Para los estudiantes que están en
el final del Bachillerato y ya mirando de reojo a unos
estudios superiores, la selectividad, a estas alturas, es el
coco del final de curso.
Craso error, no hay tal coco, a las pruebas me remito del %
de alumnos que logran pasar con facilidad.
Hoy por hoy, ese no es el filtro, hoy por hoy, el filtro, si
hay que hacerlo, se hace antes y cuando un alumno normal, no
un fuera de serie, que los hay, llega a esos exámenes debe
saber que haciendo unos ejercicios simplemente correctos, no
sólo va a pasar, sino que va a pasar con buena nota.
Desde hace años, desde que se implantó esta prueba, tal como
está hoy, en cientos de ocasiones he oído a alumnos de 2º de
Bachillerato que suponía un duro trauma llegar a esas
pruebas que ellos consideraban definitivas.
Los ejercicios y sus calificaciones, en la selectividad, ni
son definitivos, ni cortan ningún paso a alumnos que han
venido trabajando con cierto decoro.
Mi vida entera la estoy pasando en este campo, y tanto en mi
época de estudiante, como en los 39 cursos que llevo como
docente, he pasado y he visto pruebas, de verdad,
selectivas, cosa que la selectividad hoy no es.
Los planes de estudios, desde los años 70 en adelante, han
ido suavizando, todavía más, lo que ya en su día se suavizó
con la anulación de aquellas famosas reválidas de 4º o de 6º
de Bachillerato. Especialmente la de 4º si era un cerrojo de
verdad.
Ahí sí había un cierre de caminos para los que iban sólo
regular. Luego ya las “zancadillas” eran sin poner el pie,
con muchas sumas y ninguna resta o división.
Es, por tanto, el momento de decir a los chavales que lo
mejor para abordar la selectividad es la calma y el no
dormirse en estas tres semanas que tienen todavía antes de
que termine su curso, porque luego ya, con el curso
aprobado, muy mal se le tiene que dar a uno para estar en
ese 5%, o a lo sumo 10% que no pasan.
Mis alumnos, estoy seguro que, me dirán “eso son palabras,
pero yo me las tengo que ver con unos ejercicios ...”,
totalmente de acuerdo, pero esos ejercicios no se van a
calificar de forma “pelada” para un SI o un NO, esos
ejercicios van a sumar con otras cosas y la nota media pocas
veces sale mal parada.
Cada vez que hay una reforma y ya he conocido muchas, no es
para mejorar, ni mucho menos, los conocimientos que se
necesitan, son reformas para “ponerse a la altura del día de
hoy”, y, por tanto, son reformas que, inicialmente, abren
los caminos, lo que no quiere decir que un día esos caminos,
tan abiertos, no se encuentren con alguna barrera
infranqueable, barrera que, todavía, no es la selectividad.
Sí hay que decir a los alumnos, yo se lo digo en muchas
ocasiones, que donde está, de verdad, el peligro es en el
día después de haber aprobado esta selectividad,
precisamente, cuando el chaval, a veces orientado o
asesorado por personas que no saben lo que hay detrás, elige
una carrera que ya será el camino definitivo, o casi
definitivo, para su futuro.
Aprobar y lograr el título de Bachillerato está al alcance
de casi todos, saber elegir bien para el futuro está al
alcance de los más sensatos, que saben lo que les gusta, lo
que, de verdad, quieren y para lo que están capacitados.
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