Parece ser que los 22.484 ceutíes
que otorgaron su confianza a la candidatura de Juan Jesús
Vivas el pasado mes de mayo se equivocaron y con ello, todas
las infraestructuras construidas en nuestra Ciudad desde el
año 2001, los servicios públicos y las políticas
socio-económicas emprendidas por sus gobiernos no han sido
suficientes para contentar a algunos seudo líderes de
nuestra sociedad.
Los ataques iniciados desde ese día han sido continuos
sirviéndose de todos los instrumentos a su alcance
evidenciando la pesadumbre de quien ha empeñado su
existencia en alcanzar unos objetivos imposibles por una
razón fundamental, la falta absoluta de credibilidad
adquirida tras años de actividad política.
La historia más reciente de nuestra Ciudad esta repleta de
nefastas anécdotas protagonizadas por quien se autoproclama
máximo defensor de los intereses de los ceutíes cuando,
estos mismos han dictado sentencia en los comicios a los que
este personaje ha concurrido relevándolo al ostracismo
político.
No obstante, este obstinado dinosaurio de nuestra vida
política continua empecinado en alcanzar un protagonismo
indebido manipulando todos los instrumentos a su alcance
obviando que, la vida de muchas personas dependen de sus
maquiavélicas artimañas.
Los intereses personales no deben anteponerse al interés
general representado por todo un colectivo. Personajes que
deben proteger los intereses de todos aquellos a quienes
representan, trabajadores que desempeñan sus funciones
laborales al margen de los conflictos políticos o sindicales
protagonizados por quien desea alcanzar un objetivo
concreto.
En definitiva, trabajadores que desean desarrollar sus
labores profesionales con la tranquilidad requerida atajando
cualquier duda respecto a la continuidad de sus puestos de
trabajo y por supuesto, rechazando cualquier comentario
peyorativo proveniente de quien tiene la obligación de
proteger sus derechos laborales.
|