativa de los mandos militares
actualmente destinados en Ceuta”. Durante su defensa de la
propuesta el presidente insistió en que a juicio del
Ejecutivo las cifras aportadas desde el Gobierno central al
respecto siguen sin cuadrar, insistió en que sólo le mueve
en esta cruzada “el interés general” y subrayó que según su
entender es compatible reorganizar las Fuerzas Armadas y ser
“comprensivo, solidario y sensible” con la situación de
estos militares y las particularidades de Ceuta.
“Esto no afecta a los partidos, sino a la ciudad, y no es
una decisión que haya tomado el comandante general, sino que
es un posicionamiento político del Ministerio de Defensa”,
advirtió Vivas cuando recibió la rotunda y anunciada
negativa de la oposición a secundarle. “De responsabilidad,
prudencia y lealtad no me van a dar ninguna lección”,
aseguró deslizando que podría, aunque dijo no querer
hacerlo, seguir el camino de su vicepresidente Gordillo [muy
activo, como Francisco Márquez, en atizar el jolgorio desde
la bancada Popular] e hilar la hipotética reducción con el
país vecino, la defensa nacional, la psicología y otras
hierbas.
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“Yo no veo a los militares tan desamparados como dice”
El debate sobre la propuesta de
Declaración Institucional sobre el tema militar fue el punto
más caliente del Orden del Día de la Sesión Plenaria de
ayer, especialmente cuando le tocó el uso de la palabra al
líder de la oposición, Mohamed Ali, que tocó todos los
puntos calientes del tema. Primero reprochó a Vivas su
deslealtad con el Gobierno central por no creerse ninguna de
las explicaciones aportadas por sus representantes; después,
por mostrar ahora un talante muy distinto al que exhibió con
el espionaje militar a civiles o la expulsión de soldados
ceutíes con informes reservados; más tarde, por ver sólo la
paja en el ojo ajeno y esgrimir la necesaria presencia de la
Administración Pública para rebelarse contra la salida de
150 mandos y no decir nada de la llegada de 60 policías
nacionales y, por último, por “equivocarse” siguendo al
“salvapatrias” de Imbroda por el camino de la demagogia: “Yo
no les veo tan desamparados como usted dice”, dijo Ali,
quien advirtió a Vivas de que el fruto final no sería
institucional sino “gubernamental”.
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