Tal es el ambicioso titular con el
que “TelQuel”, una de las más prestigiosas revistas
semanales marroquíes junto a “Le Journal”, ilustra la
portada de su última edición (nº 320, del 19 de abril) junto
a la foto de un soldado indígena de Regulares enarbolando la
cabeza cortada de un combatiente rifeño, en una polémica
reproducción que ha sido -advierte esta solvente
publicación- “objeto de largas discusiones internas en la
redacción”. Por lo demás, el semanario adelanta parte de
algunos capítulos de un libro de próxima aparición (del que
reproduce la foto) escrito por un periodista (Nicolas Marmié)
y un abogado penalista (Vincent Courcelle-Labrousse), ambos
franceses y que responde a un título en principio más
académico (“La Guerra del Rif, Marruecos: 1921-1925”) en el
que, junto a la participación del ejército francés se
abordan temas como la historia secreta de la República del
Rif, las armas químicas, la comparación de Abdelkrím con El
Fassi y el doble juego del sultán Mulay Yusef. Un libro que
sin duda no va a dejar indiferente a nadie y cuya salida al
mercado, de manos de la editorial Tallandier, está prevista
para el próximo 30 de abril.
Con la reciente muerte de la hija de Abdelkrím en El Cairo
(su padre falleció en 1963 también en la capital de Egipto,
donde encabezó el “Comité de Liberación del Maghreb”,
negándose a ser repatriado a Marruecos), van engrosando las
páginas de la historia los últimos descendientes de aquél
que pretendió, adelantándose a su tiempo, crear una
República secesionista “en el corazón de una monarquía
dominada por dos pujanzas coloniales: Francia y España”,
escribe “TelQuel”. Con tan solo la lectura de unos extractos
en ocho hojas no parece prudente opinar sobre la obra salvo,
obviamente, dar la bienvenida a una nueva publicación sobre
ese sangriento retazo de nuestra historia compartida (que no
común, insisto siempre) con los belicosos vecinos del sur,
dignos y orgullosos habitantes de esa “yebala” y “Rif” cuyas
montañas se divisan cresteando, en lontananza, desde la
Bahía Sur de Ceuta. Tiempo habrá de abordar una ponderada
crítica, tras una atenta lectura en profundidad.
En cuanto a la portada… ya hablaremos, pero si alguien osara
arrojarla en nuestra cara habría, entonces, que
contextualizar el conflicto citando a los varios miles de
soldados españoles masacrados y despanzurrados, inermes e
indefensos, tras haberse rendido confiando en el “amán” (el
perdón), particularmente en Monte Arruit, “ese foso que nos
separa para siempre” en palabras del propio Abdelkrím. Ahora
que el régimen marroquí, el “Makhzén” como se le llama,
pretende una vez más utilizar y manipular el recuerdo de
Abdelkrím el Khatabi y su efímera “República del Rif”, bueno
es que la ciudadanía marroquí se pregunte los poderosos
motivos que llevaron al líder rifeño a rechazar, tras la
independencia de Marruecos en 1956, la vuelta con honores a
su país… y la tragedia de su hermano Mohamed, en 1967, tras
volar a Rabat confiado en las palabras del sátrapa Hassan II
(desoyendo los consejos de su hermano) y ser recluido en un
hotel de la capital durante tres largos meses antes de ser
conducido, enfermo, a un hospital donde falleció
rápidamente. En cuanto a masacres y de civiles, las que bien
recuerdan los valientes rifeños son las de 1958-59 (segundo
desembarco de Alhucemas) y las de 1984 y 1987…..
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