Por fin se hace realidad algo que,
de algún modo, se demandaba. La unión institucional de los
Ayuntamientos de Estepona y Ceuta, de Ceuta y Estepona. Se
hace ahora para dar cumplimiento formal a una relación de
permanente cercanía, no ya por la historia del mar que une
los pueblos que también, sino por el empuje de referencia
que han dado ceutíes y esteponeros, el pueblo llano, el de a
pie, que han encontrado en estas dos ciudades el mejor marco
para vivir desde hace décadas.
Estepona es un referente para el ceutí, eso es evidente.
Habrá muchos más lugares donde veranear, donde disponer de
una segunda residencia, pero la estadística indica que son
más de 2.000 los ceutíes que han emigrado a la provincia de
Málaga en los últimos diez años [la mayoría de ellos
eligieron Estepona para vivir]. Un guarismo que aún será más
amplio porque hay ceutíes en Estepona desde casi siempre.
Allí han crecido nuevas generaciones de esteponeros cuyo
árbol genealógico se encuentra incardinado inexorablemente a
Ceuta.
En continuo crecimiento demográfico, Estepona destaca por su
composición multicultural lo que le aproxima a Ceuta
fundamentalmente en el modo de entender la convivencia.
Desde lo más alto de la sierra se aprecia una imagen
evocadora con Estepona a los pies y al fondo el estrecho de
Gibraltar con una visión, en días claros, de Ceuta que
impresiona. Pero es evidente que las instituciones han de
cumplir con lo que la razón pide. En este caso, han sido las
gentes las que con su presencia, ceutíes en Estepona y
esteponeros en Ceuta, han empujado a los consistorios a
efectuar los pasos necesarios como para dar carta de
naturaleza a un hermanamiento oficial que ya era evidente de
facto por la unión clara de estos dos pueblos, merced a los
sentimientos de sus gentes. Estepona es una prolongación de
Ceuta. En verano dar una vuelta por su paseo marítimo es
como hacerlo por la Marina... ceutíes a cada paso.
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